miércoles, 30 de mayo de 2018

LA VENTA




La escalera de caracol asciende en torno a su eje, las pequeñas ventanas la dotan de la luz suficiente para evitar el tropezar. No existen descansillos, comunica tres pisos del viejo caserón. Una barandilla de piedra permite el apoyo en la duda de la subida o bajada.
Juan es el vigilante del inmueble, varias veces al día tiene que ir por ella. La otra alternativa son las escaleras de la puerta principal.
Sus muros guardan recuerdos de siglos pasados, las paredes apenas tienes elementos decorativos, fueron saqueados en las diferentes guerras civiles. Solo su estructura se ha salvado del saqueo de los diferentes dueños. Lo último es convertirlo en hotel, de ser un sitio de recogimiento para pasar a ser de esparcimiento.
Juan sabe que tantos años de custodias y de secretos pasaran a mejor vida, tendrá que buscar trabajo en otro lugar, pero como cada persona que se encuentra en un mismo sitio tantos años, lo considera un poco propio y se resiste a los cambios. La confirmación llega de mano del actual dueño. Informa que en seis meses cederá a un nuevo dueño sin explicar el beneficio obtenido por el contrato. Tanto su contrato como el de Daniel, de mantenimiento se cancelaran.
La incertidumbre se abre para Juan pasados los cincuenta y siete, su futuro se llena de incógnitas, lejos de la edad de jubilación. Recorre las habitaciones de todo el edificio, recrea situaciones vividas en cada espacio, desde sonrisas a lagrimas sueltas en otras. Veinticinco años han creado muchas situaciones. Sin objetos donde anclarse pero si espacios de momentos vividos en tanto tiempo. La idea de haber sido un autentico dueño del lugar de trabajo.
Las visitas inesperadas y la vivienda auxiliar que ha llenado su vida, desaparecerán en poco tiempo.
La escalera de caracol crea mareo.

lunes, 28 de mayo de 2018

LA DUDA







Juan ha sido siempre la eterna duda paseante. Cuando eso se lleva a una persona meticulosa y ordenada, el resultado es un autentico desastre.
Si observamos su comportamiento se traduce en todas las situaciones normales de la vida personal.
Hoy se ha levantado temprano, como todos los días, al terminar su aseo ha dudado si darse un after shave o una crema de áloe vera. Al salir siempre vuelve por la inseguridad si ha cerrado la puerta, al llegar a las escaleras mecánicas del suburbano, duda si ha colocado bien los pies para no quedar fuera de las limitaciones. Lo que a cualquier persona le crearía un conflicto el se ha acostumbrado como su forma de vida. Los comentarios sobre sus acciones no llegan a molestarle, incluso, a veces, lleva razón pero cada vez que ésto ocurre es una entre cien. Pero a él le retroalimenta y le genera estar en el buen camino, por ello solo le importa la opinión de la persona que quiere a los demás le da igual.
Vive solo, ha sido difícil adaptarse a su forma de ser, sus relaciones han sido cortas, pero ha adaptado que es un hombre particular y por tanto no entiende que tenga que gustar a todo el mundo. Su forma de ser se ha ido fortaleciendo día a día.
Curioso que las dudas hayan creado la solidez de la seguridad ha sabido dar un giro de timón, para trasformar su manera de ser. Contrasentido que no deja indiferente a los observadores que siguen su trayectoria. Da que pensar como se puede cambiar contrarios.
Juan llega a momentos en los que se reinventa, para fundamentarse en su manera de ser de actuar, da igual los cimientos que tenga, él lo siente como solido y por tanto le vale, siendo excelente.

