viernes, 25 de diciembre de 2020

LA NIEBLA

 

La nube blanca que uniforma todas las imágenes, donde los colores se uniforman, tanto con sol como sin él.

Allí estaba saliendo Juan de casa. Según abrió el portal descubría la humedad en el suelo. La sensación de miedo apareció. El camino era el de todos los días, pero la incertidumbre por errar el camino, apareció.

Juan dudó hasta de cruzar la tercera calle. Los faros de los coches se difuminaban para ser pantalla de ellos mismos.

La boca del metro llegó a los quinientos metros y la sensación de entrar en algo conocido fuera del meteorológico, le llegó.

Observó a sus vecinos andantes como si aparecieran por magia. La adaptación a la rutina llegó antes de pasar confinado en los vagones del convoy, durante cuarenta minutos. La realidad se instaló. Pero la ascensión le devolvió las gotas, pareció como si la realidad se ralentizará. Los coches iban más despacio, los viandantes tenían un ritmo inferior. El pulso había influido a todos los que estaban en el exterior.

Su destino había llegado con ello otra realidad llegó.

Juan sufrió cuatro cambios, en el tiempo que pasó tras abrir sus ojos a instancias del despertador. Su cuerpo comenzó a estar pesado, sus reacciones más lentas. Los compañeros se interesan por ver si se encontraba bien. El afirmaba que sí..

La sombra de la duda apareció y las recomendaciones de su encargado, le llegaron en una invitación a volver a su casa o pedir cita con su médico, como si fuera al taller mecánico a poner a punto al vehículo.

Juan se sentía bien, pero todo el resto le sentía extraño. Acepto llamar al doctor de la empresa.

Preguntas clásicas, respuestas del mismo estado de la salud.

Toma de tensión arterial, auscultación, de temperatura. Nada había anormal.

Vuelta a casa.

martes, 22 de diciembre de 2020

CONEJOS

 

 


El folleto se refería a la nueva plaga de conejos, si de esos roedores que arruinan las cosechas, pero no hablaba de lo beneficiosos que son para otras especies animales dentro de su cadena trófica. Se olvidaron de mentarles en las páginas distribuidas por los hortelanos que demandan ayudas institucionales.

En los programas de las televisiones gusta verlos como son presa favorita de muchas especies, tanto rapaces como mamíferos.

Una pareja de activistas se afanan en repartir los mismos, sus cultivos han resultado ruinosos, Es mejor echar la culpa a alguien y conseguir unas monedas por su baja producción.

Asaltan sus madrigueras llenándose de cristales y rompiendo el sistema de túneles. Se ha declarado un enemigo y por ello hay que exterminar, como consecuencia llegará el equilibrio. Ese que no se consigue a base de utilizar productos químicos, que sí generan un problema. Sobreutilización de acuíferos y demás labor alteradora del medio. Siempre es bueno usar la figura de un enemigo que sirva de motivo para la frustración de la planificación agrícola.

Tras la entrega de papeles abandonan la zona de conciencia, muchos trípticos tirados en el suelo como hojas del árbol caídas en el otoño.

Un aire empieza el vuelo de los mismos mientras las orejas de un conejo pequeño busca entre las letras imprimidas el sentido de los grafismos, sus bigotes buscan un alimento que no encuentran en esta parte tan erosionada de aceras y calles asfaltadas en la línea divisoria entre campo y ciudad.

Los coches siguen emitiendo sus humos mientras las primeras farolas comienzan a emitir su luz. El viento se hace más intenso y como aviones de papel inician su vuelo, los folletos. El aeropuerto no se vislumbra ni está en su orden de vuelo. Abajo los pasos a saltos inician su vuelta hacia casa






jueves, 17 de diciembre de 2020

SORTILEGIO

 

 

  • Los símbolos han sido siempre un sortilegio. Un vehículo de comunicación entre los instruidos y el pueblo llano.

  • Si pero cualquier cosa se ha dotado de objeto de poder.

  • Cierto pero tu puedes cogerlo y te puede resonar en tu cuerpo.

  • Pero para eso se requiere una cierta iniciación.

  • No siempre es así. Las palabras depende como se digan o el mensaje que tenemos de ellas puede significar una cosa u otra. Pero algunas son muy manifiestas y resuenan de una manera colectiva. Esas son las importantes. Las otras pueden distraernos.

    Pablo habla con su amigo Juan. Intentando aclarar el idioma de los símbolos.

  • Yo te confieso que muchas veces me pierdo en este tema Pablo.

  • Es normal: no estamos acostumbrados a entender. Hay música que te cambia tu estado de animo, por lo que sea escuchas una canción y te lleva a cambiar. Te puedes poner triste, reír o bailar al ritmo de ella. Igual hay objetos o formas que te pueden llevar al mismo estado. Tu cara recibe el mensaje y comienza el cambio, sin ser consciente.

  • Si eso lo entiendo, en el caso de los sonidos, pero en cuanto a los objetos me cuesta más.

  • Cada uno de nosotros no nacemos vírgenes, traemos un bagaje en nuestro ADN que va a influir en la manera de la recepción de las cosas. Vamos modificando hacía un lado u otro. La realidad cultural hace otro tanto.

  • Te entiendo pero me resisto a ver lo nimios que somos, Pablo.

  • Cuando sea de noche alza tu mirada en un lugar que puedas ver las estrellas, entonces comprenderás la pequeños que somos, pero también llevamos toda la información de todas las galaxias por ser parte de ellas.

  • Me da vértigo.

AMANECER

Quizás el amanecer lleve a esa rotura de sueños que he tenido por la noche, Piensa Juan. Abrió los ojos despacio para romper el sortilegio del mundo onírico.

En su cabeza buscar el significado de los dos sueños que recuerda de la pesada noche.

Una ducha y búsqueda del desayuno, la cena había sido escasa. Delante de las viandas quiere reflexionar sobre ellos pero el teléfono interrumpe su concentración, la ida al trabajo, termina de borrar el interés. Los atascos y las farolas apagadas confirman el nuevo día.

Asido a la barra del techo del autobús, trata de recordar los sueños, pero no están, han desaparecido.

Que rabia, los tenía que haber apuntado, Esta noche comprare una libreta pequeña y al despertar anotare los sueños. Siempre se han dicho que nos pueden ayudar a comprender cosas que no entendemos.

Creo que el alba es un rompe realidades y es la oportunidad de iniciar nuevas cosas. La rutina es el peor sentimiento para dejar de perder la ilusión por la vida. Juan rasca su pelo. Se apea, como otros, deja llevar el cuerpo por la inercia hacía el edificio ¨inteligente´´ curiosa denominación a un revuelto de cristales con tonalidades verdosas y cables de acero.

Al llegar a su puesto de trabajo, tras meter su contraseña hace una búsqueda sobre el significado de los sueños un montón de respuestas relacionadas, elige una al azar.

