martes, 14 de julio de 2015

MAÑANA LO HARÉ



Mañana lo haré, como siempre surge en Manuel el rechazo a un compromiso, es mejor dejarlo para más tarde.
Ese rechazo o el aplazamiento hizo que se malograra la relación que llevaba con Margarita, fueron cinco años donde la convivencia en común, no se fraguo, el eterno miedo surgió una vez más.
Cosas anecdotistas como el hacer cualquier tarea domestica se van aplazando hasta hacerse en obra no acabada.
Manuel siempre justicia su manera de ser con cualquier cosa que valide su no-hacer. Muchos plazos de citas convenidas se han venido al traste por esa pereza que ha llegado a ser una forma de vida, de pensamiento y hasta de no-acción.
Hasta que llego un día en que, Manuel, se hizo consciente de que su forma de actuar le estaba llegando a mal sitio. Sucedió que iba a por comida y según iba, por la calle, se fijo en el anuncio de un autobús que le dejo perplejo y se dio cuenta que no sabía donde iba. Con mucho enfrentamiento interior, decidió, volver a casa y según subía los peldaños, recordó que el objetivo era comprar comida. Pero al volver por el camino, otro paréntesis volvió a surgir. De nuevo torno a casa.
Se sentó en su sillón y descubrió las lagunas que le estaban ocurriendo y decidió pedir ayuda.
Acudió a la cita del profesional elegido y comenzó una terapia donde descubrió el clavo clavado en su mente, origen de su comportamiento posterior. Una vez localizado el problema era más fácil curar la mente y con ejercicios mostrados. Inició una nueva vida. Era difícil recuperar los años perdidos, pero si hacer, los que vienen que se vuelvan maravillosos.

El mañana lo haré se ha reconvertido en lo estoy haciendo. Incluso llamo a Margarita, pero “el teléfono marcado no existe”.

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