viernes, 13 de octubre de 2017

CUENTO BUROCRATA






Estaba sentado en un banco, la espera sentado siempre es más cómoda, piensa Juan.
No lejos esta el organismo al que tiene que presentarse, pero las puertas no se abren hasta dentro de media hora. Con lo cual observa como, otros, madrugadores comienzan a hacer cola para ser los primeros en ser atendidos. Mira la impaciencia de los mismos y no se siente receloso por ocupar su sitio. Solamente cuando quedan diez minutos va ocupar su puesto en la fila. Parecen exámenes a los que hay que presentarse y por supuesto aprobar.
Por la experiencia conoce que va a demorarse su papeleo por ello no tiene prisa en ser atendido de los primeros. Nada más llegar la hora se abre la puerta y toman numero para ser atendidos. Una pantalla va avisando del orden y el lugar de acudida. Para su gestión será en la mesa doce, aunque no lo ponga ya lo sabe por otras veces. Y así es, no pasan ni dos minutos cuando su numero se ilumina y la mesa de marras.
Ya saluda con familiaridad a quien le atiende y comienzan los tramites, al ser el primero no hay mucha demora, esta fresco y ágil en la resolución de su trabajo, diferente a cuando la está terminando.
Obtiene sus papeles que tiene que llevar a otra dirección. Juan le pregunta porque no pueden ser entregados vía Internet, una sonrisa sale del funcionario y un levantamiento de hombros es todo respuesta. Le agradece su labor y se encamina al nuevo destino, hoy seguro que no lo solucionara todo pero la voluntad esta en hacerlo, no es cuestión de pedir días libres para tareas burocráticas.
La situación se repite, con la diferencia de varios kilómetros solventados con la labor del metro. Que fácil cuando se conocen las cosas.

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