El resultado es satisfactorio. Juan tiene una nueva meta en su vida. Quiere quitar el dimorfismo del espacio de realidad con el inconsciente.

Quiere buscar la unidad de la noche y el día. Como si el hombre estuviera lleno de dos antagonistas. Freno de la propia integridad.

Su vida toma un nuevo sentido del que parece, tiene la realidad del mundo, blanco negro, luz oscuridad, vida muerte. Tantas.

domingo, 13 de diciembre de 2020

SEIS VACAS

 

 

Me acuerdo perfectamente las palabras de un primo lejano. Estando enseñando la habitación donde tenía las vacas. “Estas solo ven el sol cuando llegan y lo vuelven a ver cuando salen hacía el matadero”. La sala está en un edificio anejo a la casa de la vivienda familiar, construida en adobe y con una planta superior donde se aloja la paja, una puerta trampilla facilitaba la caída de la misma. Unos sacos de cereal y un botiquín donde están los antibióticos para las infecciones, entre otros.

Delante de ellas la pila para depositar la comida y las argollas con sus cadenas para que cada res esté en su sitio. La sala me recordó a una cárcel, como tantas veces hemos visto en las películas. Las palabras de mi pariente fueron suficientes para descargar una catarata de sentimientos, reflejados en una “pena” de ver el presente de estos animales. Una pequeña ventana con maderas que permite la entrada de aire pero a penas luz, y el portón de entrada, casi siempre cerrado. Nada más entrar una llave de cerámica da el paso a la iluminación, de tres bombillas mortecinas, solo encendidas cuando se las va ordeñar. Un poco de claridad a través de la puerta los días de verano. Antiguamente se las sacaba a abrevar en la fuente con su pila adaptada a ellas, esa costumbre se prohibió por los excrementos que dejaban en el asfalto. No querían que el pueblo mostrara sus suciedades y menos ser foco de insalubridad.

Me despedí con un regusto amargo de la explotación animal. Fui al bar y pedí un café, cuando se me dio a elegir con leche o solo. La imagen se me vino encima, la respuesta fue: “solo”.

Mis pensamientos se amontonaron, salí con malestar del cuerpo. Desde entonces supe que hacer.

jueves, 10 de diciembre de 2020

CEREBRO

La cesta de mimbre se había llenado. El nogal ha estado esplendido. Solo un ejemplar pero capaz de abastecer la necesidad de nueces para su dueño. Con la protección del risco de granito encuentra la sombra necesaria para soportar los veranos tórridos que tanto quieren sus hermanos almendros.

Juan siempre le reserva un cubo de agua para cubrir su deseo de humedad.

Al llegar a su casa, Juan se sienta en uno de los dos escalones de subida a su casa y pone dos cubos, uno para las cáscaras y el otro para los frutos, un ingenioso cascanueces le ayuda en su tarea.

La primera sale la nuez entera, la parte por la mitad y piensa en el parecido con el cerebro humano´, en su mano reflexiona con las leyes de la similitud entre la naturaleza y los hombres, como si estuvieran separados, que tontos somos, piensa. Pero la rutina no le distrae de su tarea. Cuando llega a la última descubre un pequeño gusano blanco que ha realizado algún hueco en ese cerebro. Es curioso porque no ha observado en los anteriores frutos, pero da que pensar si habrá nuevas incursiones insectívoras. Revisa una y otra vez pero no hay ningún otro rastro. El órgano humano parece estar a salvo y su integridad sin ninguna incursión.

Las cáscaras de los frutos secos le darán un gran poder calorífico a su estufa en el invierno. El gusano se extinguirá con ellas. Total es un simple fruto despreciado. Comienza a tener dudas si el árbol estará infectado, Juan va a revisar a su nogal, pone las manos en el tronco y recibe una vibración que no había sentido nunca, su vello se eriza, sus ojos miran la copa, queriendo descubrir el fenómeno, pero allí sigue como siempre con sus brazos abiertos.

 

lunes, 7 de diciembre de 2020

MÚSICA

 

Las notas musicales vuelan en caída libre por la habitación.

  • Quieres bajar un poco la música, por favor. Ángel dice a su compañera de vida. Este tipo de música no es su preferida.

  • Cuando tengo que oír la que a ti te gusta, me tengo que callar. Ana responde como un resorte, mientras baja el volumen. Pero elige una emisora mas tranquila. En busca de consenso.

    Ambos están leyendo.

  • Siempre estas oyendo el mismo tipo de canciones.

  • La verdad es que me siento a gusto cuando las siento a mi lado. Ya se que a ti no te hacen mucha gracia, pero a mi me dan cierta seguridad.

  • Yo lo que encuentro es que la repetición me llega a aburrir. Confiesa Ángel. Lo siento pero hay veces que me molesta.

  • Para mi la música es un acompañante, puedo seguir haciendo la tarea de cada momento sin distraerme. También entiendo que debo de hacerlo cuando estoy yo sola.

    Ángel se siente mal por la petición y sabe que en el fondo son iguales, aunque no con tanta asiduidad. El trabajo, hoy me ha salido mal, parece que todo lo hacía al revés.

  • Ya hemos hablado muchas veces que los problemas del mismo tienen que quedarse allí. Contesta mirando a los ojos del compañero.

  • Lo siento pero no puedo permanecer como si tuviera un impermeable. Mientras en la radio un pitido del inicio de una nueva canción le enerva una vez más. Se levanta del sillón y toma la taza y la revienta contra el suelo.

  • Y ahora ¿a que viene eso? Continua con las carpetas encima de la mesa.

  • Fijate, dice Ana, siempre he pensado que las melodías aplacaban a las fieras, ahora tu te encuentras fuera de ellas.

sábado, 5 de diciembre de 2020

LOS MURCIELAGOS

 

 

La tarde  llega a su fin. El cielo está despejado. Comienza el baile de los murciélagos.

En la tierra un grupo de excursionistas se les hace tarde, quieren llegar a la cueva para dormir allí. Vivir una nueva realidad. Son jóvenes y necesitan quemar mucha adrenalina.

Despliegan los sacos y hacen grupos, en total son siete entre chicos y chicas.

Los primeros problemas surgen a la hora de elegir sitio, unos quieren cerca de la salida y otros más adentro.

Las linternas descubren los animales colgados, el suelo está lleno de excrementos. Alguno comienza a arrepentirse de haber elegido el sitio, abajo en la ladera un río les valdrá para poder lavar. Las mochilas comienzan a impregnarse de polvo y detritos.

Eligen un espacio medio donde compartir la cena, en realidad cada uno saca y consume lo propio.

De una de las mochilas salen tres botellas de alcohol, da igual son ingeridas en tiempo récord.

