domingo, 15 de marzo de 2020

EL PATIO INTERIOR



El patio interior se accede desde el bajo. El edificio cuenta mas de cincuenta años. La estructura ha sufrido el paso de ese tiempo y desconchones como costras de un cuerpo envejecido acompañan a la fachada y a este recinto. Aporta el único lugar donde se cuela la luz natural, pero al tener cinco plantas encima la hacen muy sesgada, salvo los meses de verano.
Un amasijo de cuerdas cubren el cielo del recinto. La humedad lo dota de flora y aroma podrido. En el centro una rejilla de desagüe que aumenta los aromas Recoge las aguas de lluvia y de las ropas tendidas además de los desperdicios, que distraídamente allí caen.
Unos visillos tratan de esconder la fealdad del recinto y ocultar la puerta.
Marta ha conseguido un alquiler en este paraíso, el precio desorbitado.
La ventana da al centro de luz junto al salón.
Muebles viejos y en el comedor una arqueta del edificio que a pesar de estar tapada por una vieja alfombra, sigue emitiendo olores que la ventana no puede absorber. Acaba de traer sus cosas y tras observar lo que no había visto se sienta descorazonada en una de las pocas sillas útiles. Ha pagado cinco mensualidades, mucho más que lo requerido legalmente, pero sino lo quería había cola para hacerse con ella. Desmotivada, se siente engañada a su inquietud por conseguir su espacio de vida.
Con desgana coloca su ropa en el armario desvencijado. Un olor insoportable comienza a salir de la arqueta. Abre la puerta y sale a la calle. Toma el teléfono y llama al dueño para advertir del suceso.
La conversación es corta mañana llamara a un camión para sacar el atasco.
-¿Y yo que hago hoy?
-Cierra la puerta del salón y abre la del patio. Mañana se habrá arreglado.

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