Cuando
dan las tres, el edificio comenzó a vomitar gente. Todo el mundo
tiene prisa. Todos aceleran su paso para llegar a su casa o al
restaurante. Donde tan deprisa como llegaron comerán de la misma
manera. Pero uno de los ascensores, el numero catorce, se queda
atascado en la planta del mismo numero. Precisamente son catorce,
los ocupantes del cubículo. De primeras se apagan las luces
principales y se encienden las de emergencia Curiosamente
todos miran hacía arriba, lugar del que provienen, olvidando a donde
van, hacía abajo. Las respiraciones comienzan a ser mas cortas y de
más intensidad. Según están pasando los minutos alguna gota de
sudor aparece por la cara de varios de ellos. el botón de emergencia
es pulsado cada poco tiempo, como si fuera la única llave que
disponen. pero curiosamente en cinco minutos el grueso del personal
de las diferentes oficinas se ha mezclado en la calle. Quedan los
guardas de seguridad y alguno que no ha terminado sus importantes
tareas. El silencio exterior se puede notar, además se une la
circunstancia de ser viernes, razón mayor de la estampida.
El ascensor es lo suficientemente ancho para poder sentarse. Los nervios comienzan a hacer malas pasadas. Ante la situación surge un líder que pide calma y silencio."no conseguimos nada poniéndonos nerviosos¨. "Ya pero es viernes y parece que no se oye a nadie". Una mujer comienza a ponerse nerviosa y comienza a gritar "Ayúdennos, ayúdennos" Pero sus gritos no tienen respuesta. Los móviles hacen llamadas a emergencia.
En un momento el ascensor comienza a bajar de una manera racana pero enseguida se para. A los catorce minutos llega a la planta baja. Son los catorce minutos de aceleración donde se repasan muchas cosas y nada por la angustia y el agobio producido.
El ascensor es lo suficientemente ancho para poder sentarse. Los nervios comienzan a hacer malas pasadas. Ante la situación surge un líder que pide calma y silencio."no conseguimos nada poniéndonos nerviosos¨. "Ya pero es viernes y parece que no se oye a nadie". Una mujer comienza a ponerse nerviosa y comienza a gritar "Ayúdennos, ayúdennos" Pero sus gritos no tienen respuesta. Los móviles hacen llamadas a emergencia.
En un momento el ascensor comienza a bajar de una manera racana pero enseguida se para. A los catorce minutos llega a la planta baja. Son los catorce minutos de aceleración donde se repasan muchas cosas y nada por la angustia y el agobio producido.
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