jueves, 24 de mayo de 2018

PENSAMIENTO COLECTIVO





Cuando termino la proyección de la película, no había terminado de encenderse las luces y los créditos aparecían aun. Los espectadores se levantaban de sus butacas como unos resortes. Juan pensó: que poco les ha gustado el film. Si hubiera sido al contrario la gente gastaría más tiempo en levantarse y hasta comentar entre ellos.
Había cubierto su papel de proyección de consumo, pero con un regusto de se podría haber sacado más partido del argumento. Pero las películas se producen para sacar un beneficio, no para ser obras de arte, por ello es la forma de producirlas, así piensa Juan. La oferta se produce por haber una demanda, tampoco se espera mucho más.
Los espectadores salen por una puerta trasera, como ocultado de los nuevos visitantes. En poco tiempo estás en la calle, donde te dispersas al siguiente objetivo.
Juan tenía un regusto malo de la visualización y decidió dar una vuelta, pasear sin prisa, queriendo reflexionar sobre lo que acababa de ver. Pero hay una gran cantidad de gente que viene de una manifestación, el colorido, los comentarios le sacan de su mundo para volver a este. También tienen prisa, parece que todo el mundo tiene que recuperar el tiempo perdido, así piensa Juan.
El consumo es la nota dominante y parece como si fuera una servilleta de papel, una vez usada debe ser eliminada ya no vale.
Con estos pensamientos anda Juan en la tarde del jueves. Queriendo comprender como comprender la vida que va pasando. Juan piensa que cada persona tiene un sentir en la vida pero existe un pensamiento global que define el comportamiento general, sobreponiendo ante el pensamiento personal.
Esa manera de sentir colectiva nos acerca más al mundo animal, a ese carente de raciocinio que puede cambiar las cosas y sin embargo sigue.

miércoles, 23 de mayo de 2018

LOS ACORDES DE UNA GUITARRA




Los acordes de una guitarra abrieron la sesión en un ordenador. El trabajo se acumulaba en la mesa de Juan. Siempre es mejor abrir con un poco de música, así piensa.
Ahora tocaba priorizar por lo más importante. Cuando no se tiene cual es lo más prioritario, la rutina llevaba a lo que esta arriba, del montón de papeles
Una llamada le hace olvidar lo que ha comenzado, gestos de preocupación, palabras entrecortadas, mirada fija sin ver nada.
La conversación parece telegráfica, con instrucciones concretas. Juan apaga la música, tratando de digerir lo que ha oído.
Cierra la sesión y dirige los pasos al despacho del encargado. Al salir tropieza con la mesa y hace que los expedientes caigan al suelo. Recogió sin ordenar y los volvió a dejar sobre la mesa, había tantos que le llevaría buen tiempo colocarlos de nuevo.
Sin saludar a su buenos días, como una metralleta recibe el rapapolvo del responsable, ni le invito a sentarse. Uno de tras de otro argumentos que motivaban el enfado. A los cinco minutos calló. Juan hablo si podría contestar a todas las acusaciones.
  • Soy todo oídos, contestó el subdirector.
Aun de pie justificaba las acciones que recordaba haber escuchado. Por fin le invito a sentarse para no parecer estar por debajo. Andrés perdía los nervios con mucha facilidad. Los argumentos de Juan no satisfacían las acusaciones, pero las dotaban de lógica.
Los oídos de Andrés estaban cerrados, tenía una decisión tomada y era el despido, por tanto, cualquier argumento sobraba.
A partir de hoy prescindían de sus servicios.
Los acordes de la guitarra seguían resonando en su cabeza pero a ritmo más lento. Su pregunta era ¿y ahora qué?
Recogió sus cosas y se despidió de sus compañeros. Pocas palabras y un “hablamos” cierran un ciclo largo.

martes, 22 de mayo de 2018

LA ESTRUCTURA DE LAS COSAS




  • ¿Conoces la estructura de las cosas? Pregunta Juan a su amigo Ángel.
  • Eso que preguntas es global, a que te refieres en concreto.
  • A veces, nos pasa que creemos tener el conocimiento de todo lo que nos rodea, pero sin embargo es por la manera de concebir todas las cosas con la información que tenemos, pero ¿Qué pasaría si como comprendemos cambiara la manera de entenderlo desde otra perspectiva?
  • Por lógica, cambiaría todo. Responde Ángel.
  • En efecto se crearía un caos, pues nos desubicaríamos. Lo que en principio era una realidad palpable dejaría de serlo. Responde Juan.
  • Entraríamos en pánico.
  • Por eso los cambios los tenemos que hacer poco a poco, para no encontrarnos en el abismo.
  • Pero a ¿que te refieres, en concreto? Pregunta Ángel.
  • Sencillo, lo que hoy entendemos como materia es una vibración, por tanto deja de ser el patrón tradicional para convertirse en otra cosa. Esto no ha sido de la noche a la mañana, bastantes observadores lo han ido corroborando a lo largo del tiempo. Pero eso seria un shock al que la sociedad no esta preparada. Juan contesta con tranquilidad.
  • Según entiendo la información recibida es diferente a otra realidad, pero sigo sin entender ¿porque se ha ofrecido hasta ahora de esta manera?
  • Mira Ángel, es más fácil aceptar una cosa y darla por darla por valida a ver nuevas maneras, que seguro que las hay, diferentes. Fijate en un líder político crea unas bases de un partido y las va adaptando al pensamiento de la primera idea, de está se pueden esconder unos intereses velados, pero ya hemos aceptado esa primera estructura por tanto, los seguideros la seguirán sustentando de cualquier manera, se improvisaran respuestas para tapar baches o carencias. Todo seguirá.

