miércoles, 28 de noviembre de 2018

EL AUTOBÚS QUE PASA DE LARGO





El viento ejerce su presión sobre los helados árboles. Los cristales acumulan agua solidificada. La parada de autobús se encuentra solitaria. Las luces no se han apagado aun. Y un sonido de tacones, acompaña a la melodía del aire.
La ausencia de trafico indica el día de la semana.
La sombra de la figura esta a capricho de la farola que toca iluminar. Sube las solapas en busca de impedir la temperatura exterior.
Toma su teléfono para ver el tiempo de espera del bus. Nueve minutos es la respuesta de la pantalla. No quiere abandonar la compañía de nadie y se aferra a mirar una y otra vez, como queriendo encontrar una nueva respuesta a los últimos mensajes recibidos.
La inquietud esta en su continuo baile de piernas para compensar la temperatura, sus manos quisieran esconderse en los bolsillos, pero la luz entre sus manos es lo prioritario. Entre vez y cuando su mirada se levanta en busca del vehículo transportador. Los minutos pasan despacio, surge un arrepentimiento de haber venido a esta fiesta. Donde no encontró lo que quería. Los ojos se entornan, baja el móvil y se recuesta frente una columna. El sueño no dura en llegar. El cansancio la vence y hasta el viento la mece.
El tiempo de espera se reduce para descubrir en un tic como su bus pasa sin detenerse, no ha mostrado señal de actividad y el conductor ha interpretado que no era necesario parar. Las alarmas se disparan el próximo tardara una hora. La rigidez agarrota hasta sus pensamientos, ahora tendrá que buscar un taxi que romperá su presupuesto mensual. Pregunta ¿como se ha podido quedar dormida? Hoy era el día que todo le ha salido mal, comienza a andar para reducir el camino de en medio y adquirir un calor extra.

martes, 27 de noviembre de 2018

CONVERSACIÓN INTERRUMPIDA



Mientras habla con su mujer, no deja de ver los wasap que va recibiendo en su teléfono móvil. La conversación se va entrecortando entre ellos mientras tienen la misma actividad. Las palabras quedan colgadas sin la estructura de una frase, algún monosílabo cae alguna vez.
Parece como si Juan y Ana tuvieran controlada la situación, tienen comunicación con varias personas a la vez. Como tienen que hacerlo coherente, olvidan a quien tienen delante físicamente.
Un sentimiento de importancia les invade. Los dedos siguen sus movimientos migratorios con la mayor rapidez posible para expresar mayor numero de palabras. Lo que se había soñado siempre poder comunicarse con varias personas a la vez ahora es posible con la escritura instantánea.
Ana gesticula pero no habla, Juan hace un guiño de sonrisa ante el último comentario. Un continuo sonido de recepción de nuevo mensaje se desprende de sus aparatos manuales.
Por fin parece que han parado los mensajes.. Dejan enchufados del cable de corriente para llenar la batería.
Juan comenta alguna de las situaciones recibidas en pantalla y Ana hace lo mismo. Retoman la conversación pero una nueva alarma suena. La atención vuelve al estado anterior y se desenchufa, para mayor comodidad. La misma acción ocurre con Ana. Alguien ha visto que estaba conectada y era cuestión de escribir unas letras. Casi siempre banales y estereotipadas.
Juan vuelve a conectar la batería al sistema eléctrico y un nuevo aviso surge. Es entonces cuando apaga su celular. Ana sigue con la conversación, cuando se van uniendo nuevos lectores, el bip bip suena como una cascada de impulsos. Ana quiere contestar a todos pero tiene que priorizar. Juan se levanta para beber un vaso de agua, quizás la garganta este reseca de tanta escritura.
Ana se ve desbordada y desconecta su terminal. Suelta los brazos.

