jueves, 12 de marzo de 2020

PÁNICO



La noticia se convirtió en titular en periódicos, prensa y televisión. La difusión fue máxima a nivel mundial, todos se habían puesto de acuerdo, ni el cambio climático lo había conseguido: aunar la conciencia de tantas naciones tan dispares como China y Estados Unidos, el resto de países comenzaron a llenarse de un elemento llamado miedo. Los decesos del virus en cuestión pero tan reales para desarrollar ¿el pánico colectivo?
Difícil posicionarse ante tal cantidad de expertos en materia médica.
Los whatsapp se llenan de informaciones y de memeces chistosas, con intención de desdramatizar el manto negro generado en la población.
Los fallecimientos parecen ser la bandera de la pandemia generada cifras y más cifras contrastadas en los diferentes países.
La muerte siempre fue fuente de tabú, pero ahora se utiliza tan a menudo que que perturba la vida, provoca miedo e intranquilidad. La consigna es aislarse en las casas, trabajar telematicamente, evitar la calle y las aglomeraciones.
Cuatro mil personas muertas en todo el mundo son suficientes para aparcar las decesos producidas por falta de alimentos y agua que superan en un par de días en todo el orbe.
La información es así, hablamos de lo que algunos quieren que se hable, olvidando realidades que no requieren la confianza de ninguna noticia, aunque sea pequeña.
Nos convertimos en pequeños altavoces con la misma consigna todos los humanos y a lo largo de cada día. Aunados a millones de personas resonamos un murmullo molesto que crea tantas inquietudes como los acufenos.
Toca tiempo de reflexión y de parar en un mundo que no tiene tiempo para ello, reflexionar el sin control de cada vida. De la construcción de un hospital en diez días. Mientras se acaparan productos de los supermercados ante el temor del aislamiento, miedo a dejar de poseer.

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