sábado, 28 de marzo de 2020

EL CABALLERO ALONSO





El caballero Alonso, salé de su castillo con la armadura puesta. Hoy los problemas están abajo, en la ciudad. El caballo empieza a resonar en el empedrado de descenso, siempre los castillos se encuentran hacía arriba, dos auxiliares van tras él a la carrera, con sendos rocines.
Al llegar se encuentra con un numeroso grupo, lleno de estandartes y voces altas, contra mas gritos más importante es el problema. Se van separando para dejar paso hasta el centro, parece ser como si este punto fuera lugar de encuentro.
Alonso clama, voz en grito, a por ellos.
Una fila se va componiendo, dejando la parte delantera a los pendones y seguida de los diferentes señores. Parecen ignorar que van al encuentro de la muerte, al fin y al cabo cualquiera se siente vencedor, sino se hubieran quedado en casa, curiosa analogía a los tiempos del covid 19.
Cuando se ponen en marcha se hace lenta se moviliza mucha gente y por ello, durara días, hay que llevar provisiones y tiendas de campaña.
Nada más salir una tromba de agua despide la salida. Se ha buscado cobijo en los árboles de la entrada, junto al rio. El camino se enfanga y hace penosa la marcha, ya no hay voces triunfantes sino de palabras voluptuosas.
El campamento se fija en una colina huyendo de las vegas, no vaya a ser que el tiempo descargue.
Los fuegos se hacen a duras penas. Alonso mira su celada sobre una roca y se quita la piel de hierro, se siente más ligero pero de peor humor.
La noche no ha sido mejor.
El peso transportado hace fatigosa la marcha, desanimo y perdida de objetivo, cunden como pólvora, mojada.
El segundo día no fue mejor y los entendidos lideres, acordaron dar la vuelta, no querían otra derrota.

viernes, 27 de marzo de 2020

LA PUERTA DE LA CALLE




El viaje se convirtió en una quimera. La llamada de la empresa se convirtió en una orden. Juan tuvo que deshacer la maleta y ver como el dinero pagado de reserva y confirmación se diluía, al igual que un helado en un día de agosto.
La rabia llenaba su cara, sus argumentos no fueron suficientes para diluir el mandato. Si desaparecía, el despido era desde el minuto uno.
Había ahorrado celosamente el dinero para ese viaje soñado. Para volver a su realidad del día a día.
Intento cancelar pero perdía mucho dinero, era lo que ahí.
Llamo a sus amigos para explicarles el infortunio, aunque era más una liberación de estado personal, ante esa barrera laboral.
Al siguiente día volvió a su puesto de trabajo. La extrañeza de sus compañeros, de los que se había despedido el día anterior. Y las risas no tapadas de verle de vuelta. Encendió el ordenador y tomo la carpeta con la tarea a realizar.
Por su cabeza pasaba si era tan urgente lo que allí se pedía.
El color gris subió por sus arterias para tener la necesidad de tener que hablar con su superior.
Tras llamar a la puerta se encontró con una persona muy ocupada, según manifestaba sus maneras de estar.
- Siéntate y dime, rápido.
  • Creo que la suspensión de mis vacaciones no tiene sentido al encargo que me ha hecho.
  • Muy bien, ahora el señorito sabe las prioridades de la empresa. Subía las gafas con su dedo indice, como si de un revolver se tratara, luego indico hacía su pecho. Juan se arrugo, como si hubiera recibido el impacto de la bala imaginaria.
  • Pensaba poder hacer la siguiente semana.
  • Mira Juan, la empresa tiene una planificación de mucho tiempo, la puerta de la calle está abierta.




