Estaba
sentado en un banco, la espera sentado siempre es más cómoda,
piensa Juan.
No
lejos esta el organismo al que tiene que presentarse, pero las
puertas no se abren hasta dentro de media hora. Con lo cual observa
como, otros, madrugadores comienzan a hacer cola para ser los
primeros en ser atendidos. Mira la impaciencia de los mismos y no se
siente receloso por ocupar su sitio. Solamente cuando quedan diez
minutos va ocupar su puesto en la fila. Parecen exámenes a los que
hay que presentarse y por supuesto aprobar.
Por
la experiencia conoce que va a demorarse su papeleo por ello no tiene
prisa en ser atendido de los primeros. Nada más llegar la hora se
abre la puerta y toman numero para ser atendidos. Una pantalla va
avisando del orden y el lugar de acudida. Para su gestión será en
la mesa doce, aunque no lo ponga ya lo sabe por otras veces. Y así
es, no pasan ni dos minutos cuando su numero se ilumina y la mesa de
marras.
Ya
saluda con familiaridad a quien le atiende y comienzan los tramites,
al ser el primero no hay mucha demora, esta fresco y ágil en la
resolución de su trabajo, diferente a cuando la está terminando.
Obtiene
sus papeles que tiene que llevar a otra dirección. Juan le pregunta
porque no pueden ser entregados vía Internet, una sonrisa sale del
funcionario y un levantamiento de hombros es todo respuesta. Le
agradece su labor y se encamina al nuevo destino, hoy seguro que no
lo solucionara todo pero la voluntad esta en hacerlo, no es cuestión
de pedir días libres para tareas burocráticas.
La
situación se repite, con la diferencia de varios kilómetros
solventados con la labor del metro. Que fácil cuando se conocen las
cosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
gracias por participar en este blog.