Los efectos pronto hacen su aparición sobre todo en las tres chicas y que además han comido menos.

Los mamíferos dan que fabular en las mentes y comienza a surgir un arrepentimiento de la excursión iniciada.

Los aleteos son continuos, los vuelos pasan muy cerca de sus cabezas. Comienza a salir los líderes valientes a reírse de los débiles.

La idea de ir al interior es revocada y se apiñan en los sacos para dormir. Los efectos de la bebida hacen su aparición y los paseos para vomitar son continuos. Alguno grita para buscar la localización. Las horas pasan en vela y ya hay quien cuenta para la llegada del nuevo día. Las pasadas sobre las cabezas son continuas y crean desesperanza. La mayoría salé.

Llenos de polvo corren en busca del sol. Aún quedan bastantes horas para aguantar los planeos.

Las estrellas dan vueltas

jueves, 3 de diciembre de 2020

COHERENCIA

María vivía con su marido. Los despistes y los olvidos de este fueron cada vez mayores, preocupada le acompaño al medico, a su vez le desvió al neurólogo.

Tras varios exámenes se le diagnostico alzheimer.

María no quería entender que significaba esa enfermedad. Seguía sin comprender porque le decida las cosas y el olvidaba con la misma facilidad que oía.

Comenzó un periodo de aislamiento a la vez que el esposo seguía un proceso mayor.

Un centro de día fue la primera alternativa, mientras se solicitaba una residencia. Esto significaba una separación que no habían tenido en muchos años.

El tiempo paso y la residencia llego. María se podría relajar para no estar en alerta todo el tiempo.

Cada día acudía a la residencia y compartir dos horas con su compañero. A pesar de estar distante doce kilómetros, tomaba el autobús después de haber comido y fregado los cacharros. Iniciaba el paseo para coger el bus que le llevaba al centro asistencial.

María iba viendo el deterioro de los compañeros como si de presos fueran. El marido aumento su enfermedad, olvido hablar y de conocer a quien le viera. Se olvido también de ella.

Un día un celador le pregunto. Porqué la viene a ver todos los días si el ya no le conoce.

María contesto con rapidez. El a mi no, pero yo a él si. En un estado de coherencia que dejó mudo al trabajador. Más tarde lo comento a sus hijos el episodio. Que comprendieron porqué con frio o calor ella se desplazaba todos los días en busca de su compañero de vida.

El abanico mitigaba la temperatura que a pesar de la sombra proyectada por el edificio, no surgía.

Un vaso de agua esperaba para darlo a sorbos, para alguien que había olvidado hasta de sobrevivir.

 

martes, 1 de diciembre de 2020

EL VERBO

 

 

  • Que entiendes por verbo, Juan

  • Yo creo que dentro de la palabra verbo se encuentra mucho más que la fonética de signos, se trata de una vibración, eso conlleva gran energía que puede modificar los estados de las personas, Ana. Resulta complicado hacer entender este pensamiento. Estamos acostumbrados a otra manera de pensar. Seria entender que los coches pueden volar, cuando los hemos visto siempre sobre las carreteras y como mucho, por caminos. Nos resultaría difícil entenderlo. Hay muchas cosas que no entendemos por la cantidad de filtros que ponemos. Precisamente éstos nos han sido enseñados y lo único que hacemos es repetir como loros.

    La mesa de la cafetería tiene dos humeantes infusiones con unas tazas blancas, esperando a ser llenadas, una pequeña libreta donde Ana va recogiendo notas de la conversación.

  • Siempre que hablamos hay detalles que no me gustaría perder, por eso me acompaña siempre.

  • En la época tecnológica que vivimos me resulta anacrónico.

  • Puede ser pero en mi es una costumbre que me gusta. Cuando llego a casa, después de cenar, releer lo que he escrito, durante el día. Es mi sitio de reflexión sin presión medio ambiental. Digerir todo lo que los demás piensan o como actúan es bastante complicado.

  • Coincido contigo que aprendemos cosas y las dejamos como realidades.

    El camarero trae un platillo blanco con el tique de la consumición. Las tazas se han vaciado pero un resto queda en el fondo.

  • Te apetece dar un pequeño paseo, hace una tarde buena para estar en un espacio cerrado. Ana asiente con la cabeza, mientras retorna la libreta al bolso. El monótono ruido lleva a otro espacio. ¿quizás otra realidad?

    Testigos de ello, comienzan a sortear personas en diferentes recorridos a su pasear.

viernes, 27 de noviembre de 2020

ALMONDIGAS

 

 

  • Qué tenemos para comer­?

  • Ya sabes, almondigas.

  • Que te cuesta decir albóndigas, como todo el mundo.

  • Así lo decía siempre mi madre y además, esta aprobado por el diccionario de la real academia.

  • No lo dudo pero queda muy paleto. A pesar de estar muy bueno, parece como si se desvirtuara.

  • Al final lo que vale es el mensaje, cuando tu entregas un ramo de flores a una mujer que quieres, sobran las palabras. Una mirada de complicidad, significa mas que mil palabras. No se porqué tenemos que dar tanta importancia a los nombres.

  • Son vehículo de comunicación.

  • Pero curiosamente cada vez estamos más incomunicados a pesar de todos los medios que disponemos.

  • Eso es verdad Juan, difícilmente nos comunicamos y si lo hacemos perdemos el tiempo en lo que pone en la pantalla de nuestro teléfono, ignorando a la persona con la que estamos o el grupo.

  • Si Ana cada vez me voy dando cuenta que nos deshumanizamos y solo miramos nuestro ombligo como centro del mundo. Despreciamos las acciones de otras personas, nos volvemos críticos con todos intentando escondernos para no aparecer con la desnudez con la que accedimos a este mundo. Hay que taparse y no por el estado del clima. Buscando pantallas para permanecer insensibles a reflejos de nuestra personalidad, viendo maldades en los otros, permaneciendo impolutos.

  • Juan estoy de acuerdo contigo, lo que vemos mal en las actuaciones de los que nos rodean es una clara imagen de nuestro interior y nos defendemos como gatos panza arriba, incluso arañando a quien se ponga cerca.

  • Fijate lo que hemos sacado de la almondigas.

  • Vuelvo a repetir que la palabra es lo de menos.

  • En la religión se habla del ¨´verbo¨´ Eso pienso.



lunes, 23 de noviembre de 2020

PASEANTE

 

 

Un paso tras otro, Juan es un andarín. A penas coge el transporte público.

Los dedos se adaptan a todo el calzado desgastado con premura, los pies notan la rozadura donde la piel se ha debilitado. Los fines de semana se olvida de la ciudad residente para cambiar de suelo.

Hoy la lluvia ha hecho acto de presencia, invita a quedar en casa, la pereza no es una constante en Juan. Toma su chubasquero y recoge el billete del tren de cercanías, su inseparable bastón articulado ha sido testigo de muchos ratos.