lunes, 26 de noviembre de 2018

MEDIODIA EN LA VIDA DE JUAN






Mientras pasea, Juan, va haciendo tiempo desde la comida al retorno del nuevo turno. Tiene tiempo para salir y pensar en algo más que la función productiva. Solamente en el verano tiene dos meses de jornada continua.
A pesar del frio viento, elige salir, recorrer las calles, mil veces conocidas. Sentir los olores del viejo barrio que concentra a tanta gente tan diferente.
Los desconchones de fachadas, los olvidos de reparar viejos comercios, tantas veces traspasados y hasta pasar al viejo café que tiene representaciones de gente nueva.
Hoy el tiempo invita a refugiarse y tomar una infusión caliente, donde las manos recuperen el calor de la taza, mientras los ojos revisan a sus vecinos circundantes. Las luces amarillentas no descubren nada nuevo, sino incrementar el estado rancio, que se quiere conservar en búsqueda de unas raíces que tuvo en el pasado. Gente variopinta encuentra su lugar allí. Hoy las mesas se encuentran llenas, todos huyen de la temperatura exterior, mientras en la mesa de al lado se habla de literatura, como queriendo encontrar las tertulias que se reunían, en esas mesas de mármol con soportes de hierro forjado.
Frente a la puerta una luces azules se detienen frente al local. Cuatro policías pasan y hacen una observación de cada mesa, pronto ven el objetivo, dos muchachos en una mesa que no les ha dado tiempo de escapar. Sin cruzar palabra sacan las esposas y les detienen, mientras los consumidores quedan anonadados ante la visión de una película americana, en su propio barrio. Con la misma celeridad que entran salen, a la vez que Juan revisa el momento de volver a su turno de tarde.
El camino es diferente, solo ocupa los rostros de los jóvenes y los modales de los agentes, la tarde será diferente, nueva impresión en monotonía.

viernes, 23 de noviembre de 2018

EL BOSQUE DE ENEAS




Juan decidió ir de viaje, salir de su pueblo y emprender un viaje donde sus piernas le llevaran conocía la dirección pero lo de menos era el destino. Era sus vacaciones laborales y tenía la posibilidad de disponer de ellas. Una mochila, su saco de dormir y un aislante era lo que necesitaba. Los caminos eran una pequeña trampa, donde le llevaban a una casa sin otra continuación, así que decidió tomar las carreteras, pero el trafico hacía tener la permanente alerta. Por ello cambio su entender esa vacación. Llegó a un pueblo donde había un cartel que ponía bosque de Eneas. Nunca había oído hablar de él. Fue al supermercado para comprar la comida necesaria y siguió el camino sugerido. El sol aplastaba el paraguas de los árboles. Junto al que tenía más contorno se sentó y apoyo su espalda en su tronco, en su rugosidad encontró el acomodo de la caminata. Un cuervo surco el espacio. Y el sueño llego a su cabeza.
El despertar fue lento pero la sorpresa hizo su aparición falta la mochila. No comprendía como entró en un sueño tan profundo. Miro por los alrededores pero no había nadie. El dinero estaba en su cartera.
Juan se levantó y comenzó a bajar la colina del camino circular. Sus vacaciones acababan de terminar. Sin nada a su espalda desanduvo el camino para ir a su pueblo donde se había instalado solo hacía un mes. A la derecha según caminaba por la carretera, había un pequeño vertedero, se acerco, entonces vio el color de su mochila azul, su ropa diseminada y solo faltaba la comida y el saco de dormir sin estrenar, Recogió la ropa, el sol comenzaba a caer y andar por las carreteras se hacía inseguro. Caminaba muy deprisa, de huida. Una vez más.

jueves, 22 de noviembre de 2018

EL TONTO




Cuenta las historias que en la mayoría de sociedades siempre hay un personaje que se le considera “tonto”. El objetivo siempre ha sido claro evitar que nadie te haga sombra. Si esto ocurre así parece que estamos en una tarima, porque siempre existirá alguien que este por debajo de nosotros. Con lo que nuestro “ego” pasa a una posición de tranquilidad.
Los problemas cotidianos siempre se pueden echar la culpa a alguien, en teoría inferior.
Pero el aprendizaje llega a todos y las conversaciones con está persona, inferior en conocimientos y destreza labial, van formando un pensamiento critico con el desfavorecido, este es más lento. Pero sus sentimientos sin tantos filtros aparecen en cualquier momento, síntoma de ser una persona “tonta”. Pero lo que parece ser una desgracia para los que le rodean, puede tener una recompensa en su interior. El hombre o la mujer que adquieren el papel aceptan y logran conseguir el papel de disminuido al que hay que ayudar. En ese afán protector, logra conseguir una vivienda y hasta trabajos fáciles, considerados como obra sociales.
La sociedad logra un nivel de equilibrio y hasta es necesaria su figura para dar sentido a vidas, que difícilmente son sostenibles.
Por “el tonto” pasan los años, las nuevas generaciones buscan nuevas personas para mofarse. Juntan a una mujer con él, para tener descendencia, lógicamente el fruto será un nuevo tonto, así se prolonga el juego. Es ahí cuando surge el máximo desarrollo del afectado, consigue logran un nivel de conciencia superior para entender su situación sacando partido. Su bondad comienza a desmoronarse por el interés aprendido.
Con el nacimiento del hijo dejo de ser el mismo tonto y comenzó a perder el sentimiento antiguo de comportamiento. Su deterioro social cambio, pero su imagen perdura en la memoria de su sociedad.

