lunes, 27 de febrero de 2017

LOS TACOS DEL CALENDARIO






Antiguamente se colocaba un calendario en forma de taco y se pegaba a la pared, cada día que pasaba se quitaba la hoja correspondiente hasta que desaparecía la última, esto significa que el año ha terminado. Entonces se colocaba el taco del siguiente año. Por eso surgió la costumbre de preguntar cuantos tacos tienes, sinónimo de onomástica. 
Hoy llega la de Juan. Pone sus mejores galas y sale con su compañera a cenar. No van donde siempre ha elegido un sitio mas sofisticado, ahora esta de moda elegir un sitio donde se pongan cosas sofisticadas, en raciones minúsculas, donde se juntan ingredientes diversos con una función de maridaje con un resultado un despertar el sentido por el gusto, ampliamente monotizado, por el consumo de los mismas alimentos todos los días.
Dispuesto a su compañera, frente a él, con una cara especial. Una sonrisa acompaña la espera. Juan deja desprender una lágrima de la emoción del recuerdo y que aun hoy siga vivo ese sentimiento.
Los tacos eran sustituidos, pero la nueva página es diferente, por mucho   parecido. El aprendizaje de tantas cosas te llena de experiencia, determinante de los nuevos pensamientos surgidos en los diferentes momentos. Esa capacidad transportada te llena de recursos y te hace la manera en que uno es.
Juan se siente lleno y motivo del cual produjo la secreción lacrimal. Satisfacción es la palabra que define su estado actual y comienza el valor de los otros sentidos que desvaloramos por el de la vista y oído. Como únicos receptores, cuando se amplia se gana y eso es lo que esta transmitiendo a su compañera.
El día amaneció nublado pero estas se han ido disipando, hasta dejar que el sol ocupe todos los rincones incluso los de sombra. Juan se ha sentido de esta manera  hasta la cena,  

viernes, 24 de febrero de 2017

EL ÁRBOL Y EL JUNCO





Si cogemos a dos personas y les preguntamos su realidad en este mismo momento, aun estando en el mismo espacio y tiempo. Sus comentarios serán totalmente diferentes. Ellos están contando su verdad, pero sin embargo difiere. Si aumentamos el número de espectadores también varía la misma, con lo cual querer imponer una que sea unánime será una faceta perdida.
De la compresión del hecho nos hace dejar de ver como la verdad única, para convertirse en variada, aumentando con la mayor cantidad  de personas
Esto hace que la rigidez que aparece en nuestros pensamientos, en nuestra manera de ver las cosas, se transforme en flexible. Ya no es necesario recurrir a la defensa numantina de nuestras ideas.
Comprobar la flexibilidad del junco frente a la rigidez del gran árbol, ante los vendavales. Es un símbolo de no tener que emplear un montón de energía para intentar ser uno mismo. Se es vegetal tanto siendo débil junco, como recio árbol. Que uno luce más que otro es cierto pero ante cualquier catástrofe muestra mayor defensa y adaptación el caso de la flexible varita.
No es necesario llenarse de oropeles, como en los carnavales, para ser más admirado, El ser uno mismo con está capacidad de adaptación, siempre es mejor que la otra, duradera durante un corto periodo de tiempo, pero luego  transformase en innecesaria y por tanto pesada. Como si de una losa se tratase.
La ligereza es más importante que la defensa de algo, que se puede o no estar equivocado, pero no argumento para quedarse anclado. Pues al final crea una rigidez que se vera reflejada en nuestras articulaciones, como consecuencia de nuestra manera de ser y pensar.
Nadie esta en posesión de la verdad, pues cada uno tiene la suya propia, dependiendo de su aprendizaje y su pasado.