La estación llega en pocos minutos, pocos pasajeros ante la intensa caída de agua. Una cuesta de tierra precede al impracticable camino. Un primer resbalón hace que tome el apoyo metálico.

Las nubes se meten en día cerrado y la visibilidad escasa, cierra la idea de paseo, pero no en la mente de Juan.

Nuevo sendero en rampa, las piedras son un peligro la sujeción escasa, Juan cae una y otra vez su ropa impregnada es un peso adicional. Al fin una pequeña carretera donde el firme se hace solido, traspasada por ríos de mayos o menor fuerza. La visibilidad negruzca crea un paisaje de anochecer. Su cabeza se mueve deprisa. Tal vez deba volver, la duda surge en un Juan seguro.

El ruido de la lluvia tapa los oídos. Si continua el asfalto le llegara a un pueblo donde tomar un autobús de vuelta. La meta no se ha cumplido pero un paseante debe saber perderse y renunciar.

Dos faros se acercan por la parte trasera por supuesto sin sonido, el agua tiende a apagar la sed en pocas horas. Un quiebro del coche por un arroyo encuentra un cuerpo en su capo. Las emergencias tardan en llegar al cuerpo desmembrado, con canales de sangre aumentados continuamente.

sábado, 21 de noviembre de 2020

LAS SETAS

 

El otoño llega a su meridiano, el sol sigue mostrando su presencia, a pesar de las lluvias que han precedido el día de hoy. Juan toma su anorak y calza sus zapatillas de monte, para dar un paseo por el bosque. Ese lugar tan ansiado por los urbanitas, donde los silencios solo son interrumpidos por algún trino de pájaro o el movimiento de hojas de un animal huidizo,

No pasan muchos cuando entre la hojarasca se ve una seta, mimetizada con el paisaje, a su cabeza le llega una historia de enanitos que moraban bajo un caperuza, cuando su padre le contaba uno de tantos cuentos, que su cabeza inventaba.

Agacho su cuerpo para hincar las rodillas y descubrir. La desnudez del ser le deja ver su pie morado en contraste con su cuerpo color crema.

Juan tomá su navaja y provoca una incisión que libera del suelo el cuerpo. Deposita en una cesta de mimbre y mira alrededor en busca de nuevos miembros.

Unos metros más alla encuentra otra especie diferente pero también comestible.

Sus ojos olvidan las alturas para fijarse en el suelo entre la espesura verde y las hojas con predominancia del color marrón que finalizan el ciclo de la clorofila.

Los árboles proyectan una sombra sin su copa escasa, más pequeña que hace un mes, desprendida de sus manos, verdaderos pulmones que filtran en aire, no siempre listo.

Tras el paseo se sienta apoyado en uno de los robles circundantes, mira los ejemplares capturados y es momento del retorno a casa, donde embotara las diferentes variedades encestadas.

Según vuelve a casa las miradas de otros paseantes se fijan en el contenido colgado bajo su brazo, la jornada ha sido buena y la obtención micológica ha sido buena.

Juan se siente ufano, olvido sus pensamientos rutinarios, compañeros.

sábado, 14 de noviembre de 2020

CORAL

 



Su figura delgada proviene de una mente inquieta, en su busca interior se desplaza a la naturaleza donde encuentra la paz en la inquietud de las aves o en el estatismo? De los árboles.

El cambio de colores y el plumaje le arrojan el color que no cree encontrar en su vida repasada de experiencias que le permiten agarrar lo que tiene junto a ella y la experiencia que la hace valiosa en el arco iris de la vida.

Descubre a los niños como una equivalencia de adultos consumistas, sin encontrar el sentido simple del latido de un corazón. Del pajarillo asustado en las manos de quien quiere poseer o devolver al aire del que proviene en sentido de encontrar su punto de equilibrio.

Con la pequeña azada hace el alcorque para fijar, en el verano la poca agua que recibe del cielo o de la garrafa de cinco litros. Sus manos se llenan de tierra, esa que a veces, es tan necesaria para evitar que nuestra cabeza vuele sin descanso en busca de los sueños reales.

Su ropa oscura manifiesta escondite de su fácil sonrisa. En el maletero del coche siempre lleva una pequeña bolsa con lo necesario para una escapada de tres o más días.

Su trabajo no la llena pero le aporta lo necesario para poder comparar como  es ella misma.

La mano le dio la oportunidad de pintar y expresar el interior. El descubrimiento llego ayer cuando comprendió que las palabras son otro vehículo de comunicación. Donde a poco que se escarben, salen multitud de sentimientos escondidos o ignorados, para llegar a entender a uno de los seres más extraños, nosotros mismos, precisamente ese ser tan raro y cercano , irreconocible por la cantidad de disfraces que la sociedad nos implica a utilizar, olvidando el espejo

martes, 20 de octubre de 2020

LO ÚNICO CIERTO

 

Aquí lo único cierto es que a Jonas, el loco del pueblo, lo encontraron flotando en el rio. Fue un sábado de octubre, cuando comienzan las nieblas matinales y los árboles se visten de amarillo. La noticia corrió como la pólvora entre los cinco mil habitantes.

Todos sabían la costumbre del tonto del pueblo al consumo de alcohol y lo faltón que le transformaba. De una persona bondadosa sin malicia a un ser insultante, por tanta rabia acumulada y ser el cojín de los golpes de las frustraciones.

El rio divide el pueblo, como los bandos de habitantes. Alineados con el actual alcalde y el anterior.

La realidad siempre es diferente según los ojos observantes. El cadáver se llevo al tanatorio en para hacer la autopsia en busca de las causas, incluida el asesinato.

Fueron dos niños camino de la escuela los que dieron la voz de alarma. La policía se encargo del resto.

Jonas vivía solo en una casa baja, su familia le había dejado una pensión que le era entregada en el banco todos los meses.

Había sido comodín para cualquier trabajo, pero siempre el desprecio asomaba en la cara de los contratantes. Si sentía alguna muestra de cariño se derretía como la cera pero era difícil encontrar en un ser inferior.

La tontería es una forma de escape de la realidad, su vida era el papel que le habían asignado y él solo fue representando la actuación de su vida, nunca se rebelo ante ello.

La realidad parece tener forma de espejo y es la única forma de encontrar la certeza.

El rio se comporta como tal y en momentos de luz adecuada se manifiesta de la misma manera.

Jonas se haya sobre las aguas pero boca abajo es momento de encontrar su sentido. El no buscado.

lunes, 12 de octubre de 2020

EL SOBRE

 


Juan dejo una carta con su sello puesto y la dirección impresa, dentro plegó tres folios para que abultase. En la parte posterior no había remitente la dejo sobre un banco del parque, enfrente el buzón de correos.  Se sentó en un banco cercano para ver el comportamiento de la gente ante el objeto abandonado.