lunes, 19 de noviembre de 2018

EL OLOR DEL RECUERDO




Juan pasea por la calle mientras iba a comprar, de pronto un olor le despierta recuerdos de su juventud, su atención se fijaba en no perder el aroma sentido, pero fue tan fugaz como había venido, no se podía fijar en un frasco de perfume, era algo natural. De momento todo había cambiado, un olor desencadeno unas reacciones del inconsciente. Su vista dejaba de ver un paisaje mil veces recorrido, no le importaba el sonido de los coches y el trajín de la calle.
Entró en el supermercado con el piloto automático, no había sido consciente, ahora tocaba buscar las estanterías correspondientes los artículos necesitados.
La magia se había perdido volvía a su día a día. Su brazo sujetaba la compra. Pagó y vuelta a la calle. Mismas personas aunque fueran diferentes, pero con un corte de color gris. Juan ya había olvidado el instante que había recreado su cara. Espero la luz verde del semáforo y volvió al camino de vuelta a casa.
Como una simbiosis se transformo en lo que le rodeaba pero al pasar junto al edificio de antes le llego la misma sensación. Paro y quería recrearse y revivir los momentos que le conducían el olor. Cerro los ojos como queriendo dar máxima prioridad a los recuerdos. Dejo la bolsa en el suelo y durante cinco minutos estuvo así. Una discusión de una pareja que pasaba junto a él, despertó su ensoñación. Tomó su bolsa y reinicio su camino, llego a casa coloco la compra y bajo de nuevo a reencontrarse con el olor. Pero por más que su nariz se esforzaba en buscar el sentimiento, allí no se encontraba, andaba hacía delante o volvía pero había sido como la hoja de un árbol, había caído y ya no daba sombra, en primavera saldría otra nueva.

viernes, 16 de noviembre de 2018

LA MANO SOBRE EL PLATO




Juan tiene una sonrisa ausente, desde hace varios años se ausento de su cara, sus facciones se han ido afilando, dejando profundas huellas que elevan el aspecto de su cara. Una mesa metálica imitación a madera delante de él, donde reflexiona, come, lee y hasta le sirve para terminar cosas de su trabajo.
Toma la carpeta donde guarda documentos que algún día le pueden hacer falta. No está muy seguro de encontrar el papel que le han solicitado ¿En los tiempos de la informática que necesidad tienen de pedir papeles? Pero todo no avanza tan deprisa.
El piso es compartido con otras tres personas, no suelen hacer vida comunitaria y el salón, donde está la televisión no es demasiado visitado. La limpieza la realiza la casera una vez por semana, también se encarga del lavado de ropa.
La cocina tiene una enorme nevera, asignada por bandejas para cada miembro. Igual que los diferentes armarios. El sonido del reloj de pared es el único sonido.
Hoy la búsqueda del documento es lo que más le altera, no consigue dar con él. Va a la nevera en busca de su botella de agua y al abrir la puerta descubre en su bandeja de arriba una mano humana sobre un plato. No tiene mucha gracia pero allí está. Coge el plato para ver si es de mentira pero la sangre coagulada muestra que es real. lleva el plato al salón donde están jugando a las cartas sus tres compañeros. Un repelús es la respuesta de los tres, y la obligada pregunta: ¿es de verdad? Juan afirma y relata el descubrimiento, pero nadie dice nada. ¿De donde ha salido esto? El silencio es la respuesta. Es una mano femenina que aun conserva un anillo de bisutería. Todos se van desmarcando del hallazgo. ¿Que hacemos?