jueves, 23 de febrero de 2017

EL QUEJIGO DE CINCUENTA AÑOS






El árbol sigue ahí desde hace cincuenta años, su progresión lenta, le ha dado un porte importante. Ha sido testigo de muchas de las partes de la familia, que lo planto de una pequeña maceta, ha gozado del agua necesaria en las estaciones más tórridas, porque ha sido regado. Ha sentido el abrigo protector de los muros que le rodean. Ha notado la poda en sus ramas para no introducirse en las ventanas, según ha ido con su crecimiento.
Se trata de un  quejigo, de la familia de las encinas y robles. Con unas verdes hojas que dan lugar a recogimiento, bajo él, con los calores del verano. Ha visto tres generaciones de humanos, junto a sus ramas, ha valido para sustentar cuerdas para colgar la ropa. Y es lugar de paso de multitud de aves, diferentes. Es un símbolo para la familia y uno de los nietos esta buscando fotografías donde aparece este.
A su alrededor se plantaron baldosas, para facilitar la limpieza del patio. Compañero de diferentes sillas y mesas, que no han aguantado el paso del tiempo y han sido sustituidas por otras para acoger los días fuera de la casa.
No ha habido mascotas en la casa solo el árbol y las macetas de flores, con la función de dar color y frescura al patio.
Hoy la familia, tomo la decisión de vender la casa y tienen que hacer la mudanza. Cada miembro ha buscado un momento para estar con su símbolo y se ha despedido a su manera. Pero todos rinden culto a la pequeña maceta plantada hace tantos años. Saben que sobresale a la valla de ladrillo que aisla el interior, y con la vista se conformaran de sentir que está allí.
Pero los nuevos dueños la talaron para poner un espacio de plástico.

miércoles, 22 de febrero de 2017

UN APOSITO EN LA FRENTE






Construimos una vida y nos asentamos en ella. Víctor y Juan son dos hermanos que han superado la edad de jubilación, pero no quieren dejar de trabajar, su argumento es: ¿que hacemos, sin trabajar? Cuando se les enumera las oportunidades de hacer otras cosas, bajan la cabeza, como no queriendo oír lo que se les expone. Su idea es continuar hasta que no se pueda más, ambos son conductores, con lo cual la perdida de reflejos es manifiesta, pero se tapa con las jornadas, pasadas frente al volante, sin ninguna incidencia, ni pequeño accidente.
Los dos hermanos no están a gusto en casa, aunque lleven una normalidad con sus mujeres. Ya los días de libranza conllevan un problema como para añadir todos los días. En el caso de ellas, también son un estorbo en su terreno, construido día a día.
Aunque de caracteres distintos, ambos han desarrollado la tozudez, cualidad que les aísla más.
Hoy están colocando un calentador cuando el peso del mismo, desequilibra al mayor, estando subido a una escalera. La caída ha sido lo suficiente para erosionar una ceja, empieza a manar sangre abundantemente. Víctor se asusta, pero afortunadamente, parece que solo es esa herida. Trata de taponar la herida con papel higiénico. Y con la ayuda de un trapo de cocina, se dirigen a un ambulatorio hospitalario. Al llegar a urgencias, la gente se moviliza rápidamente por el impacto que tiene la sangre.
Las curas se hacen con rapidez pero una angustia ha quedado en la mente de los dos. ¿Como contaran a  sus mujeres el accidente? La respuesta que recibirán es que ya no son jóvenes para hacer esas cosas, lo cual cuestionara su forma de vida. Y es el miedo de enfrentarse a esa realidad que nunca quieren ver. Un aposito en la frente

martes, 21 de febrero de 2017

LA TIENDA DE NADA






En el camino de vuelta a casa, Juan, descubre una nueva tienda, con un luminoso que pone NADA, en el escaparate un papel en blanco recubre el mismo pero con agujeros para poder ver el interior.
Un buen numero de personas observan a través de ellos, en concreto hay tres a diferentes alturas pero el escaparate esta con otro espacio en blanco que vuelve a poner el nombre de la tienda en diferentes colores.
Alguno, presa de la curiosidad, abre la puerta para interesarse que se vende allí. Cuatro personas explican que no es un lugar de venta, como su nombre indica. Sino un lugar de encuentro. Nada más salir la gente pregunta. Una luz de colores va reflejando los mismos a la acera. Realmente se quedan con más duda, y comienzan las especulaciones, de quien puede estar detrás de ese proyecto, que si políticos, psicólogos o hasta una secta. Todo tiene cabida en los corrillos.
Está claro que el objetivo lo han conseguido. Es una tienda con mucho fondo y hasta se han sacado tres pequeños despachos, pero sobre todo hay sillas plegables hacía dos pequeñas mesitas. Donde se alojan unas infusiones y unas pastas.
Los más curiosos quieren seguir entendiendo, cual será su uso. Y son invitados a sentarse y esperar a explicar a un grupo cual es el objeto.
Poco a poco se va informando que es un lugar de encuentro, no para ver partidos, sino para hablar, coordinar actuaciones particulares. Se darán charlas sobre temas que apetezca con personas que puedan dar luz.
La pregunta obvia es quien corre con los gastos, se contesta que serán aportaciones mensuales que dan derecho de asistencia. Se buscara financiación particular, para dar sentido a que nada, se transforme en un todo. Donde quepan muchas cosas, según las distintas necesidades.

