jueves, 7 de diciembre de 2023

LOS JARDINES DE ARANJUEZ

 



Los Jardines de Aranjuez


Cuando penetras sientes entrar en una catedral, donde las columnas son sustituidas por troncos de arboles, con prioridad de plataneros, la mirada te lleva a elevar los ojos con destino igual que si lo hicieras en un templo, buscando ese cielo del que somos parte y no se encuentra en los anteriores. Las ramas llevan la misma dirección con hojas que dan sombra y humedad agradable por la transpiración en épocas de canícula. Los trinos de pájaros ponen la música que sustituye a los órganos, predominando los arrulles de las palomas, frente a pájaros más pequeños. Alguna ardilla hace su aparición para deleite de los visitantes, con su cola erguida esperando la fotografía de los móviles

En época de lluvias las gotas se dispersan como una ducha dejando el suelo con pequeños charcos, la tierra tiene sed atrasada y absorbe como una bayeta. Dejando una patina deslizante. Los caminos siempre recogen alguna hoja, no solo las de la estación de otoño y hasta pétalos de flores que han cumplido su objetivo en espera del fruto futuro.

Aunque tiene zonas diferenciadas el paseante solo siente el grupo vegetal roto por algunas fuentes y hasta una montaña artificial coronada por un mirador. Tiene hasta veintitrés puertas accesibles pero solo dos abiertas al publico más la de la pasarela que atraviesa el rio Tajo.

El paseo de los visitantes se alarga hasta la laguna con su correspondiente surtidor de agua que oxigena el agua contenida. El palacete que tiene para el disfrute de cortesanos permanece cerrado para solucionar problemas de sustentación producidas por filtraciones del cercano caudal de agua y demorado en su terminación, como tantas obras de reconstrucción.

El otro jardín se realizo para pasar al lado del palacio real, caprichos reales., dejándolo entre dos brazos del rio.

sábado, 2 de diciembre de 2023

LA MIRADA BAJA

 Cuando vamos cumpliendo años, nuestra mirada va bajando. Ya no es necesario estar altiva. Ya no hay presentarse ante las personas que pasan. Un sentimiento de inseguridad se acopla a nuestro pensamiento, necesitando saber como esta el suelo que pisamos o esta a punto de serlo, para no caer al suelo tras trastabillar. La caída esta relacionada con el sentimiento de muerte, demuestra nuestro destino pero olvidamos en años tempranos, donde no reflexionamos sobre el tiempo, después todo se vuelve con la velocidad que lleva el giro de la tierra a germinar en nuestros cerebros para condicionar nuestras acciones. Cuando aparecen las canas en nuestros cabellos es el recordatorio del espejo, sobre ese medidor.

Nos olvidamos que, cuando andamos, el frente es importante y elevar la vista hacía arriba, también lo es, no solo para sentir la luz solar o su ausencia, formas de sentir, vivir.

Nuestra mirada baja puede ser un símbolo de introspección, de pasar de vista del futuro, que en el caminar está ahí, para avanzar en función de punto muerto, dejando de ser motores para pasar a inercia, donde la vida te lleve.

Quizás, cuando salgamos de casa, ese sitio protector y seguro, alcemos la mirada con el sentido de sentir la vida, sin necesidad de rumiar pensamientos, que tantas veces aparecen en nuestra cabeza y nos hace olvidar la película que estamos rodando, nuestras reflexiones se convierten en actores y la vida es la representación.

Por curiosidad los días de lluvia tendemos a guiñar los ojos para evitar que las gotas de agua profanen nuestros ojos, es cuando la mirada baja, por instinto, para evitar pisar charcos que dejen humedad en ropa y zapatos. Los chaparrones siempre tienen un significado de turbulencia, pero también son de limpieza y cambio, como nuestras lagrimas vertidas, algunas veces.