jueves, 15 de noviembre de 2018

LA LEJANÍA DEL AYER




El ayer se encuentra lejano siempre dependiendo de el recuerdo de la persona.
  • Paso tu oportunidad, reprocha Julia.
  • Si lo se, he pasado la noche lamentándome, dice Juan.
  • Lo peor es que no hay segunda oportunidad, como les puede ocurrir a los estudiantes. Juan se lamenta de la ocasión perdida, pero solo encuentra los reproches de Julia, por no haberlo conseguido. Sus manos siguen mostrando marcas de pintura negra. El alcohol como disolvente no había sido capaz de retirar los restos de su piel.
    Julia saco un disolvente de pinturas y una crema hidratante para minimizar la acción del químico en la piel. Pacientemente se dejo hacer mientras el trapo se llenaba de un color extraño a sus dibujos claros.
    En la radio la música de un programa que era muy aceptado. Los gritos de la pareja de vecinos que han escogido la mejor manera de comunicarse. Y el olor que sube a fritanga de el piso de abajo.
La noche paso por la cabeza de Juan analizando los errores cometidos con los que consiguió los laureles del fracaso.
Había sido una buena oportunidad de cambiar su vida, pero paso, como el tren que pasa junto a ti sin despedirse ni saludarte.
El reproche de Julia era mayor porque se sentía perjudicada por el fracaso, hasta podría haber dejado su trabajo. Pero como en el azar tienes que comprender la situación creada.
Juan se levanto del sillón y fue a llenar un vaso de agua, comenzo a tragar cuando interrumpio y dijo:
- Sabes lo que te digo, acepto el fracaso pero me siento orgulloso tanto si lo hubiera conseguido como me encuentro ahora mismo. Esas palabras taladraron más los oídos de Julia.
- De acuerdo me bajo de este barco, contesto ella.

lunes, 12 de noviembre de 2018

CONVERSACIÓN SOBRE LA MONOTONÍA





  • La vida es una monotonía, dice Juan a su amigo Antonio.
La cara de este se revuelve como un resorte.
  • Estoy cansado de escuchar frases como esas, no estoy de acuerdo.
  • Si te das cuenta, te levantas de tu cama desayunas, si lo haces, vas a trabajar, comes, vuelves a casa, comes y cuando te das cuenta tienes que volver a la cama para madrugar al día siguiente.
  • Juan visto de esa manera, somos como maquinas, donde olvidamos nuestros sentimientos, para aun haciendo lo mismo es diferente.
  • Antonio, yo que quieres que te diga los veo así.
  • Piensa que el hombre vive en torno a setenta y cinco años, lo multiplicas por trescientos sesenta y cinco días. Y al final te sale un numero, veintisiete mil trescientos setenta y cinco días, si lo abstraemos no tiene ningún valor. Nos convertimos en uno más. Sin embargo has visto la vida de muchas personas y no te parecen una monotonía.
  • Vale, pero la normalidad de la mayoría es una etapa gris.
  • Juan no estoy de acuerdo, tu puedes pintar un cuadro, hacer un montaje con maderas, escribir un libro, etc. Ello te diferencia de ese color mostrado.
  • Si, Antonio, lo podemos hacer pero nadie lo hace, con lo cual me reafirmo en mi frase.
  • Si hacemos lo mismo lo que cosecharemos sera siempre lo de siempre. Pero tenemos la voluntad de poder cambiarlo, esa es nuestra fuerza y que dejamos dormir por la facilidad de la comodidad, del dejarse llevar.
    Podemos reflexionar al final de nuestras vidas si ha valido la pena o solamente hemos ido aplazando acciones frustradas por no arriesgarse a hacer diferentes cosas. En esos setenta y cinco años hemos disfrutado la capacidad, de poder realizar cosas nuevas.