En el fondo la curiosidad de las personas es el motivo de su experimento, cerca un buzón de correos de esos que tantos había y ahora el correo electrónico los suplanto y dejaron de ser útiles.

Es sábado luce el sol en el espacio otoñal. Muchas personas pasan por la isla verde. Deja el anzuelo y marcha al lugar de observación.

No tarda mucho en pasar una pareja y ver el sobre,como si se hubiera caído. La mujer lo toma y nota el peso pero lo vuelve a dejar tras mirar hacía todo los lados. Juan emboscado en un libro, pasa desapercibido.

Otro hombre que pasea su perrito descubre el sobre, lo toma y mira alrededor en busca del dueño. La calle que figura es una calle cercana. Pero la curiosidad le lleva a guardarlo en su chaqueta. Miles de fantasías surgen en su cabeza surgen en su cabeza.

Juan le sigue para ver que no pasan doscientos metros extrae el envoltorio. Su cabeza le trae mala conciencia y tiene que asegurarse de no haber testigos. Como siempre, hay alguno, pero los sentidos lo impiden ver.

Despliega las paginas y unas frases de reproche por la conducta del lector. Lee deprisa y un sentimiento de culpa llega a una turbada cara. Lo siguiente es destruir el contenido y depositar en la primera papelera, como cuando hace con la bolsa de excrementos de su mascota, vaciara su sentimiento de culpa, ese que había creado tantas cosas.

miércoles, 29 de abril de 2020

ENCIMA, SE RIO DE MI




Encima se rio de mi, Juan se dijo para si mismo, no hay nadie que acompañe su sentimiento.

La bajada del autobús, fue lenta y le dio tiempo a volver la cabeza para observar al autor de su malestar, aun la sonrisa reflejada en su rostro.
Difícil olvidar esa boca desdentada y el sombrero de fieltro. Más complicado alejarlo de su cabeza a pesar de haber pasado media hora.
El movimiento mecánico, autónomo, obro milagros para seguir la ruta establecida, sin fijar su atención a todo aquello que pasaba, las flores en los jardines, el loco caminar de los peatones que quieren emular a sus espejos de automóviles.
Al llegar a casa, conecto la televisión en busca del olvido del incidente. Pero era lo mismo que ayer y antes de ayer, no le vale de novedad. Desconecto el aparato y fue en busca de la llena bolsa de basura. Los pasos no fueron briosos, como cualquier día. El encontronazo había marcado su hacer rutinario.
Juan piensa en los caprichos del destino y como cambian su día a día. Intento hacer de su rosto la contra imagen de su espíritu, empresa altamente complicada. La bolsa fue al contenedor correspondiente pero su cara no lograba su voluntad, se acerco al bar donde suele encontrarse con sus amigos de conversaciones banales. Hoy solo Matías estaba sentado en el taburete, sujetando la caña de cerveza, aferrado a ella como todo su poder. Nada más entrar le afea su cara de preocupación. Suficiente para que Juan suelte el suceso.
El camarero secando los vasos, le comenta que es una tontería, lo que le preocupaba. Juan vuelve la cara hacía él y con ojos vidriosos, contesta que sabrás tú.
El camarero abandona su función para colocar las botellas.
Juan miro fijo, dijo: Encima esta riendo, esté.

lunes, 27 de abril de 2020

VENENO EN LA PIEL



Juan tiene un apellido, psicópata. La ciencia se lo concedió hace tiempo.
Las ideas de Juan versan en torno de como seguir su instinto.
Entra en una tienda, olvidando los sistemas de seguridad y se acerca a la caja, extrae un largo cuchillo de su anorak, pronto esta en el cuello del cajero, con unos ojos fijos en el espacio pide la recaudación. No es mucho por los nuevos sistemas de pago, pero siempre hay alguien que prefiere el pago en metálico, un fajo de billetes entra en la bolsa del comercio.
Paso apresurado y salida corriendo. Según sale la alarma se pone en funcionamiento. Una boca de metro es su lugar de huida.
Las cámaras han grabado toda la escena y algunos clientes han sido testigos.
Juan llega a casa y mezcla los billetes en un potente insecticida y los tiende en una cuerda, los guantes quedan para la posterior recogida.
En Internet hay un tutorial para la fijación del principio activo al papel moneda.
Su rostro esta en las oficinas policiales. Se cotejan con otros ya fichados pero el rostro de Juan no aparece ¿nuevo en el sector?
Con sus guantes recoge el dinero y lo vuelve a meter en una bolsa, esta vez más gruesa.
Sale a la calle hace calor, aun hay horas de luz.
Extrae un billete y pone una pequeña piedra para que un posible viento no desbarate su plan a unos treinta metros se sienta en el bordillo de una acera para observar la escena. Pronto un joven mira el papel del suelo, mirada a uno y otro lado y descenso de recogida, guarda el billete en su bolsillo.
Juan repite la operación una y otra vez hasta culminar el fajo de dinero robado.
Su plan ha funcionado, el veneno hará su trabajo.

sábado, 11 de abril de 2020

EL CONFINAMIENTO




La pandemia, sigue sumando cadáveres, la confinación sigue sin día de termino. Todo crea una una incertidumbre en la cara, a pesar de las mascarillas. Juan salió al supermercado para abastecerse, al cruzarse con otras personas, tienden a aumentar la distancia de seguridad, nadie habla, salvo el teléfono de alguien que esta en la cola de acceso.

Los ojos vidriosos de Juan esperan la compresión de alguien, pero el silencio de las calles es la respuesta. La lista es corta y clara para estar el menor tiempo posible en ese espacio cerrado. La cajera dice el importe de la compra y fin del dialogo. Juan se despide y un hasta luego da por terminado este trabajo.
Juan salé, la cola va aumentando. Hoy dará la vuelta al edificio para hacer más metros y sus piernas no cejen en un reposo muy prolongado.
La naturaleza brota en cualquier lugar, los arboles se llenan de las primeras hojas que recibirán los rayos de sol.
El paseo de los perros, razón de muchas personas para aumentar sus pasos, reducidos a los producidos en los pequeños pisos.
Al llegar tomá las escaleras para ejercitar sus oxidadas rodillas. El teléfono fijó, inicia su sonido. Del titubeo a la prontitud. Le llaman del hospital, sus ojos vuelven a cristalizar. Su mujer ha fallecido pero no puede verla, la enviaran a un deposito y allí se pondrán en contacto con él. Como puede se despide.
Vuelve por las bolsas de la entrada y coloca los productos en su sitio. Total da igual, hoy no tiene hambre. Llama a sus hijos para dar la noticia, pero la impotencia de no verlos, de no estar con ellos. Con el puño cerrado golpea la vida del comedor, derruido cae en el sofá.
Maldito aislamiento” son las palabras que salen.









