Juan
no es el típico funcionario, aunque lo sea, le diferencia que él
quiere ayudar a las personas que a él se dirigen. Sabiendo que su
trabajo es ese. Extraño en un mundo en el hacer lo justo para
justificar el sueldo, es la norma. Pero con palabras criticas a quien
lo hace mal. Si ellos lo hacen no importa, pues están en el escalón
más bajo, ignorando que todos son parte de una escalera y a ella
llegan multitud de personas diferentes.
Curioso
el comportamiento tan diferente entre personas, entendiendo unas
actitudes diferentes ante un trabajo común e igual.
Juan
es un ejemplo en su centro con lo cual el trabajo se multiplica, todo
el mundo busca a alguien eficiente, solucionador de sus dudas o
equivocaciones. Esa imagen con su sonrisa en la boca, respuesta
buscada por todas las personas en cualquier sitio. Esa empatía con
su trabajo, necesaria en cualquier sitio. Solucionada con la frase:
“para lo que me pagan...” Definitoria de su posición en la vida,
curiosamente no lo lo desarrollarían mejor si su salario fuera
mayor, al contrario crearían mayores ingresos pues su autoestima
está, ciertamente, muy crecida, contrariamente a su labor ejercida.
Por
supuesto la manera de tratar al público crea recelos, pues coloca en
evidencia a sus compañeros, por ello crea unos vacíos, por sentirse
menos valorados por las personas que acuden al centro oficial.
Curiosamente
es un motor positivo a un sitio gris y con muy poco color donde nadie
esta a gusto, tanto trabajadores come visitantes. Es el espacio
verde, el oasis, donde todo es una autentica paramera. Pero no
inoculadora en la sensibilidad de los demás,
No hay comentarios:
Publicar un comentario
gracias por participar en este blog.