viernes, 9 de noviembre de 2018

ADIÓS EN EL BOLSILLO




Junto al mar existe un paseo no siempre acompañado, el clima tormentoso y las lluvias, le vacían.
El cuarto día de su estancia en ese pueblo llego su novia. El día había dado tregua, aunque las chimeneas buscaban el calor perdido durante la noche.
Quería mostrarle donde tantas veces había ido.
Abajo el sonido del mar, los trinos de las gaviotas y alguna sirena de un pesquero eran los sonidos de un campo mojado. Enseguida surgieron las discusiones aplazadas durante un mes. Allí junto al precipicio la caída sería perfecta, la muerte segura, un resbalón y no habría más discusiones. En pocos segundos paso por su cabeza toda la película de solución en su vida. Ana le miraba porque sabía que su cabeza estaría en otra cosa, siempre era así. Aun no encontraba la razón por la que había venido, pero el gesto de Andrés no le gustaba nada y menos en esa ubicación. Y si en un descuido le empujara y terminarían sus problemas.
Las coincidencias mostraban las diferencias de dos personas con caminos separados.
Ana pidió bajar al pueblo para ver el horario de vuelta de los autobuses. Juan accedió por finalizar una relación rota, no era necesario emplear la fuerza para romper su vinculo. Pero los reproches salían una y otra vez. Hasta notaban un nudo en las gargantas que dejaban los razonamientos en otro lugar. Caminaron deprisa, para llegar a la estación en dos horas el sufrimiento mutuo desaparecería. Esperaron en un banco apartado pero las palabras dejaban de fluir y las miradas fijas en las casas de enfrente se convirtieron en el recurso preferido.
Ana fue al servicio y Juan aprovecho a abandonar la estación. El odias quedo guardado en el bolsillo de su chaquetón negro.
Al salir, Ana, no echo en falta la ausencia.

jueves, 8 de noviembre de 2018

CAMINO DEL DORADO 9





Un nuevo entorno aparecía no de color áureo como cuando comenzaron su viaje.
Más que entender lo que no tenían comenzaron a valorar lo que poseían y no necesitaba maleta para guardar.
Mohamed siguió viviendo en la vivienda del anciano que tanto le enseño hasta su fallecimiento. Cambio a la casa de otra persona, una persona sorda que hablaba muy alto pero que entendió a Mohamed desde el primer día. Sin familia le ofreció, su vivienda pues no tenía herederos. Fueron al notario para formalizar el deseo. Y los comentarios de sus vecinos no le llegaron porque había desarrollado la virtud de la persona que cuidaba.
Un viejo ordenador le facilitaba poder comunicar con sus compañeros regresados a sus casas, entre los que estaban sus amigos nigerianos.
Anselmo falleció por una complicación medicamentosa. Solo tenía que esperar a cumplir la mayoría de edad. Pero ya tenían un sitio de encuentro. De nada valió explicar a sus paisanos las penurias que habían pasado. Dos amigos intentaron el salto de continente y querían venir a su casa. Mohamed les contó como había sido su vida y como podría ser la suya. Convencidos desistieron pese a que las películas mostraban el aire de los ganadores y todos se sentían de igual manera.
Dos años pasaron pronto y quisieron saludar a sus familias. Con sus documentos en regla todo fue más fácil y hasta un avión les llevo a Casablanca, cercano al traqueteo del autobús que les llevaría a su pueblo.
Como un acontecimiento se reunieron las familias de los hijos viajeros.
Nada más llegar se sintieron ajenos a lo que les rodeaba, solo el recuerdo les daba sentido a aquellas tierras y el cariño de su circulo privado. Solo saber que pertenecían, ahora, a otro sitio, era su sentir.