lunes, 20 de febrero de 2017

LA NUEVA REALIDAD DE JUAN






Juan esta sentado frente a una vega, esta en una pequeña colina, es por la mañana. Aun las gotas de roció están diseminadas por todos los vegetales que por allí están.
Contempla como el sol va dominando todo, tras la vuelta correspondiente. Juan tiene la cabeza aturdida, ha estado toda la noche dando vueltas a un problema, del que ha construido muchos edificios, por supuesto sin solares ni materiales, solo con la recreación personal. Hoy no es día de trabajo, por ello se levanto temprano y ha ido a ver amanecer a este lugar donde ha venido tantas veces, donde ha construido otros tantos edificios. Pero hoy no ha venido como arquitecto sino para integrarse en otra realidad, tan diferente como la anterior, pero con más contenido, personal.
Contempla lo que le rodea, las diferencias de luz en el maravilloso paisaje y dirige sus ojos, hacía una mata de tomillo. Mira su estructura y la fuerza que ha tenido para ajustarse a ese terreno. Sus pequeñas hojas y quiere integrarse en esa estructura, como si fuera parte de ella.
Trata de captar el aroma mientras escucha la pequeña brisa, como anunciadora de cambios.
Sus ojos se cierran pero para seguir manteniendo la imagen de la planta, una mano la toca y comienza a sentirse uno, con ella, mientras sus sentidos, ahondan más en su objetivo.
No sabe cuanto tiempo esta pasando, solo sentirse más integrado dentro de un universo no fuera de él. Como miembro separado, que es lo que nos suele ocurrir. Como si fuésemos autónomos, no integrados de la globalidad de la naturaleza.
Juan comprende está realidad y disfruta dentro de ella, como un elemento que compone la misma, con la diferencia de ser elemento activo, sacando todo lo que tienes dentro, pero sin necesidad de ser egoísta.

viernes, 17 de febrero de 2017

LOS PARASITOS






Juan estudia la teoría del parasitismo y como se puede extrapolar al genero humano. De todos es sabido que la palabra en concreto tiene unas connotaciones negativas a la vista de todos, pues es aprovecharse de una o más personas en beneficio propio.
Sin embargo, Juan, encuentra que la sociedad contempla el uso del parasitismo, sobre todo en grupos de personas por edad o deficiencia física o mental, no pueden acceder al ritmo normal del conjunto. Pero cuando es en alguien apto que se aprovecha, para obtener unos beneficios o no trabajo, cuando se le critica y se le deja de lado. Pero existen personas como son algunos famosos que viven de su imagen, más o menos pasada, pero que les vale para sentir a su ego en un valor en alza o estabilidad.
La palabra aprovechar es sinónimo de abuso. Cuando se pronuncia saltan todas las alarmas, pues el egoísmo no está bien visto.
Juan descubre que hay sectores como los políticos o funcionarios a los que se les aplica, sistemáticamente, este termino.  Pero ¿todos los que asisten a un encuentro de fútbol son unos borregos? Se generaliza para quitar un problema de discriminar a unos de los otros.
Anota todos los pros y los contras en dos paginas diferentes en busca de un acuerdo, pero se encuentra que no se pueden mezclar las mismas. Que cuando se enjuician palabras, actitudes o personas caemos en un pantanal del que es difícil salir, pues es diferente tanto a seres como cosas. No es posible y por tanto tiene que salir.
Juan quiere ir un poco más allá y se da cuenta que ¿porque hay que convertirse en jueces?
¿Cual es nuestra necesidad de meternos en un plano que no nos corresponde?.
Juan comprende que las interrogantes son: ver la vida.