lunes, 21 de mayo de 2018

LAS CARETAS




Las caras muestran una imagen estática, si de una mascara fuera. Se pretende esconder cualquier emoción, aunque a veces esto no ocurre, pero lo imprescindible es dar una cara social, donde no se descubra las contenidos internos. En el transporte público se disfraza mirando el teléfono o leyendo en papel o dispositivo. Juan reflexiono sobre ello y se dio cuenta que al salir de casa hacía lo mismo que con las personas que se cruzaban, también la cara de preocupación es una careta que dignifica al portador.
Solo ante un acontecimiento, en la calle, se varía la posición sistemática. Es cuando se abandona en cualquier lugar para recuperarla una vez acabado el suceso.
La sonrisa solo aparece si se va acompañado de otras personas o se va hablando por teléfono, parece prohibida. Y sin embargo es la que más puertas abre. A todo el mundo le apetece que tu interlocutor tenga una sonrisa, piensa Juan. Solo demonizada cuando existe una discusión, entonces se considera humillante. La sonrisa como factor de cambio, así piensa Juan, como si hubiera encontrado una clave, en la que, parece, nadie tiene en cuenta.
Se sumergió en ese transporte y chequeo las caras de los viajeros. El patrón seguía presente, pero no solo en un medio, más “hostil”, por la proximidad de las personas, sino que al salir del mismo, mirando las personas cruzadas en la calle la actitud es la observada, esta norma solo era violada cuando ve a un niño de la mano de sus padres, ésto solo ocurre cuando son de corta edad, para pasar a la careta en cuanto pasan los siete años, entonces adaptan los patrones sociales que no son específicos de un país en concreto, tampoco distingue de sexos, comportados de igual manera, como si de clichés sociales fueran, adaptados.

viernes, 18 de mayo de 2018

LA BODEGA




La bodega es el sitio reservado para guardar vino, embutidos y mil cosas. Una habitación acomodado en la parte de abajo del salón. La angosta escalera no la hace que sea visitada con normalidad. Solamente se va en fechas concretas para recoger algo de su interior. Unas cuerdas llenan la parte de arriba, donde se ponen a secar plantas aromáticas y medicinales. El acceso es a través de un trampilla de madera que se levanta en horizontal, guardando la delgada escalera sin barandilla. En un lateral un interruptor proporciona la luz suficiente para iluminar sus ocho metros cuadrados, las paredes sostienen unas estanterías de madera. No es un lugar húmedo, lo que permite la aparición de hongos. En los primeros años se utilizo con frecuencia pero la subida y bajada se vuelven enemigas de su visita.
Lugar de juegos de los pequeños se fue olvidando y casi ni se baja a por los caldos guardados. La edad ha supuesto un cambio en el espacio olvidado de la vida familiar.
Sobre la entrada se coloca un arca de madera que hace la función de ocultar la entrada. Para convertirse en la habitación ignorada. Cuando la familia la pone en venta para ir a un piso pequeño en la ciudad. Los hijos ya habían volado del nido. Se les olvida enseñar la misma.
La venta tardo unos meses en realizarse, como la vendieron amueblada, la mudanza se realizó sin mirar lo que había abajo.
Los nuevos dueños corrieron el arca y llevaron la sorpresa de encontrar la trampilla de entrada. Parecía un túnel del tiempo. Las botellas acostadas llenas de polvo y con la fauna de algunas arañas y los ramos de hierbas muy resecas, sin olor ni casi color. Como quien busca tesoros sin ver nada interesante, solo el tiempo pasado.