miércoles, 18 de marzo de 2020

CAER EN DESGRACIA




Juan calló en desgracia, un agujero cerceno sus pasos para caer en sus profundidades. La tierra mojada mancho sus ropas, al intentar salir resbalaba y vuelta a empezar, cuando logro salir una capa acompaño el lodo a sus ropas.
Tenía que cambiar de ropa, ir a casa. Pero ¿como? No se puede ir en transporte público, su casa esta en dos kilómetros.
Quien le mandaría ir a aquel parque y pisar aquellas tablas que cedieron a su peso.
Juan sentó en el bordillo de la calle y comenzó a agobiarse, no sabía como salir de esa situación, la cara también había recibido parte de la cosmética terrea.
A su cabeza le llego el recuerdo del trabajo en la anterior empresa, cometió un error y queriendo solucionarlo iba empeorando la situación, casi la vivida hacia un rato, encontró similitudes al intentar salir del hoyo.
Encontró al lado, un paquete de pañuelos de papel, por lo menos le liberaría, de la parte de la cara y gafas. Fue una medida escasa, intentando quitar mas adherencias, logró un resultado peor. Busco nuevos papeles captadores de suciedad, pero los olvidos escaseaban.
La situación le comenzó a desbordar por no encontrar solución. La americana era un saco de escombro. Los viandantes miraban con descaro pero el sonrojo no llegaba a aflorar por los tonos acompañantes. No podía andar asi tanto tiempo, pero una cabeza embotada y pesada no estaba para la ligereza de ideas.
Solo le quedó asumir su realidad y llegar a casa. Su presencia seguía levantando miradas y hasta comentarios jocosos. Nadie se ofreció a ayudar. Por fin pidió permiso para entrar en el servicio. Un cliente le ofrecio su coche para llevarle a casa.
Se lo ensuciare.
No, cojo unos cartones del contenedor.
Al llegar, no tenía las llaves, las había perdido

martes, 17 de marzo de 2020

LA PAREJA


Se habían casado hace más de treinta y tantos años. Tienen una casa donde criaron dos hijos. Lo significativo es lo diferente de carácter y como han estado tantos años juntos.
Lucia es extrovertida, no pasa desapercibida, su voz grave y las ganas de reír, están presentes..
La mirada de Manolo es su definición, difícil mantiene la mirada ante los interlocutores. Necesita estar en continuo movimiento, aun a pesar de la cojera que arrastra de un problema de cadera, sino tiene que hacer se lo busca, no soporta estar demasiado tiempo tiempo con ella.
El final siempre es una discusión. Su bigote esconde otras señales.
  • ¿Me puedes decir que estás haciendo?
  • Colocando estos libros.
  • ¿Cuando lees algún libro? Ven a sentarte en el sillón, conmigo.
  • Ya sabes que la tele me aburre y los libros no me enganchan.
  • Parece que me evitas.
  • Ya sabes como soy, tu tienes una manera de ser y yo otra.
  • Pero parece con el paso del tiempo, te estás volviendo más “raro”
  • Mira quien habla.
  • Manolo las discusiones siempre terminan así, tendríamos que juntar objetivos comunes, en unos años nos jubilaremos, el trabajo no nos dará la justificación para estar fuera el uno del otro. Compartiremos mucho tiempo juntos
La mirada esquiva de Manolo fue la respuesta.
    • Voy a comprar unas cerveza
    • Siempre haces lo mismo, porque no podemos hablar.
    • Crees que no hemos hablado bastante en estos año.
    • Nooo, lagrimas en los ojos de Lucía.
La puerta de la calle sonó, seguido de pasos acelerados en la escalera. Fuera el tiempo se había nublado y anunciaba tormenta. El sol rojo lo confirmaba.
Manolo fue a la estación de autobuses en busca de un billete hacía su pueblo.
Lucía no entendía nada.

