martes, 3 de octubre de 2017

LA CADENA DE MONTAJE








Juan y Alberto trabajan en la misma fabrica, desde hace dos años sus destinos son diferentes, pero ellos siguen conservando la buena amistad. La llegada es diferente para ellos pero la salida es sagrada para ambos, se esperan para salir juntos.
Juan consiguió salir de la cadena de montaje y logro ir a otro sitio más tranquilo, donde la atención no es tan exhaustiva, no tienes una cámara que esta grabando todos tus errores y aciertos, aunque estos no sean alentados por ser parte de su trabajo. Los dos primeros años los tomo como un castigo pero era la única oferta disponible para una persona no cualificada. Comenzó a hacer cursillos para poder optar a otros puestos de trabajo. Alberto sin embargo no mostró interés por ello. Decía que no tenía que pensar y le vale de distracción, por ello se reía de los cursos que emprendió su amigo. Cuando lo consiguió tenía una cierta envidia, entonces se intereso por cambiar su situación laboral. Entonces consulto para hacerlo él. Contaba con la ayuda de su compañero y de las ganas de salir de una monotonía bastante frustrante.
En tres meses logro su objetivo y el cambio de destino. No coincide con el de Juan pero sale del control directo de las cámaras, de circuito cerrado, que le humillan.
Juan comienza a interesarse por la situación de sus compañeros y como poder mejorarla. Eso significa un distanciamiento de la dirección de la empresa. Pero asume, que todo puede ser mejorable. Esto lleva a contacto con otros compañeros y la salida ya no es común con Alberto. Surge un distanciamiento que trunca una amistad labrada durante setecientos días.
Una vez puesto en pie ya no puede parar y sigue en la trayectoria pensada. Sin valorar lo perdido y ganado con su decisión.

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