sábado, 5 de diciembre de 2020

LOS MURCIELAGOS

 

 

La tarde  llega a su fin. El cielo está despejado. Comienza el baile de los murciélagos.

En la tierra un grupo de excursionistas se les hace tarde, quieren llegar a la cueva para dormir allí. Vivir una nueva realidad. Son jóvenes y necesitan quemar mucha adrenalina.

Despliegan los sacos y hacen grupos, en total son siete entre chicos y chicas.

Los primeros problemas surgen a la hora de elegir sitio, unos quieren cerca de la salida y otros más adentro.

Las linternas descubren los animales colgados, el suelo está lleno de excrementos. Alguno comienza a arrepentirse de haber elegido el sitio, abajo en la ladera un río les valdrá para poder lavar. Las mochilas comienzan a impregnarse de polvo y detritos.

Eligen un espacio medio donde compartir la cena, en realidad cada uno saca y consume lo propio.

De una de las mochilas salen tres botellas de alcohol, da igual son ingeridas en tiempo récord.

Los efectos pronto hacen su aparición sobre todo en las tres chicas y que además han comido menos.

Los mamíferos dan que fabular en las mentes y comienza a surgir un arrepentimiento de la excursión iniciada.

Los aleteos son continuos, los vuelos pasan muy cerca de sus cabezas. Comienza a salir los líderes valientes a reírse de los débiles.

La idea de ir al interior es revocada y se apiñan en los sacos para dormir. Los efectos de la bebida hacen su aparición y los paseos para vomitar son continuos. Alguno grita para buscar la localización. Las horas pasan en vela y ya hay quien cuenta para la llegada del nuevo día. Las pasadas sobre las cabezas son continuas y crean desesperanza. La mayoría salé.

Llenos de polvo corren en busca del sol. Aún quedan bastantes horas para aguantar los planeos.

Las estrellas dan vueltas

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