CICATRIZ

 

¿Cómo puede salir líquido de una herida cicatrizada? Se pegunta Juan. Una incisión en su cara producto de un ataque con navaja fue causa de su herida, que afea su mejilla izquierda. Entre vez y cuando una gota de pus se vierte, pero él tiene la sensación de ser continua. Aunque ponga apósitos o se limpie con pañuelos, nunca aparecen manchados.

En periodos en los que se encuentra más nervioso se convierte en un tic. Hubo un tiempo en que llevaba la tirita de continuo, alguien, pensando en un corte al afeitarse, -otra vez te has cortado- Juan baja la cabeza y no responde. Quiere desaparecer. Pero cuando se quito el protector, la cicatriz se hace más visible.

Juan piensa como un apestado con señales del pasado  todo el mundo las ve, por ello se siente violado por un pasado turbio, nunca abandonado en su cabeza. Siempre tratando de ocultar su lado izquierdo, como fugitivo, cada vez evita los contactos con otras personas. El continuo llevar un pañuelo para secar las imaginarias gotas, se convierten una obsesión de estar limpiando algo que solo siente él. La mejilla izquierda es cubierta continua mente por su mano correspondiente en cuanto va por la calle.

Margarita, su vecina del primero, rompió el aislamiento, puedo habla contigo Juan, mano a su cara, parece como siempre te fueras ocultando ¿te pasa algo? Como soltar una angustia, Juan suelta su inquietud. Margarita responde si tu te quieres ocultar algo, vas haciendo expuestas anormales con un resultado totalmente diferente es mostrarse más. Las miradas  siempre irán hacía la parte que escondes.

Juan contesta cada día estoy más nervioso, más paranoico. Intento salir lo mínimo posible Hoy acabas de cambiar aceptas tu problema y su origen acabas de producir un cambio en ese camino descendente hacía un accidente.

AYUNTAMIENTO

 

Juan desaparece de la Alameda por una calle poco transitada, es la calle más pequeña de la zona, allí no hay zona comercial, solo las traseras de otros edificios, por allí no se suele ir a ningún sitio, salvo para atajar a otra avenida principal. Los barrenderos ni pasan por ella en el centro un olor a orines como aliviador, junto a unas cajas de madera olvidadas. Juan toma unas fotos para denuncia en el ayuntamiento la dejadez de la limpieza. Los vecinos suelen tirar agua con lejía para mitiga los olores. Las cocinas de los edificios suelen dar a ella.

Parece una trastienda donde todo el mundo deja cosas inservibles.

En el ayuntamiento pegunta donde puede denuncia la situación, le invitan a ir a la concejalía de limpieza. Un cuarto habilitado para el funcionamiento de cada servicio. Toca la puerta peo nadie acude ni dice nada, Abre la manilla, pero está vacío, solo cajas apiladas, palas y cepillos nuevos. Tapan una mesa con un ordenador. Juan vuelve a bajar y le dicen que estará desayunando, pregunta que cuando volverá y la respuesta es sobe las 11, pero si son las 10. Aproximadamente le dicen. Iré a tomar un café, de una hora.

Juan vuelve enfadado y pregunta si ha llegado. Respuesta afirmativa. Sube las escaleras y llama, de nuevo. No hay respuesta. Vuelve a bajar y dice la situación, como explicación es que estará en el servicio.

Juan se siente toreado. Si quiere ponga una nota en el registro, desde allí se le contestara. Intento ir de nuevo. La situación no ha variado. Vuelta a bajar y pregunta para poner una reclamación. No le va a valer de nada. Está en el ayuntamiento, vuelta a recibir una respuesta disuasoria. Es igual la pasare por registro. La sonrisa del funcionario.

EL LIBRO AZUL

 

• Sobre la mano un libro azul, sin título ni imagen ninguna. Juan coge el mismo hacia su sillón favorito, ritual, enciende su lámpara de lectura, para descubrir el objeto encontrado en un banco de piedra en el bulevar. Ni siquiera la había ojeado, quería tener la sorpresa en su casa.

• La primera página está en blanco pero en la cuarta comienza la caligrafía, no hay título. La letra es fácil de interpretar lleno de letras redondas sin astros afilados. La pimera pagina encaja la historia en en una aldea de hace doscientos años.

