viernes, 27 de noviembre de 2020

ALMONDIGAS

 

 

  • Qué tenemos para comer­?

  • Ya sabes, almondigas.

  • Que te cuesta decir albóndigas, como todo el mundo.

  • Así lo decía siempre mi madre y además, esta aprobado por el diccionario de la real academia.

  • No lo dudo pero queda muy paleto. A pesar de estar muy bueno, parece como si se desvirtuara.

  • Al final lo que vale es el mensaje, cuando tu entregas un ramo de flores a una mujer que quieres, sobran las palabras. Una mirada de complicidad, significa mas que mil palabras. No se porqué tenemos que dar tanta importancia a los nombres.

  • Son vehículo de comunicación.

  • Pero curiosamente cada vez estamos más incomunicados a pesar de todos los medios que disponemos.

  • Eso es verdad Juan, difícilmente nos comunicamos y si lo hacemos perdemos el tiempo en lo que pone en la pantalla de nuestro teléfono, ignorando a la persona con la que estamos o el grupo.

  • Si Ana cada vez me voy dando cuenta que nos deshumanizamos y solo miramos nuestro ombligo como centro del mundo. Despreciamos las acciones de otras personas, nos volvemos críticos con todos intentando escondernos para no aparecer con la desnudez con la que accedimos a este mundo. Hay que taparse y no por el estado del clima. Buscando pantallas para permanecer insensibles a reflejos de nuestra personalidad, viendo maldades en los otros, permaneciendo impolutos.

  • Juan estoy de acuerdo contigo, lo que vemos mal en las actuaciones de los que nos rodean es una clara imagen de nuestro interior y nos defendemos como gatos panza arriba, incluso arañando a quien se ponga cerca.

  • Fijate lo que hemos sacado de la almondigas.

  • Vuelvo a repetir que la palabra es lo de menos.

  • En la religión se habla del ¨´verbo¨´ Eso pienso.



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