viernes, 29 de junio de 2018

EL PAQUETE




Siempre existe un motivo por el que hacer las cosas, así pensaba Juan cuando fue a recoger un paquete. Buscamos cualquier justificación para actuar, sino nos haría irracionales.
Envuelto en sus pensamientos, nunca sabía porque le hacían reflexionar, tantas cosas. En esa linea de comportamiento se gestaba su vida.
Hoy le habían pedido un favor de recoger un paquete y entregar al país donde iba a pasar unos días. Se trataba de un papel marrón claro, muy embalado y casi hermético.
El acto le daba una cierta preocupación, tenía que entregar dicho paquete sin saber lo que contenía, como respuesta son unas medicinas para esa persona. Las recogería en la recepción donde estaría alojado y ahí terminada este favor pedido por un conocido. No entiende porque no se enviá por correo postal. Pero tampoco le creo desconfianza. No tenía que desplazarse y solo era dejar en el hotel.
Pero ¿cual era el motivo por el que había aceptado tal encargo? No conocia porque había aceptado, sin conocer el contenido.
Al llegar al nuevo país en la terminal aérea. Escanearon las maletas y se interesaron por el paquete, preguntaron que contenía y la respuesta fue medicamentos. Juan fue trasladado a una sala paralela y le pidieron que lo abriera, le dejaron unas tijeras y abrió el mismo. Una serie de blister con capsulas en su interior, sin el nombre del producto impreso. En perfecto castellano le preguntaron de que se trataba, Juan narro la historia pero el policía no quedo satisfecho.
Del conocido solo sabía su nombre, sin apellidos, sin lugar de residencia. El se había ofrecido a traerlo a esta ciudad, nada más. Tanta ambigüedad creo más sospechas y le dijeron que estaba retenido a espera de analizar el contenido.
Juan seguía sin entender el motivo de su aceptación transportista.

jueves, 28 de junio de 2018

NUEVE MIL EUROS





A muchas personas se les presenta el dilema sobre como actuar cuando te encuentras.
Juan pasea por una calle céntrica y tropieza con una bolsa de plástico blanca, al chocar con ella se desprenden unos billetes de veinte euros. Se agacha y mira en el interior, dentro se hallan más billetes y una hoja de papel cuadriculado con el nombre de una persona y el numero de cuenta, de una sucursal bancaria.
Juan ha encontrado una bolsa de dinero no anónima. Pensó que a todo el mundo le viene bien un dinero extra que no contaba, pero la duda surgida fue sobre como el dinero obtenido de esa manera desaparece de la misma forma. Por otro lado fijarse en la persona que lo extravió y el apuro que le puede suponer, volver a juntar esa cantidad de dinero, desde luego no debe haberle sido fácil, juntar y menos en un medio tan rustico de transporte.
Los pensamientos se agolpaban en su cabeza.
Llegó a casa y lo primero que hizo fue contar la cantidad. Tras contar dos veces el total eran nueve mil euros.
No tenía sentido ir a la oficina de objetos perdidos, pues parecía haber un destinatario, por supuesto lo podía haber ignorado y quedar con la bolsa, por ello pensó ir al día siguiente a hacer el ingreso, puesto las oficinas bancarias habían cerrado.
El resto de la tarde fueron hacer planes sobre en que hacer con ese dinero plus. Juan pensó como solo iba a comprar cosas que no necesitaba.
Por la mañana se acerco a la sucursal bancaria, relleno el formulario de ingreso, dejando en blanco el nombre del depositario.
Al salir sintió mejor persona al haber ayudado, anónimo, a alguien, posible más necesitado que él. Salió sin recompensa, solo con su moral más tranquila.

martes, 26 de junio de 2018

LA DECISIÓN





Juan esta seguro de su decisión, iba a romper la sociedad en la que participaba.
Meditó está decisión durante tiempo, por un lado es su trabajo, su esfuerzo personal y los pocos recursos ahorrados con su paciencia y austeridad.
Los socios creían desviar los objetivos hacía un plan económico, donde se precisa obtener más beneficios, siempre a costa de la calidad.
Juan quería emprender otro camino dentro del sector. Intentar rescatar el dinero invertido era lo prioritario para emprender otro camino, desde luego fuera de sociedades, sabe que se podía equivocar pero sería su propio error.
Juan sabia sus principios y está dispuesto a sacrificar el dinero por la sensación de no estar engañando a nadie.
Durante cinco años se adaptó a planes consensuados entre todos, pero llegó el momento en que los objetivos cambiaron. Sus socios se metieron en el circulo de dinero, donde cada vez se necesitaba más y más. Como la serpiente que engulle traga y parece no tener final. Esa sensación le dijo que tenía parar, es un hombre solo, ha empleado su esfuerzo al compromiso del trabajo, dejando de lado la relación de pareja y menos de hijos. Intentando ambas cosas se siente perdedor frente al modelo social. Como consecuencia se ha enrocado en esa soledad que le da un toque de rareza.
La reunión fue fijada a las diez, tenía tiempo para pasear y ultimar como enfocar su propuesta sin crear una ruptura que llevara a los tribunales. Por ello sin herir sensibilidades. Donde mostrar diferencias. Los minutos pasan despacio pero no creía tener todo atado.
Esa incertidumbre le genera un malestar interior, pobre resuelto con un ayuno.
Cuando subió fue a beber agua. Tras la ingesta abrió la puerta de la sala de reuniones. Sentados en la mesa, mostraban su todo esta bien.