domingo, 15 de marzo de 2020

EL PATIO INTERIOR



El patio interior se accede desde el bajo. El edificio cuenta mas de cincuenta años. La estructura ha sufrido el paso de ese tiempo y desconchones como costras de un cuerpo envejecido acompañan a la fachada y a este recinto. Aporta el único lugar donde se cuela la luz natural, pero al tener cinco plantas encima la hacen muy sesgada, salvo los meses de verano.
Un amasijo de cuerdas cubren el cielo del recinto. La humedad lo dota de flora y aroma podrido. En el centro una rejilla de desagüe que aumenta los aromas Recoge las aguas de lluvia y de las ropas tendidas además de los desperdicios, que distraídamente allí caen.
Unos visillos tratan de esconder la fealdad del recinto y ocultar la puerta.
Marta ha conseguido un alquiler en este paraíso, el precio desorbitado.
La ventana da al centro de luz junto al salón.
Muebles viejos y en el comedor una arqueta del edificio que a pesar de estar tapada por una vieja alfombra, sigue emitiendo olores que la ventana no puede absorber. Acaba de traer sus cosas y tras observar lo que no había visto se sienta descorazonada en una de las pocas sillas útiles. Ha pagado cinco mensualidades, mucho más que lo requerido legalmente, pero sino lo quería había cola para hacerse con ella. Desmotivada, se siente engañada a su inquietud por conseguir su espacio de vida.
Con desgana coloca su ropa en el armario desvencijado. Un olor insoportable comienza a salir de la arqueta. Abre la puerta y sale a la calle. Toma el teléfono y llama al dueño para advertir del suceso.
La conversación es corta mañana llamara a un camión para sacar el atasco.
-¿Y yo que hago hoy?
-Cierra la puerta del salón y abre la del patio. Mañana se habrá arreglado.

jueves, 12 de marzo de 2020

PÁNICO



La noticia se convirtió en titular en periódicos, prensa y televisión. La difusión fue máxima a nivel mundial, todos se habían puesto de acuerdo, ni el cambio climático lo había conseguido: aunar la conciencia de tantas naciones tan dispares como China y Estados Unidos, el resto de países comenzaron a llenarse de un elemento llamado miedo. Los decesos del virus en cuestión pero tan reales para desarrollar ¿el pánico colectivo?
Difícil posicionarse ante tal cantidad de expertos en materia médica.
Los whatsapp se llenan de informaciones y de memeces chistosas, con intención de desdramatizar el manto negro generado en la población.
Los fallecimientos parecen ser la bandera de la pandemia generada cifras y más cifras contrastadas en los diferentes países.
La muerte siempre fue fuente de tabú, pero ahora se utiliza tan a menudo que que perturba la vida, provoca miedo e intranquilidad. La consigna es aislarse en las casas, trabajar telematicamente, evitar la calle y las aglomeraciones.
Cuatro mil personas muertas en todo el mundo son suficientes para aparcar las decesos producidas por falta de alimentos y agua que superan en un par de días en todo el orbe.
La información es así, hablamos de lo que algunos quieren que se hable, olvidando realidades que no requieren la confianza de ninguna noticia, aunque sea pequeña.
Nos convertimos en pequeños altavoces con la misma consigna todos los humanos y a lo largo de cada día. Aunados a millones de personas resonamos un murmullo molesto que crea tantas inquietudes como los acufenos.
Toca tiempo de reflexión y de parar en un mundo que no tiene tiempo para ello, reflexionar el sin control de cada vida. De la construcción de un hospital en diez días. Mientras se acaparan productos de los supermercados ante el temor del aislamiento, miedo a dejar de poseer.

lunes, 9 de marzo de 2020

EL ENSAYO SOBRE EL VIRUS



ENSAYO SOBRE EL VIRUS
Él dijo gravemente esto excede mi comprensión. Sabía que este terreno no lo controlaba y por ello soy incapaz de encontrar salida ninguna.
Trate de hacerle comprender que no tenía que agobiarse pero en el fondo le comprendía, no había sido el primero sino de una serie personas fallidas en el proyecto. La idea era apetecible para cualquiera, pero el nivel de implicación hacía que muchas personas salieran sin casi llegar a empezar.
Recordaba otros muchos casos, pero él parecía diferente, con tanta ilusión pudo parecer otra cosa pero su renuncia merecía un reconocimiento y así se lo hice saber.
Seguían faltando cinco personas, pero la lista de voluntarios tocaba a su fin.
Algo no había salido bien, tocaba reflexionar como poder conseguir el numero de voluntarios necesarios para llevar el experimento.
El teléfono no sonaba desde ayer. Esta tarde reuniría al resto de colegas para planificar nueva estrategia.
La tarde nos reunió para fijar nuevas estrategias. Una de ellas era pagar a los voluntarios, el camino nos lo daba la última renuncia: “esto excede mi comprensión” sabía que era bueno para la población y él se sacrificaba por el resto del colectivo.
El virus escalaba el numero de defunciones y solo se sabían de especulaciones o para-noticias, que creaban un nivel mayor de desinformación.
Fijaron un precio económico por la participación, sin quitar el matiz de ser unos héroes por haber participado.
Todo había sido meticulosamente planificado pero faltaban los conejillos de indias para valoras sus efectos reales.
El tiempo es imprescindible para llevar a cabo el ensayo.
Conocía que una cosa es la teoría y ora muy diferente la practica.
Redactamos la nota subrayando lo de heroica y la aportación material. En pocos minutos las correos se llenaron de voluntarios buscando una oportunidad de ganar dinero extra.

