lunes, 16 de octubre de 2017

LA MADERA DE JUAN











Juan coloco una madera, donde con la ayuda de chinchetas, fijaría tareas a desarrollar.
Algunos amigos se reían de la ocurrencia, ahora se disponía de móviles y ordenadores, recordadores de las funciones a realizar. Pero Juan le gustaba el método antiguo, donde una pequeña hoja de papel blanco se anotaba lo que necesitar, en los siguientes días, lo cual iba poniendo de arriba a abajo, eliminando las ya caducadas. La madera es de una manera blanda para facilitar su fijación.
Juan colocaba tantas notas que ocupaban toda la extensión de la misma. Entonces, para no parecer un desorden, estableció que las chinchetas serían de colores para establecer unos criterios de prioridad, rojas lo mas importantes, amarillas menos necesarias y verdes, aquellas más banales.
Tantas cosas quiere recordar que la acumulación se convierte en un pequeño caos, quién llega a su casa se detiene a fijarse en el contenido de las mismas, mientras de reojo Juan les observa, como sintiéndose vigilado. Esto le llega a agobiar y una mañana decide desembarazarse de todas ellas. No las necesitaba.
Al retirarlas se dio cuenta que la madera estaba llena de pequeños hoyos, un espacio erosionado.
Estaba vacía pero mostraba una superficie llena de altibajos. Con lo cual, no podría seguir su espacio, en su cocina. Tomó la tabla y la llevo al contenedor de basura.
Ahora se encuentra mejor. Ha vencido dependencias y fealdades en su espacio.
Se sienta en su butaca y comienza a leer su último libro. El sonido del teléfono le retorna a la realidad. Lo descuelga y una voz le recuerda que no ha asistido a su cita con el medico especialista de hoy. Debe solicitar nueva cita, para dentro de tres meses.
Juan se descompone, al final ocurre de lo que huía. ¿y si baja a la basura?

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