lunes, 1 de febrero de 2016

JUAN EL VENDEDOR AMBULANTE




Juan es un vendedor ambulante, hace bisutería donde incorpora algunas piedras que dan un color que ayude a hacer atractivo el producto que él elabora.
Un trapo de color azul es el que forma el escaparate, donde se colocan sus creaciones. Este se coloca sobre cualquier acera o algún banco.
Hoy Juan está nervioso no se coloca detrás de su puesto. Se llega a poner enfrente donde hay un banco, pero esto hace que nadie se pare a ver lo expuesto.
Una muchacha se para a ver, es entonces cuando se levanta, pero la chica prosigue su camino. Entonces reflexiona y se da cuenta que tiene que comunicarse para lograr que las personas tengan una necesidad, que en principio no tenían. El consumo es un gran factor.
Por fin una chica, se para para interesarse por lo expuesto. Ella también ha elaborado y vendido bisutería, que ella elaboraba. Él le explica, lo mal que le va. Ana, que es el nombre de la joven. Le pide que le deje vender su género, Juan acepta, diciendo que está dispuesto a aprender.
Curiosamente comienza a pararse gente, interesándose sobre lo expuesto. Juan tiene un papel secundario para indicar los precios. Algo que, Ana, aprende con rapidez. En poco tiempo consigue vender todo.

Juan invita a cenar Ana, para aprender lo que había visto, pero que no entendía. Pasa de un mal día a vender todo lo que tenía. Se ha dado cuenta que él no confiaba en sí mismo, por ello no elaboraba muchas piezas, hoy podría haberlas vendido todas. Ana se lo recalca y le dice que tiene que empezar mirándose en un espejo, todas las mañanas, para identificarse consigo mismo. Es la manera de empezar a confiar en uno mismo. Ana le confiesa que comenzó igual que él. Confianza siempre.

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