jueves, 5 de marzo de 2020

EL METEORITO



La noticia corre como la pólvora, un meteorito del tamaño de un campo de fútbol, caerá en un lugar indeterminado del país, mañana.
El pánico se apodera de las personas, que no saben que hacer, donde ir, donde esconderse.
Los acaudalados irán a sus refugios anti nucleares, pero el resto, ¿qué?
La hora será a las doce de la mañana.
Las luxaciones de cuello estarán a la orden del día de tanto mirar hacía arriba, algunos lo empezaran a hacer desde ya, buscando esa enorme bola de fuego.
Según pasan las horas la incertidumbre es mayor. La noche se hace corta o larga, dependiendo de los actores.
La afluencia a las bocas de metro empieza a las ocho de la mañana, todos quieren estar protegidos con ese paraguas, valido en tiempos pasados.
El día es soleado, invita a salir y buscar los primeros o últimos rayos de sol.
Martín lo tiene claro ira al banco donde suele ir todos los días y mirara el cielo en vez de las ramas del platanero. Curiosamente observa a la gente correr, todos esperan la llegada del medio día, similar al de las campanadas de año nuevo. Los niños no han acudido al colegio, la ciudad se ha congelado, sin a penas actividad, sabiendo que a partir de las doce todo volverá su ser.
Martín lleva desde las diez sentado, siendo espectador de lo que le rodea. Una pequeña brisa mueve las hojas pero apenas hay trafico.
Una iglesia cercana comienza a tañer, una, dos, las miradas fijas en el cielo, tres, cuatro, abrazos entre familiares, cinco, seis, lagrimas en ojos vidriosos, siete, ocho las respiraciones se hacen más frecuentes, nueve, diez, once y doce.
Un polvo fino cae por todos los lados, es la arena en polvo del desierto de Sahara. Todo pasó.

martes, 3 de marzo de 2020

CAMBIO A PIEDRA

La tarde comenzó a caer. En la cama del hospital, el cuerpo encogido de María, de piel retraída, músculos sin tersura, la visita espaciada de personal sanitario de rutina. Tensión, temperatura y unas pocas palabras para lograr un contacto de comunicación diferente al de sus familiares.
Los ojos siempre abiertos, teme cerrarlos y no ser capaz de una nueva apertura visual.
La hora de la cena llega, una bandeja con comida muy liquida, para no molestar su aparato digestivo.
Incorporan la articulada cama en posición más vertical. Su hija coloca la servilleta alrededor del cuello.
Los ojos vidriosos han dejado de ver y quedan fijos.
Las visitas van desapareciendo y es el momento de enfrentarse a la realidad de la enfermedad.
La bandeja recoge el plato de puré medio lleno y una servilleta con restos de verdura. No quiere nada más, sin hacer caso de tomar un poco más, de las indicaciones de la hija. Saca la bandeja al pasillo y aprovecha para ir al servicio y estirar las piernas.
En el pasillo se encuentra más bandejas, casi llenas, nadie tiene ganas de comer. En las ventanas las luces encendidas y el trasiego de coches.
Aprovecha para hacer llamadas de información a sus parientes y se entretiene en repetir la historia una y otra vez. La vuelta a la habitación encuentra a María tosiendo, lo ingerido se haya impregnado en las sabanas y manta marrón. Corriendo va a incorporar el menudo cuerpo, los vidriosos ojos muestran el dolor. Llama al botón de la enfermera, rauda aparece, los nervios de su hija y un pequeño relato del encuentro con su madre describe la situación encontrada
Con las mismas sabanas tratan de quitar el vomito de su piel y llaman a las auxiliares para cambiar la cama.
María cambia a ser piedra.