martes, 22 de diciembre de 2020

CONEJOS

 

 


El folleto se refería a la nueva plaga de conejos, si de esos roedores que arruinan las cosechas, pero no hablaba de lo beneficiosos que son para otras especies animales dentro de su cadena trófica. Se olvidaron de mentarles en las páginas distribuidas por los hortelanos que demandan ayudas institucionales.

En los programas de las televisiones gusta verlos como son presa favorita de muchas especies, tanto rapaces como mamíferos.

Una pareja de activistas se afanan en repartir los mismos, sus cultivos han resultado ruinosos, Es mejor echar la culpa a alguien y conseguir unas monedas por su baja producción.

Asaltan sus madrigueras llenándose de cristales y rompiendo el sistema de túneles. Se ha declarado un enemigo y por ello hay que exterminar, como consecuencia llegará el equilibrio. Ese que no se consigue a base de utilizar productos químicos, que sí generan un problema. Sobreutilización de acuíferos y demás labor alteradora del medio. Siempre es bueno usar la figura de un enemigo que sirva de motivo para la frustración de la planificación agrícola.

Tras la entrega de papeles abandonan la zona de conciencia, muchos trípticos tirados en el suelo como hojas del árbol caídas en el otoño.

Un aire empieza el vuelo de los mismos mientras las orejas de un conejo pequeño busca entre las letras imprimidas el sentido de los grafismos, sus bigotes buscan un alimento que no encuentran en esta parte tan erosionada de aceras y calles asfaltadas en la línea divisoria entre campo y ciudad.

Los coches siguen emitiendo sus humos mientras las primeras farolas comienzan a emitir su luz. El viento se hace más intenso y como aviones de papel inician su vuelo, los folletos. El aeropuerto no se vislumbra ni está en su orden de vuelo. Abajo los pasos a saltos inician su vuelta hacia casa






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