sábado, 4 de abril de 2020

VIAJE A SATURNO





Ayer un amigo que propuso que nos fuéramos a Saturno. Yo sin tardar le respondí que no, porque sería un viaje sin vuelta.
Estamos en un periodo que toda la población está recluida en sus casas.
Él me dijo según la situación actual, mejor ir allí.
Mi reflexión fue que tengo muchos apegos en este planeta.
No tardo en responder que quedaban pocas plazas y necesitaba una respuesta rápida.
La mensajería instantánea requiere la misma prontitud.
Cerré la conversación y me puso a pensar porque había dicho los apegos. Todo eso que nos ancla a este espacio a esta manera de vivir.
Por supuesto que ya no hubo más dialogo, me entristeció que Jorge me comunicara esta invitación y la entendí como una despedida, en su cercanía a los ochenta es persona de riesgo en estas condiciones actuales.
El siguiente pensamiento es sobre que hubiera pasado si hubiera emprendido ese viaje juntos. Si la fantasía se convirtiera en realidad, esa misma que te encadena al estado actual.
Saturno esta muy lejos eso dicen todas las noticias, las mismas que te recuerdan el numero de afectados en el mundo, una y otra vez.
Sin embargo una persona te recuerda una salida. Nuestra mente se ancla a lo conocido, la imaginación queda excluida, como forma dañina no contrastada por las autoridades científicas.
Sabes, voy a llamar a Jorge para aceptar la oferta de viaje. Pero el teléfono no responde, fui tan precavido que no pensé en sus palabras, solo lo hice en mis filtros y seguro que se cumplió "pocas plazas" y la respuesta debería ser pronta. Ignorando todo, perdí la oportunidad de iniciar ese viaje. Miraba el móvil, pero no llego comunicación, a nadie se le planteo esa posibilidad, a mi me llegó, nunca sabre que hubiera pasado precisamente en futuro.

sábado, 28 de marzo de 2020

EL CABALLERO ALONSO





El caballero Alonso, salé de su castillo con la armadura puesta. Hoy los problemas están abajo, en la ciudad. El caballo empieza a resonar en el empedrado de descenso, siempre los castillos se encuentran hacía arriba, dos auxiliares van tras él a la carrera, con sendos rocines.
Al llegar se encuentra con un numeroso grupo, lleno de estandartes y voces altas, contra mas gritos más importante es el problema. Se van separando para dejar paso hasta el centro, parece ser como si este punto fuera lugar de encuentro.
Alonso clama, voz en grito, a por ellos.
Una fila se va componiendo, dejando la parte delantera a los pendones y seguida de los diferentes señores. Parecen ignorar que van al encuentro de la muerte, al fin y al cabo cualquiera se siente vencedor, sino se hubieran quedado en casa, curiosa analogía a los tiempos del covid 19.
Cuando se ponen en marcha se hace lenta se moviliza mucha gente y por ello, durara días, hay que llevar provisiones y tiendas de campaña.
Nada más salir una tromba de agua despide la salida. Se ha buscado cobijo en los árboles de la entrada, junto al rio. El camino se enfanga y hace penosa la marcha, ya no hay voces triunfantes sino de palabras voluptuosas.
El campamento se fija en una colina huyendo de las vegas, no vaya a ser que el tiempo descargue.
Los fuegos se hacen a duras penas. Alonso mira su celada sobre una roca y se quita la piel de hierro, se siente más ligero pero de peor humor.
La noche no ha sido mejor.
El peso transportado hace fatigosa la marcha, desanimo y perdida de objetivo, cunden como pólvora, mojada.
El segundo día no fue mejor y los entendidos lideres, acordaron dar la vuelta, no querían otra derrota.

viernes, 27 de marzo de 2020

LA PUERTA DE LA CALLE




El viaje se convirtió en una quimera. La llamada de la empresa se convirtió en una orden. Juan tuvo que deshacer la maleta y ver como el dinero pagado de reserva y confirmación se diluía, al igual que un helado en un día de agosto.
La rabia llenaba su cara, sus argumentos no fueron suficientes para diluir el mandato. Si desaparecía, el despido era desde el minuto uno.
Había ahorrado celosamente el dinero para ese viaje soñado. Para volver a su realidad del día a día.
Intento cancelar pero perdía mucho dinero, era lo que ahí.
Llamo a sus amigos para explicarles el infortunio, aunque era más una liberación de estado personal, ante esa barrera laboral.
Al siguiente día volvió a su puesto de trabajo. La extrañeza de sus compañeros, de los que se había despedido el día anterior. Y las risas no tapadas de verle de vuelta. Encendió el ordenador y tomo la carpeta con la tarea a realizar.
Por su cabeza pasaba si era tan urgente lo que allí se pedía.
El color gris subió por sus arterias para tener la necesidad de tener que hablar con su superior.
Tras llamar a la puerta se encontró con una persona muy ocupada, según manifestaba sus maneras de estar.
- Siéntate y dime, rápido.
  • Creo que la suspensión de mis vacaciones no tiene sentido al encargo que me ha hecho.
  • Muy bien, ahora el señorito sabe las prioridades de la empresa. Subía las gafas con su dedo indice, como si de un revolver se tratara, luego indico hacía su pecho. Juan se arrugo, como si hubiera recibido el impacto de la bala imaginaria.
  • Pensaba poder hacer la siguiente semana.
  • Mira Juan, la empresa tiene una planificación de mucho tiempo, la puerta de la calle está abierta.




miércoles, 18 de marzo de 2020

CAER EN DESGRACIA




Juan calló en desgracia, un agujero cerceno sus pasos para caer en sus profundidades. La tierra mojada mancho sus ropas, al intentar salir resbalaba y vuelta a empezar, cuando logro salir una capa acompaño el lodo a sus ropas.
Tenía que cambiar de ropa, ir a casa. Pero ¿como? No se puede ir en transporte público, su casa esta en dos kilómetros.
Quien le mandaría ir a aquel parque y pisar aquellas tablas que cedieron a su peso.
Juan sentó en el bordillo de la calle y comenzó a agobiarse, no sabía como salir de esa situación, la cara también había recibido parte de la cosmética terrea.
A su cabeza le llego el recuerdo del trabajo en la anterior empresa, cometió un error y queriendo solucionarlo iba empeorando la situación, casi la vivida hacia un rato, encontró similitudes al intentar salir del hoyo.
Encontró al lado, un paquete de pañuelos de papel, por lo menos le liberaría, de la parte de la cara y gafas. Fue una medida escasa, intentando quitar mas adherencias, logró un resultado peor. Busco nuevos papeles captadores de suciedad, pero los olvidos escaseaban.
La situación le comenzó a desbordar por no encontrar solución. La americana era un saco de escombro. Los viandantes miraban con descaro pero el sonrojo no llegaba a aflorar por los tonos acompañantes. No podía andar asi tanto tiempo, pero una cabeza embotada y pesada no estaba para la ligereza de ideas.
Solo le quedó asumir su realidad y llegar a casa. Su presencia seguía levantando miradas y hasta comentarios jocosos. Nadie se ofreció a ayudar. Por fin pidió permiso para entrar en el servicio. Un cliente le ofrecio su coche para llevarle a casa.
Se lo ensuciare.
No, cojo unos cartones del contenedor.
Al llegar, no tenía las llaves, las había perdido