• A Juan le resulta curioso, que el libro esté terminado y al final un nombre Isabel y la fecha de antes de ayer. Porque desprenderse de tanto trabajo para abandonarlo en un banco a la vista de todo el mundo. Las dudas comienzan a surgir en la cabeza de Juan. Se envuelve en la lectura y hasta no terminarlo, le dieron las cuanto de la mañana. Curiosamente hay palabras subrayadas que anota en una hoja. Pero se siente cansado y va a dormir. 

• Juan siempre se toma su tiempo y mañana será un buen día para reflexionar.

• Tras tomar una ducha y desayunar va a comprobar las palabras anotadas: “si te dijera que esto ha sucedido el año pasado que harías?”

• La historia se refiere a un asesinato, donde alguien lo ha visto todo, es de creer que Isabel sea esa persona pero no cita en un lugar y un tiempo que facilite la ubicación. ¿Que hacer con este secreto?

• Realmente los secretos, secretos son, pensó Juan, así que volveré a dejar el libro sobre el banco donde estaba olvidado y se terminó mi tiempo de pensar. 

LA POLITICA Y LA GESTION

 

• Cuando una persona ingresa en la política, intenta mejorar las condiciones de vida desus vecinos o de la sociedad. Tiene ideas innovadoras que pueden ser útiles al resto de personas. Pero lo que parece fácil se convierte en imposibilidades de todo tipo, de los propios compañeros afines, de opositores y del dinero, que nunca existe, parece efímero o quizá lo sea, cada vez es más anormal, salvo para pagos pequeños.

• Siempre señalado por el resto, ”hagas lo que hagas siempre te reprocharán” como dice el dicho.

• Difícil camino para el que lo elige, ciertamente ocurre lo mismo con el funcionariado, donde hagas lo que hagas siempre serás señalado como un parásito. También es verdad un son actividades use alguien las tiene que hacer, por tanto necesarias.

• Recuerdo una escena de una película, donde llega una mesa nueva a la casa de una familia. Donde colocarla causa un profundo debate, cada miembro dice una ubicación, por supuesto diferente a la de los demás. La mujer se planta en medio y tras oír los argumentos de cada uno, sugiere una votación, pero el resultado es el mismo, el tiempo va pasando y la mesa está en el centro del salón. El más pequeño sugiere dejarla en el centro donde esta, pero esto abre nuevas discusiones. Comienzan a salir rencillas o soluciones tan banales como absurdas. Llego la tarde y las posiciones no habían cambiado. La madre harta de conflictos dijo: muy bien devolvemos la mesa. Pero nos hace falta,  Lauro por eso la compramos fue la respuesta pero sino somos capaces de llegar a un entendimiento quitaremos el problema. Al día siguiente una empresa de reparto llamó para recoger la mesa. Todos miraban como la desmontaban y la bajaban por la escalera. El problema nos se había resuelto pero el entendimiento tampoco 

LA PLAZA

 

• Como cada día, la plaza se va llenando de gente ociosa. El tiempo acompaña a reunir a personas diferentes con historias de la misma manera. El accesorio es lo mismo que abrir un libro y descubrir, las diferentes vidas de los congregados. Algún niño que no pudo ir a clase, se acompaña de su abuelo o abuela, supliendo que sus padres no falten al trabajo. Un elemento diferente a días de fin de semana, donde los chorretones gritan y ríen, con algún lamento. Las terrazas compiten con los bancos y acogen a los que beben sin sed. O toman una dosis extra de cafeína. Los árboles como elemento decorativo aplacan el sol de verano. Llegando la una, precedida por la campana del reloj del ayuntamiento congrega a más personas, a pesar de tener un mercado que perdió su centro de abastecimiento con los supermercados llenos de cosas en el mismo sitio.

• La plaza tiene sus horas muy definidas. Donde nunca pasa nada y se urden tantas historias.

• Hoy la discusión a gritos de una pareja atrae todas las miradas, la entrada al teatro se abre, las opiniones se decantan hacia una u otra persona. No se permanece indiferente. Un corro de personas se forma alrededor. Alguien quiere mediar, pero los manotazos del hombre hacen desistir. Llamada a la policía para restablecer el orden con resultado de llevarlos a comisaría. Los destellos azules acaban, para devolver la monotonía, nadie conoce a los emigrantes protagonistas. Pero se escriben varias versiones secundadas por corros diferentes.