miércoles, 7 de noviembre de 2018

CAMINO DEL DORADO 8




Una nueva manera de ver las cosas se estaba desarrollando y precisamente por personas que venían de fuera de las fronteras, con otras formas de sentir y de estar, antagónicas con las que se les presentaba en Madrid.
El centro donde estaban cada día estaba más saturado y estudiaron la posibilidad de recibir los papeles de residencia aunque no tuvieran la edad. Serían siete personas que se adaptaban a la sociedad con un trabajo social. Miraron la posibilidad de llevarlo a cabo. Y con unos controles tutelares aceptaron la idea. Fue la labor de uno de los educadores el motor de la idea de Mohamed.
Los siete se encontraron dichosos, podrían vivir en una casa y ademas seguir la amistad de grupo. El hecho de abandonar una residencia atestada y muy descuidada, suponía mucho.
Mohamed contaba lo mal que habían pasado desde que abandonaron su tierra y ahora iban logrando espacios no pensados.
El idioma lo fueron superando con creces, la facilidad de sus cerebros adaptables, tenía buena parte del éxito.
Comprendieron que el Dorado no existía pero si su adaptación a un sitio hostil, que por otro lado les facilito una nueva forma de vida.
Sus reuniones les iban acrecentando en ideas de futuro, la pasión por adaptarse había creado nuevas formas de existencia y los siete crearon un camino común.
Las montañas de arena fueron sustituidas por las de edificios y gente con mucha prisa, ellos aun degustaban su juventud y el disfrutar de la comida que ofrecían a las personas con las que convivían, motivo más importante y actores de su nueva forma de vida.
Alguno quería volver para regresar con los suyos, el grupo se deshacia pero los caminos de cada persona son diferentes. Solo tres apostaron por quedarse, afrontar una nueva etapa en la vida.

martes, 6 de noviembre de 2018

CAMINO DEL DORADO 7







Fue curioso el avance que tenían como personas y la gran facilidad de aprender. En una biblioteca próxima tuvieron acceso a Internet y allí se abrió, el mundo que buscaban. La barrera del idioma la estaban venciendo y hasta encontraron cursos gratuitos sobre el tema. Mohamed encontró un anuncio que podrían ganar algún dinero acompañando a ancianos. De primeras sintieron que unos pos adolescentes no era su mejor trabajo, pero había gente dispuesta a pagar un dinero por el acompañamiento durante dos horas.
Y ellos tenían que devolver el dinero a sus familias. Algunos querían que las horas de compañía fueran de limpieza, pero no les importo. Otros ansiaban hablar con alguien, aunque tuvieran muchas años menos. La frescura de ellos les daba impulsos para vivir.
Los siete consiguieron dedicar ese tiempo en trabajo social, consiguieron no tener que hacer labores domesticas y algunos consiguieron que salieran a la calle para recibir los rayos del sol. El barrio iba envejeciendo y no había dinero para el ingreso en una residencia de ancianos. Surgía un nuevo trabajo.
Mohamed vió la posibilidad de quedarse a vivir con ellos a cambio de alojamiento y comida. Condenaban su juventud pero conseguían un trabajo y la manutención suficiente para estar en la gran ciudad ansiada. Estarían cerca de sus amigos y tendrían una opción de futuro. Hablaron con los tutores y se negaron en redondo, hasta los dieciocho años eso era impensable, se les podía quitar esa idea en la cabeza. Pero en su cabeza estaba la semilla.
En el barrio fue corriendo la noticia y las discusiones sobre unos chavales, se ocuparan de los mayores, que ellos no hacían. El sentimiento de que les robarían era otra de las premisas. Habían llegado para robar, ese era el sentimiento generalizado del barrio que les acogía.

lunes, 5 de noviembre de 2018

CAMINO DEL DORADO 6





Los otros jóvenes les informaron que hasta los dieciocho años tenían asegurado la cama, enseñanza y comida. Luego tenían que buscarse la vida. El tesoro más buscado entre ellos era tener un teléfono mocil. Pero ellos no tenían dinero, con el podrían comunicarse con su familia en sus países de origen. Les informaron de la manera de conseguirlo. Pero su familia no tenían esos dispositivos y menos desde que tuvieron que vender muchas cosas que tenían para costearse el viaje de sus hijos. Las clases ocupaban solo dos horas del día, tenían que preparan la comida, limpieza del edificio y limpieza del menaje. Por lo que disponían de mucho tiempo libre. Fueron descubriendo el barrio donde estaban ubicados. Veían la cantidad de coches y de edificios de catorce plantas que había. Pero pronto comprendieron que por lo que habían arriesgado su vida no era tal. Los rostros de las personas que pasaban, solo eran de preocupación, todo el mundo tenía prisa. La marginalidad les podía llegar a obtener dinero, pero la experiencia de esclavitud que habían sufrido en su propia tierra les dejo marcados. Los cinco iban a todas partes, los bancos de los parques fueron lugar de refugio y de preparar estrategias. El futuro no se les presentaba prometedor, gracias a la unidad entre ellos no sufrieron las extorsiones de sus compañeros. La televisión la usaban para aprender más palabras que luego compartían y conseguían grandes avances.
Mohamed era el más despierto, el acceso al trabajo lo tenían prohibido, por ser menores, estaban tutelados. Cada vez acumulaban más información sobre donde estaban. Y vivieron una revuelta de los que estaban próximos a ser expulsados por llegar su mayoría de edad.
En las cartas enviadas a sus familias no contaban la situación actual. Seria remover la conciencia de sus progenitores.