jueves, 17 de mayo de 2018

EL VIEJO CASERÓN




El caserón había tenido muchas utilidades, la última fue un restaurante, pero el descuido produjo la perdida de clientes y los habituales lo abandonaron con la subida de precios.
Eran dos familias que se repartían el trabajo, pero los roces entre ellas llevaron al deterioro que supuso el cierre. La suciedad se llevaba a acumular y el tejado mostraba aberturas que hacía que el agua perpetrase al interior.
El cartel de venta, estaba en la puerta principal y a nadie le extraño. Juan paso por allí y se interesó por el lugar. Tomo el teléfono y contacto con una mujer con voz aguda. Sobre el precio y los metros cuadrados que tenía. El precio era elevado pero quería ver el interior. Acordaron una cita y se presento con su amigo Ángel. Con la idea que cuatro ojos ven más que dos, tomaron nota de medidas y posibilidades. Nada se podría aprovechar.
A la salida se felicitaron de que estuviera en ese estado para negociar a la baja el precio y las posibilidades.
El viejo caserón permitía escavar en el suelo y sacar una bodega y un almacén extra.
Dibujaron sobre plano la distribución y comenzaron los cálculos de rehabilitación del edificio, más el material necesario para su funcionamiento.
Ángel le aconsejo la posibilidad de hacer unas participaciones de particulares como si fuera un fondo de inversión. Se fijaron en unas cantidades no excesivas fijadas en mil euros.
Para sorpresa la llamada fue un éxito y reunieron el dinero para afrontar los gastos. Fue fácil llegar a un acuerdo porque las familias dueñas, querían dejar de verse. El negocio comenzaba como un referente a la hora de financiación y tuvieron mucha ayuda de gente anónima. Comenzaron más deprisa de lo previsto. Y la ilusión llego a muchas personas, convirtiendo en colectivo.

miércoles, 16 de mayo de 2018

EL SONIDO SECO DE LA CABEZA






Cuando amanecía se produce la decisión del cambio de la noche al día. En teoría fue un periodo de descanso, al menos así pensaba Juan. Los errores hay que asumirlos y dejaran de molestar. Pero depende del grado del error puede tener consecuencias mayores. La imagen de la cárcel aparece en la mente del muchacho.
Los días han pasado y no ha sucedido nada anormal, con lo cual queda en espera de que el tiempo solucione lo que no tiene explicación. Juan sigue su vida rutinaria, pero no quiere enfrentarse ante un fantasma, pues el resultado lo sabe de antemano.
Aquella muerte accidental, puede pasar por ser una caída sin más. Pero sabe como la empujo con toda la rabia que su cuerpo había acumulado. Un cuerpo inerte como el de una marioneta quedo entre las rocas. Miradas a un lado y a otro para ver si había testigos y una carrera hasta situarle fuera de la escena.
El paso del tiempo no tapa la muerte sucedida, al contrario se aviva en cada momento, es una tortura.
La decisión fue tomada al salir huyendo, ya solo tenía una salida seguir haciéndolo.
La noticia salió pronto en las noticias, pero pocas pistas. Se apuntaba a la violencia de genero, como si con eso se solventara el caso. Y fue el móvil de investigación de la policía.
Juan sentía, como tarde o temprano le llamarían a declarar por haber estado saliendo con ella, al interrogarle podría caer en contradicciones y ser detenido.
Pensó que sería lo mejor, así liberaría su cabeza. Y las noches dejarían de ser en blanco como las pantallas de cine, donde repiten una y otra vez la misma escena. Y hasta el sonido seco de la cabeza al chocar con la roca, en aquel lugar apartado, tan visitado.