jueves, 16 de febrero de 2017

LA GABARDINA DE COLOR CREMA






Con su gabardina de color crema, pasea a lo largo de la corta calle. Un puro en la boca, no siempre encendido, le acompaña. Como un león encerrado sale de su casa para estar en la calle. Como mucho va a la tienda por pan y leche.
Sus horas de comida, a la una y media, son sagrados, pase lo que pase estará sentado en su mesa y las nueve, pero es cuando el sol se mete, cuando le produce desasosiego y torna a su casa.
Juan es un jubilado, retirado del ejército, donde aprendió a mandar y a obedecer. Donde el sentido de las normas le marco, grandemente.
Juan observa más que habla, porque cuando lo hace es una profunda critica hacía todo. Ana su mujer ha tenido problemas de pleura, por lo que evita fumar en casa. Por eso su revancha cuando sale a la calle.
Su vestuario se completa con un sombrero, le hace falta algo en su cabeza, para seguir siendo lo que ahora no es.
El estado de salud de Ana es bastante malo y un día decide bajarse del tren de la vida. Su hijo mayor lo hizo hace unos años.
Al verse solo compro el billete que había cogido Ana y fue en un mes cuando cogió el mismo tren.
No quedaba nadie a quien ordenar, a quien compartir sus humores negativos, por ello toma el mismo transporte.
La calle ha dejado de ser la misma, es como si un vigilante, hubiera desaparecido de la misma, como si una estatua andante mas o menos fea o bonita, dejara de estar en el entorno.
Sabia a que hora llega el cartero, el camión de la basura. Todo aquello que sucede en la pequeña calle.
La iglesia que da una misa por su alma, llena.

miércoles, 15 de febrero de 2017

NUESTRA RESPONSABILIDAD






Siempre se busca a otra u otras personas para culpabilizar de lo que nos sucede a nosotros. Como queriendo eludir nuestra responsabilidad.
Cuando estamos tristes, doloridos o incluso enfermos buscamos a extraños como los autores de nuestros males. A veces, nuestra ceguera, lo transforma en forma de virus o bacterias, cosas sin entidad, pero que ahí están.
Una vez de quitados de culpa nos encontramos mejor, y  tenemos a un o unos autores de nuestro estado de desconsuelo, de malestar. Pero esa mejoría se transforma en lamento. Que tenemos que transmitir a los demás para saber el motivo por el que me encuentro mal.
Este estado de lógica nos abruma y soluciona pocas cosas. El único responsable soy yo, esto acapara una situación ingobernable. Ya la razón montada hasta ahora se desmorona, y ahora ¿que hacer?
Una vez que se monta un edificio, en área prohibida, tenemos que proceder a desmontarlo, con el mismo entusiasmo que lo construimos. Pero con la seguridad y la experiencia de saberlo como hacerlo. No habrá sido tiempo perdido, sino un mayor conocimiento.
Las viejas formas de construir se modifican, al igual que las nuevas formas de escribir o leer, han cambiado.
No es necesario seguir viendo caras grises al cruzarnos con personas en las ciudades, la alegría de superación marcara nuestros nuevos rostros, porque seremos los protagonistas de nuestra vida, no los acompañantes o los espectadores, de nuestra realidad.
Al entender la vida como nuestra responsabilidad, estaremos en el camino de sentirnos autores, independientemente de nuestros éxitos o nuestros fracasos.
Sino veo, o no oigo el problema es mió. No de los huesecillos auditivos o del nervio óptico. Tendremos que analizar que es lo que no quiero ver u oir. Es lo que forma nuestro deterioro. Al igual que nuestras articulaciones, miedo a avanzar.