• Lejos las calles traen a más personas, para enterarse de la noticia de la mañana, lo que la ha hecho diferente el día. Curiosamente se van haciendo más corros y los amantes de los bulos elevan el empujón a la categoría de agresión, cultivo de los anti inmigrantes.

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LA DEJADEZ

 

Este día surgio del viento del norte. Las luces de las casas empezaron a mostrar que había vida en su interior. Los coches iniciaron su monótono rugido. Los pasos acelerados mostraban la premura por llegar a los diferentes trabajos.Inés y Juan mantienen una mirada hostil, huidiza, vacía de palabras. Ellos también se preparan para ir al oficio. Ni un triste “adiós” en su marcha. Las pocas hojas tendidas son arrastradas. La calle marca la velocidad del aire y los cuerpos abrigados, buscan retener el calor del hogar. Juan sale desabrochado, mientras Inés lo hace como un esquimal.La tarde cambia, incluso sale el sol, regresan casi a la vez, pero si no hubo despedida tampoco hay recibimiento. El frío de la casa es superior al térmico. Inés habla sobre la voluntad de separarse, pero el dinero es la dificultad. Juan aporta poco, -ya sabes dónde está la puerta. Se cree dueño de la casa, aun siendo de alquiler. Inés selecciona su ropa y la mete en bolsas. Tiene que dejar algo que recogerá al día siguiente. Ha pedido el siguiente día libre para instalarse donde su amiga Clara, que le dejara una habitación. No lejos de su domicilio, varios viajes solucionan la mudanza. Clara vacío un armario de una pequeña habitación para dar cobijo a su amiga.

Una estufa de gas enciende las cortinas, fue el origen de la fatalidad, el fuego se devora la casa como las vidas que moraron. Juan borracho pudo salir del incendio. La noticia corrió pronto por el pueblo. Clara informa a Inés y responde: “poco queda ya por recoger”. El viento retomó su fuerza, mientras algunos copos flotaban jubilosos, intentando buscar su sitio.

. “Los recuerdos pueden ser cadenas, mejor que desaparezcan”, Dijo Inés a una Clara sin salir del asombro por tantos sucesos.

LABERINTO

El debate entre Ana y Diego es entre la necesidad de salir de una situación dolorosa que ha dejado en estado de shock o cambiar. Ana es la persona que se halla en estos momentos de su vida.

• Ahora es el momento de salir de este bucle.

• Tú crees que es fácil hacerlo. Ana baja su mirada buscando sus intentos.

• Ya se, que no has encontrado la manera. Diego contesta. Debes saber que hay un condicionante que nos lleva a no encontrar la salida. Nuestro pasado relaciona comportamientos que nos apagan las respuestas correctas, porque nos llevan al dolor. Y ese nos limita. Si nosotros lo identificamos, ese trauma comienza a diluirse, para poderlo abordar y desenmascarar.

• No te entiendo muy bien Diego.

• Si te metes en un laberinto hay muchas salidas erróneas. Solo con el aprendizaje, nos ayuda a llegar al centro del mismo y a la vez poder salir.

• Si eso lo entiendo.

• Pero cada error nos puede llevar a una situación traumática incluso a una crisis de ansiedad. Solo nosotros podemos cambiar esta manera de sentir. Cada dificultad en la vida nos lleva al pasado en situación traumática, al relacionarlo inconsciente, nos lleva a una paralización, nos sentimos sin fuerzas, agotados.

• Esa es la situación en la que estoy.

• Tienes que buscar en tu pasado una experiencia similar a la actual.

• Pero como, soy incapaz.

• Dime cómo te sientes cuando te ha pasado la última vez. Intenta sentirla y sentirás detalles que enlazan con ese o eso momentos. Una vez identificado al monstruo se le caerá la careta, deja de ser algo inabarcable y el gran problema que causa una gran pérdida energética y angustia, pasa a ser una pequeña hormiga, por supuesto abarcable. El laberinto es un sitio de aprendizaje. Una experiencia saludable y formativa. Cambio.