viernes, 2 de noviembre de 2018

CAMINO DEL DORADO 5



Buscaron las válvulas par llenarlas a pulmón, pero nada salía de ellos estaban muy cansados, estaban sin fuerzas y su meta se disipaba por momentos. No veían costa por ningún lado ¿hacía donde ir? La tarde se aproximaba rápidamente y la terrible noche podría traer malos presagios, tan pocos kilómetros no eran fácil de hacer, las corrientes desviaban el rumbo y llevaban no se sabe donde, aquel cascaron de plástico. El aire seguía disminuyendo y quizás no aguantara una noche más. No sabían nadar y la muerte se podía esconder en las sombras de la noche.
Un pesquero pasaba cerca y observo a los cinco precadaveres. Hizo maniobras de acercamiento y llevaron en brazos unos cuerpos jóvenes como estratificados, rigidos. Les ofrecieron la ropa que llevaban y un poco de agua, no llevaban comida pues estaban de regreso. Informaron a puerto de la situación que habían encontrado, mientras la balsa perdía el poco aire que quedaba. En un par de horas llegaron a puerto donde esperaban miembros de cruz roja y guardia civil. Los dos días en el mar habían menguado sus fuerzas. No sabían el castellano y un poco de ingles aprendido de las visitas de turistas a su pueblo.
Deshidratados y con hipotermia fueron llevados a un hospital. La sonrisa había vuelto a sus caras, lo habían conseguido, pero necesitaron un par de días para salir del edificio. preguntaron su origen y sus nombres, sin ropa sin documentos, les llevaron a un campo de internamiento con tiendas de campaña y les dieron, ropa, una manta y una camilla donde dormir. Allí compartieron su historia con otros alojados.
Mohamed les insto a aprender lo más deprisa el idioma y que compartieran palabras aprendidas. De allí, al pasar un mes, fueron trasladados a Madrid a un centro de acogida juvenil.

jueves, 1 de noviembre de 2018

CAMINO DEL DORADO 4



Nadie les iba a acompañar, se les dejaba a su criterio. Desaparecieron. Mientras empujaron la barquita a afrontar las olas de un día que prometia lluvia. Conocían que tenían que ir en linea recta. Arrancaron el motor que subsisto durante un kilómetro. Luego se paro y por más intentos de hacer mover el motor fue imposible. No tenía mas gasolina, solo les habían echado para irse un tanto de la orilla, ahora tocaba remar. Sin agua y sin comida, abiertos a las peripecias que el destino les guardara, vieron pasar grandes barcos pero todos les ignoraban. La lluvia llegó y con ella la perdida de dirección, y a no veían el destino. Solo tenían una razón remar. El envase de transporte se iba llenando de agua por lo que tenían que echarla con las manos, no había descanso. El frio llego a sus carnes y con el la desesperanza pero nadie se quejo.
Seguían pasando cerca de ellos mas buques, pero ello les suponía un problema por ello miraban a otro lado e intentaban no arrollarlos, no se implicarían en un rescate que les retrasaría tiempo y posibles problemas en la llegada a puerto. Tras la lluvia llego la noche. Dejaron de remar y se hicieron un ovillo entre todos para intentar reponer fuerzas, no tenia sentido remar sin saber el objetivo donde ir. En las caras cansadas surgieron lagrimas de no saber que iba ser de ellos. El día tardo toda la noche en aparecer, apenas se podían mover, notaron la perdida de aire del lomo cobertor de la balsa. Mohamed adivino donde deverian encaminar sus esfuerzos de remo, pero estaban encogidos, sin fuerzas a merced de unas olas y una corriente que les manejaba como una cacerola en agua.
El desanimo comenzó a llegar, si caían morirían seguro.