martes, 14 de febrero de 2017

EL TEMBLOR DE MANOLO






Que es lo que me está ocurriendo que no puedo parar mi cuerpo. Mis brazos no paran de temblar, incluso mi cabeza se mueve compulsivamente, no logro encontrar el control de mi cuerpo. Un mal se ha instalado en mi cabeza y no rige las órdenes que le voy dando.
Siento vergüenza porque no logro disimular, ante los demás estos tics.
Manolo va sintiendo su deterioro día a día, asistió a la consulta del médico que le derivo al especialista. Mientras tanto una sucesión de pastillas complementaban la dieta. Un desagradable olor en su boca y una erupción cutánea, son los primeros síntomas de rechazo. A la mente se le tenía distraída con nuevas pruebas neurológicas, para descartar lo que todo el mundo sabe, pero hay que poner nombre para colocarte en el mundo.
Manolo se va aislando cada día más. Ya no quiere salir a la calle, siente vergüenza de aparecer en ese estado de monigote disparatado.
Nuevas pastillas químicas, en búsqueda de la tranquilidad perdida.
Apenas puede buscar en Internet, pues sus manos difícilmente aciertan en el blanco.
La palabra suicidio aparece en su cabeza como solución a sus problemas. Manolo ha acabado con su paciencia, pero tampoco logra como ejecutarlo, su mente parece ir a la misma velocidad que su cuerpo. Con lo cual le lleva a un cansancio máximo, a penas puede comer. Pero manolo descubre unas palabras que le llenan de esperanza. No se trata de un nuevo tratamiento sino de ver la vida de otra manera, precisamente a él, condenado a una vida que, parece, se aleja de él.
Una pequeña lucecita esta dentro de su cerebro, donde se ha instalado la penumbra más nauseabunda. Comienza a aceptar la compañía de otras personas y sus ánimos, con consecuencia de agrandar esa luz pequeña, amiga.

lunes, 13 de febrero de 2017

LAS BOLSAS DE BASURA






Ana se levanta temprano, quiere dejar las tareas de la casa hechas, antes de salir a la calle. Recoge las bolsas de basura y sale por la puerta, bolso y bolsas parecen una tarea difícil de combinar, pero se apaña para poder abrir las diferentes manivelas, casa y portal. Los contenedores están en la esquina, parece que todos han tenido la misma idea a la misma hora, hacen una pequeña cola mientras, un vecino agarra la tapa para facilitar que se vayan desprendiendo de sus inmundicias, alguno hasta da las gracias, pero otros parece como si fuera un cargo municipal, sueltan la bolsa y casi, salen corriendo a sus quehaceres matinales.
Ana agradece el compromiso del vecino y como con las manos, sucias, busca un pañuelo de papel para retirar los adheridos. Con ella se deshace la fila y la función ocasional del servidor.
Busca una papelera donde dejar el pañuelo y parece más liberada, tras dejar los bultos.
Un poco más arriba ve a otra mujer con dos bolsas grandes de basura, se adelanta y la abre la gran boca. Agradecida, le comenta que la faltaban manos, par llevar a cabo su trabajo.
Una sonrisa cómplice, termina el encuentro. Parece como una liberación el desprenderse de lo que no te vale en tu día a día. El pensamiento que la viene es la cantidad de cosas que necesitamos para hacer nuestra vida.
Envoltorios, y cosas que no tienen sentido, como el papel que envuelve a algunas naranjas, sin saber para que. Cualquier objeto se le guarda con claro ejemplo de aparentar un regalo. En algunos para llevar la información nutricional, como si las naranjas o el pan tienen que decir que llevan añadidos, para convertirlos en otra cosa.
Surgiendo dudas sobre la vida que llevamos. Ana mueve la cabeza.

viernes, 10 de febrero de 2017

EL BILLETE DE LIMOSNA






Juan es un hombre que perdió su trabajo, su casa y su familia. Desde entonces se pone en la entrada de un supermercado y deja que la gente que entra y sale le deje dinero para seguir viviendo. Ha rechazado ofertas de trabajo eventuales, no quiere renunciar a la cierta comodidad de vivir, de esta manera.
Vive en una habitación alquilada junto a cuatro personas más. La situación de sus compañeros es similar, entre todos juntan un dinero semanal, para pagar los gastos y la comida. Pero diferentes personas, significa diferentes formas de ver la vida, con lo cual los acuerdos son difíciles. Solamente en el pago semanal de los gastos comunes están de acuerdo. Los habitantes van cambiando con relativa frecuencia.
Juan cuenta con personas que le dan todos o casi todos los días, pero existe uno que le da semanalmente veinte euros. El primer día su reacción fue de un profundo agradecimiento, tanta cantidad, no es normal. Pero la habitualidad se convirtió, para él, en una especie de impuesto, con lo cual ya ni sale la palabra gracias de su boca.
La sorpresa vino cuando le entrego un billete de diez euros, ya se extraño y pensó mil conjeturas sobre la rebaja.
Al mes la aportación bajo a cinco euros. Ya se encontraba molesto por el descenso de la aportación. La sonrisa le desapareció de la boca y ni siquiera le daba las gracias. Pensaba que era un traidor.
Un buen día vagabundeando por las calles se encontró con el mismo, ya hacía semanas que no iba por el supermercado. Fue a saludarle, realmente estaba indignado por su bajada de ingresos y le pregunto: ¿hace mucho tiempo que no te veo?
He perdido todo, ahora busco como subsistir como tu. Busco vivienda y forma de vivir, como tú.