lunes, 18 de junio de 2018

LA OPORTUNIDAD




Juan salió de su casa por la mañana, su destino es un invernadero donde produce frambuesas, muy demandadas en las grandes ciudades, donde quieren cambiar los sabores tradicionales, por otros mas exóticos. Una chica del pueblo se ha unido en su empresa y todas las mañanas entregan su cosecha, salvo los sábados y domingos que guardan en una nevera para la distribución los lunes.
Aprendieron que el mimo y la calidad era su mejor tarjeta de presentación, por ello se esfuerzan en conseguir, que su producción cuente con ello. Se desechan las anómalas, los envases son de cartón reciclado con una capa de film transparente para evitar el uso de más plásticos. Una furgoneta llega sobre las doce de la mañana. Por tanto ya tiene que haberse ido haciendo la cosecha y puesto en sus tarrinas contenedoras.
Sus pasos eran más tranquilos de lo normal, parecía barruntar algunos pensamientos. Tendría una reunión para comprar toda su produción, lo que requería aumentar el numero de invernaderos, mano de obra. Y se preguntaba ¿para qué? El objetivo sería tener más dinero pero se le desbordaría, ya no pondría todo su tesón en el trabajo, dependería de más personas, los problemas aumentarían.
Con paso sesgado llegó donde Juana y se lo explicó. Su cara se llena de satisfacción, pero Juan explica los cambios en sus vidas. Tienen que cambiar de vida para dirigir una empresa.
Tendrían más dinero pero ¿para qué?
Juana es más emprendedora, más joven y ha aprendido con facilidad, lo veía como una oportunidad.
Juan se da cuenta y le ofrece que vaya con él y presente su plan a la empresa.
Aceptó sin pensarlo. Ya había pensado con quien contar y el sistema sería el mismo. Un tío suyo tiene unas tierras con poca producción, llegaría a un acuerdo.

miércoles, 13 de junio de 2018

EL ROBO DE LOS "PEN DRIVE"


Llegó sobre la medianoche, estaba en un lateral de la habitación cuando al encender la luz se encontró todo desordenado.
Venía cansado y ahora todo esto. Al abrir la puerta, sintió acabar el mundo. El castillo de naipes se hubiera caído.
Las estanterías caídas en el suelo, ropa devuelta. ¿Que querían encontrar? El ordenador y la televisión solo mostraban las huellas de polvo de donde habían estado. A simple vista era lo más destacable. Pero fue derecho al cajón de la mesilla donde guardaba los “pen drive”, pero no estaban. Habían tenido tiempo suficiente para registrar a fondo. Nueva pregunta ¿para que querían sus recuerdos?
Un espacio de su memoria estaba allí, notaba un vació en su interior, dinero tenía para los gastos de la semana.
Utilizaron unas bolsas de deporte para llevarse las cosas.
La siguiente acción fue llamar a la policía, con la intención de recuperar su memoria. En un par de horas llego una patrulla y le informaron que pusiera la denuncia y por la mañana la policía científica tomaría huellas. Que procurara no remover mucho para sacar detalles. Como consuelo le dijeron que en la zona se habían producido otros dos robos.
Como pudo se acostó, sin sueño y dio vueltas una y otra vez, con la llegada de la mañana. Tomó una ducha y espero la visita, prevista. Pero no fue hasta la una cuando sonó el timbre y explico lo ocurrido, una vez más.
Llenaron la casa de polvos en busca de huellas incriminatorias, pero habían trabajado con guantes. Ida a poner la denuncia y consuelo de que habían habido más robos en el distrito. Detallo lo que echaba en falta, pero siempre como primera cosa: la caja metálica con las memorias USB. Ese espacio era el prioritario en su perdida moral, más sentida.