martes, 17 de marzo de 2020

LA PAREJA


Se habían casado hace más de treinta y tantos años. Tienen una casa donde criaron dos hijos. Lo significativo es lo diferente de carácter y como han estado tantos años juntos.
Lucia es extrovertida, no pasa desapercibida, su voz grave y las ganas de reír, están presentes..
La mirada de Manolo es su definición, difícil mantiene la mirada ante los interlocutores. Necesita estar en continuo movimiento, aun a pesar de la cojera que arrastra de un problema de cadera, sino tiene que hacer se lo busca, no soporta estar demasiado tiempo tiempo con ella.
El final siempre es una discusión. Su bigote esconde otras señales.
  • ¿Me puedes decir que estás haciendo?
  • Colocando estos libros.
  • ¿Cuando lees algún libro? Ven a sentarte en el sillón, conmigo.
  • Ya sabes que la tele me aburre y los libros no me enganchan.
  • Parece que me evitas.
  • Ya sabes como soy, tu tienes una manera de ser y yo otra.
  • Pero parece con el paso del tiempo, te estás volviendo más “raro”
  • Mira quien habla.
  • Manolo las discusiones siempre terminan así, tendríamos que juntar objetivos comunes, en unos años nos jubilaremos, el trabajo no nos dará la justificación para estar fuera el uno del otro. Compartiremos mucho tiempo juntos
La mirada esquiva de Manolo fue la respuesta.
    • Voy a comprar unas cerveza
    • Siempre haces lo mismo, porque no podemos hablar.
    • Crees que no hemos hablado bastante en estos año.
    • Nooo, lagrimas en los ojos de Lucía.
La puerta de la calle sonó, seguido de pasos acelerados en la escalera. Fuera el tiempo se había nublado y anunciaba tormenta. El sol rojo lo confirmaba.
Manolo fue a la estación de autobuses en busca de un billete hacía su pueblo.
Lucía no entendía nada.

domingo, 15 de marzo de 2020

EL PATIO INTERIOR



El patio interior se accede desde el bajo. El edificio cuenta mas de cincuenta años. La estructura ha sufrido el paso de ese tiempo y desconchones como costras de un cuerpo envejecido acompañan a la fachada y a este recinto. Aporta el único lugar donde se cuela la luz natural, pero al tener cinco plantas encima la hacen muy sesgada, salvo los meses de verano.
Un amasijo de cuerdas cubren el cielo del recinto. La humedad lo dota de flora y aroma podrido. En el centro una rejilla de desagüe que aumenta los aromas Recoge las aguas de lluvia y de las ropas tendidas además de los desperdicios, que distraídamente allí caen.
Unos visillos tratan de esconder la fealdad del recinto y ocultar la puerta.
Marta ha conseguido un alquiler en este paraíso, el precio desorbitado.
La ventana da al centro de luz junto al salón.
Muebles viejos y en el comedor una arqueta del edificio que a pesar de estar tapada por una vieja alfombra, sigue emitiendo olores que la ventana no puede absorber. Acaba de traer sus cosas y tras observar lo que no había visto se sienta descorazonada en una de las pocas sillas útiles. Ha pagado cinco mensualidades, mucho más que lo requerido legalmente, pero sino lo quería había cola para hacerse con ella. Desmotivada, se siente engañada a su inquietud por conseguir su espacio de vida.
Con desgana coloca su ropa en el armario desvencijado. Un olor insoportable comienza a salir de la arqueta. Abre la puerta y sale a la calle. Toma el teléfono y llama al dueño para advertir del suceso.
La conversación es corta mañana llamara a un camión para sacar el atasco.
-¿Y yo que hago hoy?
-Cierra la puerta del salón y abre la del patio. Mañana se habrá arreglado.

jueves, 12 de marzo de 2020

PÁNICO



La noticia se convirtió en titular en periódicos, prensa y televisión. La difusión fue máxima a nivel mundial, todos se habían puesto de acuerdo, ni el cambio climático lo había conseguido: aunar la conciencia de tantas naciones tan dispares como China y Estados Unidos, el resto de países comenzaron a llenarse de un elemento llamado miedo. Los decesos del virus en cuestión pero tan reales para desarrollar ¿el pánico colectivo?
Difícil posicionarse ante tal cantidad de expertos en materia médica.
Los whatsapp se llenan de informaciones y de memeces chistosas, con intención de desdramatizar el manto negro generado en la población.
Los fallecimientos parecen ser la bandera de la pandemia generada cifras y más cifras contrastadas en los diferentes países.
La muerte siempre fue fuente de tabú, pero ahora se utiliza tan a menudo que que perturba la vida, provoca miedo e intranquilidad. La consigna es aislarse en las casas, trabajar telematicamente, evitar la calle y las aglomeraciones.
Cuatro mil personas muertas en todo el mundo son suficientes para aparcar las decesos producidas por falta de alimentos y agua que superan en un par de días en todo el orbe.
La información es así, hablamos de lo que algunos quieren que se hable, olvidando realidades que no requieren la confianza de ninguna noticia, aunque sea pequeña.
Nos convertimos en pequeños altavoces con la misma consigna todos los humanos y a lo largo de cada día. Aunados a millones de personas resonamos un murmullo molesto que crea tantas inquietudes como los acufenos.
Toca tiempo de reflexión y de parar en un mundo que no tiene tiempo para ello, reflexionar el sin control de cada vida. De la construcción de un hospital en diez días. Mientras se acaparan productos de los supermercados ante el temor del aislamiento, miedo a dejar de poseer.