jueves, 9 de febrero de 2017

TEATRO DE PERSONAJES NO DE PERSONAS






Ana es una mujer luchadora, ahora relegada a la función de ama de casa, cosa que nunca la ha gustado, pero sus dos embarazos  y la perdida de empleo, gracias a una compañera del mismo. La han llevado a esta situación.
Su animo esta bajo, no es lo que desea pero sin darse cuenta la refleja a todas las personas a su alrededor. Sus hijas perciben la vibración de su modelo, son muy pequeñas, pero lo manifiestan en forma de llanto, ello lleva a una respuesta peor. Donde la irritación y la pérdida de la calma, es la moneda de cambio.
A veces, Ana, se siente anulada como mujer y por tanto representa un papel que no le gusta, con ello tiene la respuesta de su pareja en forma de irritación.
Buscando quien fue primero el huevo o la gallina, van pasando los días y el problema se va cronificando.
Ana ha entrado en un pantano que la única salida parece estar al frente del mismo, ello conlleva estar en tierras farragosas.
Curiosa manera de pensar, que ocurre en general a todas las personas, pensar que la línea recta es la más rápida. Por ello la que se suele elegir, generalmente.
Ana tiene síntomas físicos de cansancio, pero sobre todo es el llevar una vida que no es la elegida por ti. Ese estado es la perdida del control sobre ti, vives una obra de teatro de personajes, pero no de personas.
Ana por fin para en su andadura por tierras cenagosas y quiere tomar el rumbo de su vida, dejar de hacer lo andado hasta ahora y encaminar su rumbo en su propio destino.
Hace tiempo debía haberlo realizado pero nunca es tarde para no seguirse equivocando hacía un destino incierto, con consecuencias indeterminadas, pero sobre todo no suyas.

miércoles, 8 de febrero de 2017

LAS PELÍCULAS Y LIBROS DE AVENTURAS






Juan ha visto tantas películas de aventuras, ha leído tantos libros de las mismas que le surge una duda. La vida que lleva es anodina. Esta manera de ver las cosas le lleva a un sentimiento frustrante de todo lo que le rodea.
He hecho viajes para sentir ese sentimiento, pero lo más que ha conseguido es ser un turista.
Se ha metido por senderos en busca de esos alicientes, que le permitan encontrar ese espíritu motivador.
Juan busca el sentido de su vida, desplazándose por ver vidas totalmente extrañas a la suya propia.
Un día va a un parque y se sienta en un banco, recibiendo el sol invernal. Un hombre mayor se agacha frente un matorral y permanece durante diez minutos observando el arbusto.
Intrigado espera que se vaya para ir a observar a que prestaba tanta atención. Cuando se levanta el hombre, se levanta como un resorte y va al mismo lugar. Tras una mirada general, ve una pequeña flor morada de un color muy intenso. Es muy atractiva, pero haber mantenido la atención durante tanto tiempo, le parece excesivo. No entiende el interés mostrado por esa persona ante una minúscula flor.
Pero Juan acaba de entender que la visión de otras personas, difiere, en mucho a la nuestra. Y para ese señor la aventura es contemplar la belleza de una flor fija en el seto de un parque. Redescubre una manera de ver las cosas diferente a todo lo que ha acumulado en su interior, de lectura y visionado de películas.
Ese hombre contemplando la naturaleza de su entorno, sin la necesidad de ir a países exóticos. Es la señal para comprender la visión de la vida, de otra manera a la creada por el mismo.
A la mañana siguiente, a lo mejor, copia la postura.