martes, 12 de junio de 2018

EL PASEO POR EL ZOOLÓGICO




Juan visita con su sobrino el zoológico de la ciudad. Quiere enseñar los animales que ve en la televisión. La capacidad de Andrés que es su nombre está en aumento, tiene la capacidad de ir asimilando todo lo que le rodea, parece como si hubiera despertado en la vida y tiene mil preguntas.
Su tío creé tener todas las respuestas pero lo que se da por entendido muchas veces pasa factura cuando ocurre el razonamiento y ves que no es así.
La primera pregunta es fácil: ¿porque están encerrados en jaulas?
Seguro de si contesta: Sino se escaparían.
  • pero no están libres. Dice Andrés.
  • Es la única manera que podamos ver un gran numero de animales en un espacio pequeño. Contesta persuasivo Juan.
    Las preguntas se van acumulando y percibe que más de la realidad, el sobrino está percibiendo otras cosas.
    En su pensamiento, Juan, piensa si ha sido buena idea traer al pequeño aquí. Pero observaba como sus ojos se abrían enormes ante las fauces del león o los saltos de los delfines. El colorido de los loros y las águilas en un espacio reducido que las sacaban a volar un rato dos veces al día. El lento caminar de las jirafas mientras buscan comida del suelo.
    En las zonas de descanso se paran para acumular experiencias recibidas y eligen donde volverán a ver a los que mas llamo la atención.
    Compran un pequeño bloc y le dice que pinte el animal que más le han gustado. Han comido y muchas emociones se han acumulado en la pequeña cabeza, mientras dibuja se apoya en las piernas del tío. Los ojos comienzan a entornar, Juan observa el cansancio y deja dormir.
    Pero no pasan unos minutos, pide seguir, viendo al resto de animales.

lunes, 11 de junio de 2018

EL MALETÍN DE PLÁSTICO




Juan llevaba un maletín de plástico transparente, el asa es de cuerda, como el recipiente de un edredón pero más pequeño.
Lo recogió al lado de los contenedores de basura, le hizo gracia y lo tomó. Cuando todo el mundo lleva las cosas ocultas el decide ser transparente. Por supuesto que su paseo con dicho elemento no pasa desapercibido, solo los cantos son blancos, el resto laminas de material derivado del petroleo pero traslucidos.
Fue de esta guisa a la oficina, en el metro las miradas iban hacía el objeto, al llegar a recepción le dieron unos papeles que instalo en su interior. Quedaba ridículo pero es la decisión que tenía.
Mientras otros sacaban sus ordenadores portátiles de sus carteras, él saco los cuatro papeles y encendió el de sobremesa.
Juan sentía una alegría en la innovación de su idea. Podría llevar el bocadillo con su pieza de fruta junto a los papeles, a la vista de todos. No por el placer exhibicionista, sino por el nada que ocultar. Como las personas todos tienen algo que ocultar a los ojos de los otros. Juan era uno más pero quería romper una lanza por ese otro grupo que no quiere ser igual que el resto.
Al día siguiente lleno su maletín, no se olvido de meter su bolígrafo favorito. Ahora llamaba mas la atención, competía con la ropa de las chicas jóvenes que muestran sin enseñar, parecía que traía una bolsa del supermercado, pero con presentación más trabajada. Los comentarios se podían oír. Pero Juan se sentía orgulloso del transportador que tomó de la basura. Bastara que una persona elija una diferencia para que otros diseñaran un maletín parecido con el logotipo de la empresa de turno.
En poco tiempo aparecieron más modelos similares pero con letras grabadas en colores llamativos.

martes, 5 de junio de 2018

LA FRACTURA DEL SUELO




Juan, piensa: a veces la tierra se abre y provoca un abismo del que se genera un vértigo del que resulta, en consecuencia, un mareo. Hoy parece ser uno de esos días. Una llamada cambio su forma de pensar.
Parecía que la noticia hubiera producido un terremoto en su interior, el castillo de naipes, se cayó.
Juan se levantó nervioso de donde estaba sentado, no encontraba el acomodo necesario. Miro sobre la mesa y vio que la baraja de cartas estaba metida en su funda, entendiendo sobre la estructura militar, ese castillo fue una recreación propia.
Cambió su aptitud se sentó y respiró profundo. El tiempo tomaba una nueva dimensión, ya no era inquietante.
Toda esa fractura terrenal solo se había producido en su mente ¿que gran amiga y traidora a la vez? Pensó Juan ¿Como era posible que pudiera suceder dos cosas a la vez? Sin embargo era posible. Su pensamiento seguía su camino. Del desanimo más absoluto era posible cambiar.
Recordó como un amigo le decía que no era necesario el tener mascotas, como los perros y gatos, con las preocupaciones que nosotros creamos, ya es suficiente para tener compañía no se necesita nada más. Utilizaba el eufemismo pero es suficiente para comprender.
Parecía ciencia ficción como se cubría el suelo como por arte de magia. Empezó a creer más en las posibilidades humanas, era el gran descubrimiento en que una cosa la tienes como sabida pero no experimentada por uno mismo. Cuando es el propio ensayo personal el que te hace definir como algo propio.
También le recordó a otro amigo, José decía: cuando entiendes los árboles poniendo su nombre, comienzan a dejar de ser anónimos y solo una parte del paisaje. Para ser algo más cercano que conoces: encina, roble o haya. Haciendo cercano a nosotros.