En el fondo la curiosidad de las personas es el motivo de su experimento, cerca un buzón de correos de esos que tantos había y ahora el correo electrónico los suplanto y dejaron de ser útiles.
Es sábado luce el sol en el espacio otoñal. Muchas personas pasan por la isla verde. Deja el anzuelo y marcha al lugar de observación.
No tarda mucho en pasar una pareja y ver el sobre,como si se hubiera caído. La mujer lo toma y nota el peso pero lo vuelve a dejar tras mirar hacía todo los lados. Juan emboscado en un libro, pasa desapercibido.
Otro hombre que pasea su perrito descubre el sobre, lo toma y mira alrededor en busca del dueño. La calle que figura es una calle cercana. Pero la curiosidad le lleva a guardarlo en su chaqueta. Miles de fantasías surgen en su cabeza surgen en su cabeza.
Juan le sigue para ver que no pasan doscientos metros extrae el envoltorio. Su cabeza le trae mala conciencia y tiene que asegurarse de no haber testigos. Como siempre, hay alguno, pero los sentidos lo impiden ver.
Despliega las paginas y unas frases de reproche por la conducta del lector. Lee deprisa y un sentimiento de culpa llega a una turbada cara. Lo siguiente es destruir el contenido y depositar en la primera papelera, como cuando hace con la bolsa de excrementos de su mascota, vaciara su sentimiento de culpa, ese que había creado tantas cosas.
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