Alberto explica como se sienten,
la respuesta es unánime, mucho mejor. Para comentar que no han hecho nada
extraordinario, solo han dejado de aplicar el canal rígido, en el que todos
estamos metidos, para mediante nuestra respiración y percepción con otros
sentidos, las situaciones cambian. Ello nos hace más libres, cuando buscamos la
felicidad no nos damos cuenta que está aquí y ahora, no en un lugar quimérico,
no en una meta. Lo comparo al uso de unas gafas, del color que tengan las
mismas sera el que percibamos la realidad. Solamente es cuestión de quitarlas
para empezar a sentir de otra manera. Esto es lo que hemos realizado este fin
de semana. Es como si vemos los beneficios del deporte, practicamos el mismo y
si nos gusta es cuestión nuestra, el seguir haciéndolo.
Por supuesto que es difícil, porque
nuestros hábitos, cosidos en nuestro inconsciente, nos volverán, una y otra vez,
a hacer lo de siempre la rutina. Es cuando tenemos que aplicar nuestra decisión
de hacer cosas nuevas y se consiguen con un trabajo diario, sin saltar un día,
pues, sino, es como si nos traicionáramos y boicoteáramos. Perderemos nuestra
rutina y nos diluiremos en nuestra vida llevada hasta ahora.
Por eso os digo que empleéis una
hora diaria o media en hacer algo consciente sin los filtros que todos
llevamos, usando nuestros otros sentidos.
El grupo entiende las palabras de
Alberto y surgen pocas dudas, saben que es cuestión de practicar y practicar.
El agradecimiento de Alberto es
por haberles informado de algo no nuevo pero si olvidado y les recordaba las
palabras de un maestro zen que decía que cuando el trabajaba, trabajaba, cuando
comía, comía y cuando dormía, dormía. La sencillez es el camino de las personas.
Lo demás es perderse en sitios no deseados.
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