lunes, 7 de diciembre de 2020

MÚSICA

 

Las notas musicales vuelan en caída libre por la habitación.

  • Quieres bajar un poco la música, por favor. Ángel dice a su compañera de vida. Este tipo de música no es su preferida.

  • Cuando tengo que oír la que a ti te gusta, me tengo que callar. Ana responde como un resorte, mientras baja el volumen. Pero elige una emisora mas tranquila. En busca de consenso.

    Ambos están leyendo.

  • Siempre estas oyendo el mismo tipo de canciones.

  • La verdad es que me siento a gusto cuando las siento a mi lado. Ya se que a ti no te hacen mucha gracia, pero a mi me dan cierta seguridad.

  • Yo lo que encuentro es que la repetición me llega a aburrir. Confiesa Ángel. Lo siento pero hay veces que me molesta.

  • Para mi la música es un acompañante, puedo seguir haciendo la tarea de cada momento sin distraerme. También entiendo que debo de hacerlo cuando estoy yo sola.

    Ángel se siente mal por la petición y sabe que en el fondo son iguales, aunque no con tanta asiduidad. El trabajo, hoy me ha salido mal, parece que todo lo hacía al revés.

  • Ya hemos hablado muchas veces que los problemas del mismo tienen que quedarse allí. Contesta mirando a los ojos del compañero.

  • Lo siento pero no puedo permanecer como si tuviera un impermeable. Mientras en la radio un pitido del inicio de una nueva canción le enerva una vez más. Se levanta del sillón y toma la taza y la revienta contra el suelo.

  • Y ahora ¿a que viene eso? Continua con las carpetas encima de la mesa.

  • Fijate, dice Ana, siempre he pensado que las melodías aplacaban a las fieras, ahora tu te encuentras fuera de ellas.

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