martes, 15 de mayo de 2018

EL BARRIO LIMITE




Lejos del cogollo de la ciudad, esta la linea fronteriza, donde no ha llegado el poder integrador de la urbe, a penas hay transición. El ansia por nuevos terrenos lleva a las pesadas escabadoras a uniformar cualquier terreno convirtiéndolo en plano. Allí es donde vive Juan, hasta ahora espacio olvidado de la codicia constructora, pero el destino lleva a la construcción de chales adosados, con la creencia de tener mucho espacio y ser independientes por no tener vecinos ni arriba ni abajo.
La última colonia de pisos baratos, con escasas infraestructuras, hasta la llegada de la linea de autobús. Convirtió la zona en algo marginal, siendo un lugar donde todos se conocen.
El fantasma del paro junto a mucha gente que con mucho tiempo y poca actividad, salvo la reunión en el único bar. Testigo de reuniones, discusiones y centro de todo lo que allí sucede. Juan es su regente. Anota como antaño las deudas, convertidas en sagradas de las consumiciones servidas y no abonadas.
Juan se ha hecho referencia en el barrio, es a quien se le pide consejo, intermediación y solucionador de conflictos. Pero sabe que el futuro cambiara la forma de los ocupantes. Las mallas de alambre delimitan un espacio que parecía de todos con sus vaguadas y árboles pelados. Nuevos vecinos rodeados de vallas querrán el aislamiento del resto de viviendas queriendo constituir un oasis, relativamente cerca del núcleo urbano.
Juan expresa los temores pero nadie quiere pensar en la transformación que se producira. Le han llegado rumores de la creación de un centro comercial junto a la urbanización, con lo cual se les aislara de nuevas fronteras de cemento y asfalto.
Juan siente que debe irse del nuevo proyecto, no quiere cambiar su forma de ser. Coloca un cartel de “se vende”. Creando la inquietud.

lunes, 14 de mayo de 2018

LA DECISIÓN




Juan era un hombre triunfador, a nivel social. Ha alcanzado los tótem de la sociedad actual: trabajo, casa, mujer y posición social.
El día 25 cumplía sus cuarenta años, era un signo de abandono de una etapa de su vida para pasar a una más adulta. Es como si hubiera corrido para alcanzar el nirvana social.
Envidiado por esa carrera progresiva de éxito, había sufrido envidias, zancadillas y hasta humillaciones, a pesar de todo lo logro. Juan olvidó que en su carrera, había desaprovechado aspectos que le daban madurez, que le asentaban dentro del mundo. Su círculo de amistades se restringió, era una perdida de tiempo. Como comentaba con Lidiá, su mujer, participe de su vida desde hacía cinco años. Disfrutaba de un estatus sin herencia familiar.
Ese día fueron a cenar al mejor restaurante de la ciudad, fue una cena de reflexión para hacer balance de sus vidas, anotar lo conseguido y las carencias a nivel personal. Su mujer, tres años menor, era la receptora de logros y carencias.
  • Tengo que tomar una decisión en mi vida y va ser está noche, contigo. Indico Juan mirándola a sus ojos.
  • Suena muy perturbador lo que dices. Lidiá contestó nerviosa. Mientras los camareros servían los platos seleccionados.
  • Ha llegado el momento de seguir por el camino emprendido o tomar uno nuevo. Dijo él.
  • Pero la decisión no se puede tomar así, tan de repente. La mano de su mujer se movía nerviosa entre los objetos que encontraba en el mantel. La comida parecía olvidada mientras tomaban una copa del vino elegido tantas veces. Balbuceaba como no queriendo perder lo obtenido.
  • Lo principal no es lo que tenemos sino lo que nos ha faltado en este camino. ¿Entiendes?
  • Entiendo pero tengo miedo, dijo ella

domingo, 13 de mayo de 2018

EL CAMINO TRUNCADO




El camino iba creando nuevas dificultades según la superficie, cambia a pendiente y lleva por zonas donde bajan arroyos en días de tormenta. Eso no impedía que su mirada fuera de derecha a izquierda guardando pequeños detalles que le situaban en otro lugar, diferente del día a día. Los minimos prados iban dejando lugar a arboledas que custodiaban su sendero. Algunas vallas separaban las diferentes fincas, para que el ganado estuviera agrupado. Los ojos, descubridores tenían que registrar diferentes secuencias, como si quisieran llenar sus archivos. Las primeras gotas de sudor aparecen en su cara y en la espalda, donde llevaba la mochila. Juan hace un alto para ver lo recorrido y por donde iba a seguir. Bebe el agua de su botella, mientras espera a su compañera, con paso más corto. El sonido se acompañaba de trinos de pájaros. Entre las rocas un sonido anormal lleva la atención de los caminantes, hacía allí. Un quejido alarma, una muchacha atrapada entre unas rocas es el origen. Su mochila está mas abajo. Semiconsciente apenas abre los ojos. La dan de beber agua. Para preguntarla como se encuentra. Poco a poco se repone, mientras Juan accedió a la parte de abajo para poder empujar a la pierna para liberarla, mientras María la sujetaba. Con muecas de dolor la colocaron sobre unas losas.
Una llamada a emergencias fue el siguiente paso. El camino llegó a su fin. Poco a poco recobro su conciencia y explico que llevaba desde el día anterior atrapada, su mochila se le escurrió y no pudo coger ni agua ni ropa ni comida.
Le dieron lo que llevaban mientras esperaban la ayuda. La pierna estaba fracturada y los dolores llegaban cada poco. Aun a pesar de la situación, lograron tener un clima de tranquilidad, incluso lograron sacarla alguna sonrisa.