lunes, 9 de marzo de 2020

EL ENSAYO SOBRE EL VIRUS



ENSAYO SOBRE EL VIRUS
Él dijo gravemente esto excede mi comprensión. Sabía que este terreno no lo controlaba y por ello soy incapaz de encontrar salida ninguna.
Trate de hacerle comprender que no tenía que agobiarse pero en el fondo le comprendía, no había sido el primero sino de una serie personas fallidas en el proyecto. La idea era apetecible para cualquiera, pero el nivel de implicación hacía que muchas personas salieran sin casi llegar a empezar.
Recordaba otros muchos casos, pero él parecía diferente, con tanta ilusión pudo parecer otra cosa pero su renuncia merecía un reconocimiento y así se lo hice saber.
Seguían faltando cinco personas, pero la lista de voluntarios tocaba a su fin.
Algo no había salido bien, tocaba reflexionar como poder conseguir el numero de voluntarios necesarios para llevar el experimento.
El teléfono no sonaba desde ayer. Esta tarde reuniría al resto de colegas para planificar nueva estrategia.
La tarde nos reunió para fijar nuevas estrategias. Una de ellas era pagar a los voluntarios, el camino nos lo daba la última renuncia: “esto excede mi comprensión” sabía que era bueno para la población y él se sacrificaba por el resto del colectivo.
El virus escalaba el numero de defunciones y solo se sabían de especulaciones o para-noticias, que creaban un nivel mayor de desinformación.
Fijaron un precio económico por la participación, sin quitar el matiz de ser unos héroes por haber participado.
Todo había sido meticulosamente planificado pero faltaban los conejillos de indias para valoras sus efectos reales.
El tiempo es imprescindible para llevar a cabo el ensayo.
Conocía que una cosa es la teoría y ora muy diferente la practica.
Redactamos la nota subrayando lo de heroica y la aportación material. En pocos minutos las correos se llenaron de voluntarios buscando una oportunidad de ganar dinero extra.

jueves, 5 de marzo de 2020

EL METEORITO



La noticia corre como la pólvora, un meteorito del tamaño de un campo de fútbol, caerá en un lugar indeterminado del país, mañana.
El pánico se apodera de las personas, que no saben que hacer, donde ir, donde esconderse.
Los acaudalados irán a sus refugios anti nucleares, pero el resto, ¿qué?
La hora será a las doce de la mañana.
Las luxaciones de cuello estarán a la orden del día de tanto mirar hacía arriba, algunos lo empezaran a hacer desde ya, buscando esa enorme bola de fuego.
Según pasan las horas la incertidumbre es mayor. La noche se hace corta o larga, dependiendo de los actores.
La afluencia a las bocas de metro empieza a las ocho de la mañana, todos quieren estar protegidos con ese paraguas, valido en tiempos pasados.
El día es soleado, invita a salir y buscar los primeros o últimos rayos de sol.
Martín lo tiene claro ira al banco donde suele ir todos los días y mirara el cielo en vez de las ramas del platanero. Curiosamente observa a la gente correr, todos esperan la llegada del medio día, similar al de las campanadas de año nuevo. Los niños no han acudido al colegio, la ciudad se ha congelado, sin a penas actividad, sabiendo que a partir de las doce todo volverá su ser.
Martín lleva desde las diez sentado, siendo espectador de lo que le rodea. Una pequeña brisa mueve las hojas pero apenas hay trafico.
Una iglesia cercana comienza a tañer, una, dos, las miradas fijas en el cielo, tres, cuatro, abrazos entre familiares, cinco, seis, lagrimas en ojos vidriosos, siete, ocho las respiraciones se hacen más frecuentes, nueve, diez, once y doce.
Un polvo fino cae por todos los lados, es la arena en polvo del desierto de Sahara. Todo pasó.

martes, 3 de marzo de 2020

CAMBIO A PIEDRA

La tarde comenzó a caer. En la cama del hospital, el cuerpo encogido de María, de piel retraída, músculos sin tersura, la visita espaciada de personal sanitario de rutina. Tensión, temperatura y unas pocas palabras para lograr un contacto de comunicación diferente al de sus familiares.
Los ojos siempre abiertos, teme cerrarlos y no ser capaz de una nueva apertura visual.
La hora de la cena llega, una bandeja con comida muy liquida, para no molestar su aparato digestivo.
Incorporan la articulada cama en posición más vertical. Su hija coloca la servilleta alrededor del cuello.
Los ojos vidriosos han dejado de ver y quedan fijos.
Las visitas van desapareciendo y es el momento de enfrentarse a la realidad de la enfermedad.
La bandeja recoge el plato de puré medio lleno y una servilleta con restos de verdura. No quiere nada más, sin hacer caso de tomar un poco más, de las indicaciones de la hija. Saca la bandeja al pasillo y aprovecha para ir al servicio y estirar las piernas.
En el pasillo se encuentra más bandejas, casi llenas, nadie tiene ganas de comer. En las ventanas las luces encendidas y el trasiego de coches.
Aprovecha para hacer llamadas de información a sus parientes y se entretiene en repetir la historia una y otra vez. La vuelta a la habitación encuentra a María tosiendo, lo ingerido se haya impregnado en las sabanas y manta marrón. Corriendo va a incorporar el menudo cuerpo, los vidriosos ojos muestran el dolor. Llama al botón de la enfermera, rauda aparece, los nervios de su hija y un pequeño relato del encuentro con su madre describe la situación encontrada
Con las mismas sabanas tratan de quitar el vomito de su piel y llaman a las auxiliares para cambiar la cama.
María cambia a ser piedra.

martes, 21 de enero de 2020

LA SUPORACIÓN

LA SUPORIZACIÓN 
 
La cicatriz de la cara de Juan ha empezado a supurar, un liquido viscoso aparece en dos de los antiguos puntos que cerraban las partes sueltas infligidas por el filo de la navaja.
Al notar deslizarse una gota por su mejilla, lleva la mano hacía ella, mientras recoge el liquido purulento entre sus dedos.
Hace tanto tiempo de esto y sin embargo vuelve a brotar. Va hacía el servicio y descubre el otro punto con igual gota. Lava con jabón y agua. Tomá una servilleta y seca las gotas de agua, mientras quiere secar los dos fuentes de su cara.
Las pequeñas goteras siguen su llanto. Toma una nueva toallita y la aplica con la idea de taponar. Coloca sus gafas y un “ya se secara” es la respuesta que se da.
La mente de Juan se vuelve hacía como, vuelve a salir liquido de una herida, cicatrizada hace muchos años. La imagen del afeitado matinal viene a su rescate, pero hoy no lo ha hecho ¿entonces?
Abandona el baño y sigue aplicando el apósito, sorbiendo gota a gota.
El almacén tiene un poco más de ajetreo por haber recibido partidas nuevas para ser distribuidas en los próximos días.
De vez en cuando vuelve a llevar la mano, al bolsillo para obtener el papel secante. Un descuido hace perder la verticalidad a una fila de cajas de cartón. Estruendo y miradas de todos hacía él. Se afana en recoger lo más rápido posible y hace dos filas. Risas y miradas de censura.
El ruido de la carretilla eléctrica, con su pitido. Marcan un nuevo tiempo.
Como un tic seca su cara continuamente. Su gesto no pasa desapercibido, nadie se atreve a decirle una broma, solo miradas de soslayo.
El día pasara como paso aquella fecha hace tres años.