martes, 7 de febrero de 2017

EL MIRA OBRAS






Juan quedo jubilado al llegar su edad cronológica. Él ha trabajado siempre, quizás por no estar en casa.
A su mujer le molesta que este en casa, es su territorio, creado en horas y horas de soledad. Por ello le empuja a salir a la calle. Juan no esta acostumbrado a vagabundear. Pero si a madrugar, por ello tras tomar el desayuno sale a la calle de mala gana. Recorre el barrio pero no encuentra sentido al ocio.
Intenta con otro compañero hacer algo en que estar ocupado, formar una oficina para llevar papeles, pero en seguida les dicen que no lo pueden hacer al estar cobrando una pensión. Tampoco ha fomentado las amistades, por ello también está aislado.
Cansado de dar vueltas, un día descubre una actividad muy ligada a los jubilados, se trata de mirar obras, tarea en la que ocupa buena parte del día. Observando como se colocan materiales nuevos en vez de los deteriorados, los obreros se sienten vigilados ante tantas miradas de personas apoyadas en las vayas, como si registrasen su labor. Hasta hacen comentarios de cómo debe hacerse su labor, cosa que ya importuna. Uno de ellos les dice: les gustaría que en su trabajo, de antes, estuvieran siendo supervisados por personas que ni sabes si tienen conocimiento.
Un murmullo es la respuesta y hasta la retirada de algunos miembros de la comisión observadora.
Juan regresa a la hora de la comida y cuando la tarde cae, sustituyendo su tarea por observar televisión, a penas existen diálogos con la mujer.
El tedio se apodera de ellos, pero Juan ha encontrado que su vida ahora es la de observación, ya sea en la calle o en la evolución de un edificio en construcción.
El nuevo día se abre, pero los colores son los mismos siempre.

lunes, 6 de febrero de 2017

LA CARRERA PARA COGER EL AUTOBÚS






Cuando el autobús iba a iniciar su marcha, aparece Ana corriendo, el conductor se percata y para, abriendo la puerta. Ana con la respiración contenida da las gracias. Hoy parece que llega tarde a todos los sitios, pero no al transporte. Trata de coger el resuello apoyándose en una de las barras circundantes.
Menuda carrera te has dado, le comenta el vecino de barra.
-Si pensé que no le cogía, fue su respuesta.
-Hoy ha tardado un poco más de lo normal.
Ana comienza a trastear con su teléfono móvil, como queriendo dejar zanjada la conversación. Pero su interlocutor no lo entiende así. Sigue relatando porque ha sido el atasco. Ana le mira como agradeciendo la noticia pero sus ojos vuelven al aparato.
-Pues has tenido suerte porque otro conductor ni te para.
-Si la verdad es que si, pero no vuelve a mirarle, para ver si se da cuenta.
Sigue con su monologo. Ana aprovecha un momento que sale gente para ir a ocupar un asiento en las últimas plazas.
Parece que se ha librado de una conversación que no quería. Pero un par de paradas y el asiento a su lado queda vació, mientras el señor se dirige enfilado a ocuparlo.
-Te estaba hablando, es de mala educación dejar a alguien con la palabra en la boca.
-Perdone pero usted hablaba conmigo yo no tengo que seguir escuchando, banalidades.
-Pero que te has creído mocosa, aumenta el tono de voz.
-Por favor le ruego que me deje en paz, levantándose para ir a otro asiento en la parte de adelante. Mientras la sigue increpando por su desaire, busca oyentes para seguir aduciendo pensamientos.
Por fin llega su para y se baja mientras observa al hombre mientras ejecuta un movimiento con el dedo anular.  Razón para seguir desbarrando dentro.

viernes, 3 de febrero de 2017

LA COMIDA QUEMADA






La olla iba soltando vapor indicando la disposición para indicar que la comida esta lista.
Comienzan los preparativos de la disposición de la mesa para ofrecer la comida elaborada en la misma.
Se dispone los vasos, cubiertos y servilletas delante de la silla de cada comensal, todos llegan con hambre.
Se intercambian palabras sobre la mañana, desde anécdotas hasta conversaciones con los compañeros.
Apenas se ha puesto mucho empeño en la elaboración de los alimentos. El que primero ha llegado es el que le toca prepararla.
 Se pone un salvamanteles en el centro y se coge un cucharón para servir. Se abre la tapa y un profundo olor a quemado surge. Los gestos de las caras se retuercen. Las quejas se funden para definir, esto no hay quien se lo coma.
Acusaciones y palabras altisonantes, muestran la contrariedad del “ y ahora que”
Se acerca la olla hacía la taza del servicio y se vierte. Se abre la puerta de la nevera en busca de alternativa. Pero la ausencia de comida es manifiesta, pues surge la idea de ir a comer un bocadillo al bar de al lado.
Y esta noche se hablara de la disposición de hacer la comida la noche antes y tener algo de comida en la nevera para cualquier caso de necesidad.
La reunión se hace dura por las diferencias acumuladas entre ellos, pero surge la necesidad de poner unas normas y un dinero común. Aquí surgen las suspicacias, pues existen diferencias de gustos entre ellos.
Sus salarios son escasos y por eso comparten un espacio común entre los cuatro.
La noche será larga pero hay que llegar a un acuerdo o disolver la convivencia, cosa que a ninguno conviene. Por ello la comida quemada es el punto de tener que llegar a un acuerdo general.