viernes, 4 de mayo de 2018

JUAN EL ARQUEOLOGO




Juan es un estudioso de la arqueología. Su especialidad ha sido los símbolos. Ese método de palabra escenificado en ellos.
Tanto estudio sobre estos, le ha llevado a una obsesión, descubrirlos en sitios donde para cualquiera pasan desapercibidos.
Por otro lado le ha llevado al estudio sobre sociedades secretas donde se valen para comunicar entre ellos.
Todas las culturas los han utilizado, apareciendo, algunos en diferentes civilizaciones tan lejanas que suena difícil, una comunicación entre ellas. Desde el neolítico, donde no aparece la palabra impresa la necesidad de perpetuar la simbología y lo que engloba en su interior. Es su material de trabajo.
Ha encontrado mucho esoterismo, sobre estos temas, lo cual ayuda a diluir su propio significado.
Hoy tiene una reunión con otros colegas y no pasa media hora cuando descubre esa misma corriente. Ya ha estado en situaciones similares y no se ha encontrado bien.
Una mirada al móvil y la escusa perfecta para salir de allí. Intentan emplazar para otro día y la nueva coartada para hacerles una llamada telefónica, con el sentimiento de que nunca se producirá.
Juan piensa sobre la necesidad de las personas, para reunirse en grupos con unos objetivos comunes. Descubrir la manada que nos hace fuertes ante tantos enemigos y conseguir la ansiada zona de confort, donde relajarse y sentir comprendido.
Juan sabe que los comportamientos humanos han variado muy poco en cuanto a sentimientos y mucho en forma de vida. Al ir a llamar a un portero automático ve el anagrama de la compañía instaladora y pronto lo relaciona con su objeto de estudio uno más de ello. En su paseo hasta su casa, va viendo más de ellos. He intenta relacionar la percepción inconsciente de todas las personas que componen la sociedad, y las redes trazadas entre ellas. Así sigué.

jueves, 3 de mayo de 2018

"EL FLIPAO"




Juan ha tenido, siempre, dudas sobre la realidad y la ficción. Ha vivido siempre en una ensoñación que le ha creado problemas.
Su trabajo rutinario, ayuda a prolongar esa ensoñación para estar en otro lugar, mientras desarrolla el trabajo en la factoría, en una cadena industrial.
No suele tener errores. Pero sus ojos parecen ausentes, en las conversaciones que tiene su mirada esta fija en cualquier lugar, sus interlocutores presentan una incomodidad, llamándole “el flipao”.
No fue consumidor de drogas ni siquiera de alcohol, pero eligió una vida particular, aislado.
Nunca necesito muchas cosas, un lugar donde sentarse y contemplar el entorno era suficiente para encontrar la felicidad, por lo que mostraban los rasgos de su cara. El vello erizado y una amplia sonrisa en una cara roja. Como símbolos de su estado.
Ayer fue diferente cruzó una calle por en medio, sin observar la maniobra de un coche viniendo a gran velocidad. Su cuerpo como de un pelele fue proyectado hacía arriba mientras caía de cabeza sobre el asfalto. La imagen era tan violenta que todo el mundo pensó lo peor, como se demostró llegadas las asistencias. La cara llena de sangre confirmó los pensamientos.
Juan “el flipao” abandono este mundo y hoy en su entierro se juntaron sus compañeros de trabajo y algún familiar, para justificar el atropello como una de sus ausencias. La lógica demostrando el sentido de la vida, para justificar su sentido contrario a los demás.
Del crematorio salieron todos muy pensantes entre las dos realidades, la que ellos tenían y la de Juan. Al final se juntan en torno a un horno que despide un humo gris blanquecino. María comenta esto con el resto de compañeros. Pero unas lagrimas eran más que una respuesta. Y juntos salieron del cementerio con nueva visión de vida.