jueves, 2 de febrero de 2017

LA SALA DEL HOSPITAL






La sala del hospital se encuentra llena, es época de gripe y muchas personas mayores lo sufren con más virulencia.
Curiosamente las personas que trabajan en ese espacio suelen olvidar que trabajan con humanos, como ellos, con problemas similares a los suyos, sino iguales.
Acuden porque buscan ayuda, como la persona que se encuentra perdida y va a la primera persona que ven para que le indicara por donde debe ir para llegar, al sitio concertado. Al no conocer el territorio va en busca de alguien que sepa más.
El problema surge cuando la persona, preguntada, toma una posición de superioridad pues tiene el conocimiento del lugar.
Al surgir la enfermedad, surge la misma sensación de encontrarse perdidos, acudes a profesionales que han estudiado el territorio, el cuerpo humano. Pero se olvidan de que depende como se digan las cosas, la enfermedad o el mapa del territorio, es importantísimo para encontrar la salud. No solo la ciencia vale para descubrir sino para tratar quien viene en búsqueda de ayuda.
La duda hace que aparezca la misma, sensación, dentro de nosotros, por ello será una eminencia en medicina pero el resultado será inferior al necesitado.
En las facultades, se olvidan de esos detalles que cambian la manera de ver las cosas, incluida la enfermedad. Es como ir a la consulta de un medico y todo esta muy limpio, claro, pero al dar la mano al galeno, descubrimos unas manos sucias. Empezamos a tener un rechazo al que no salvara el diagnostico cierto o el medicamento correcto. Lo mismo ocurre con las palabras o la manera de comportarse frente al paciente. En las facultadas se olvida que somos algo más que cuerpo, nuestros sentimientos, manera de pensar también son muy importantes en toda representación, de nuestra vida, en la evolución que tenemos.

miércoles, 1 de febrero de 2017

EL PERDEDOR DE JUAN






Juan es uno de esos perdedores a los que todo sale mal. Es una persona querida porque siempre está para ayudar a alguien. Tal vez sea por eso, el que se rodea de problemas, de los demás, al final terminan asentándose en uno mismo.
Juan era un hombre con alegría en su cuerpo, su tono de voz era vigoroso y hablo en pasado porque ahora es como si una nube negra se hubiera instalado dentro de él y le lleve a un lugar lúgubre. Este paisaje ha dibujado su forma de vida actual, la sonrisa es difícil encontrarla en su boca. Sus postulados siguen siendo positivos pero la vida le lleva a una forma de vida que nunca ha querido e incluso combatía.
Juan siente como las cosas no son como había proyectado hasta que ve a su amigo Alberto que conoce la cantidad de cosas malas que le han pasado. Pasean por un parque y en un momento, Alberto, le dice: le dice imagínate que has cogido una manta herrumbrosa de un contenedor de basura y te la has puesto y no te la quitas. Qué crees que ocurrirá en tu vida. Juan responde: pues desagradable llevar semejante ropa.
Pues eso es lo que ha ocurrido contigo. Tú con tu interés en ayudar al resto de personas, has cogido esa manta negra y te paseas, todo los días con ella. Lo que sufres es el desprecio de todas las personas que se cruzan contigo, incluso cambian de acera si te ven llegar, ese es el resumen de todo lo que esta sucediéndote. Ahora entiendes porque tu sonrisa ha desaparecido de tu cara y tu tono de voz es débil.
Es momento de llegar a un descampado y quemar tu atuendo para sentir la liberación,como se consume entre las llamas.