jueves, 4 de enero de 2018

SALIDA DE LA ZONA DE CONFORT



A Juan se le educo en un mundo de miedos, todos ellos los interiorizo y los desarrollo como la normalidad. Nunca se paro a razonar, por ver si tenían sentido, sino que se creyeron como un credo espiritual.
Temeroso, no tubo amigos, pues le podían engañar y llevar a situaciones que no eran las suyas. Solo se desarrolló en su familia, en el único estado de seguridad. Cuando fue saliendo de su circulo de confort solo encontró hostilidades. Terminó la escuela y encontró el trabajo que la familia le proporciono.
Allí cumplió su horario laboral pero apenas interactuaba con el resto de compañeros. Se apartaba de las bromas y de las celebraciones, siempre poniendo cualquier excusa. Por lo que se le colgó el sambenito de bicho rarito.
Por supuesto las mujeres no estaban en su órbita y conseguía rehuirlas. Su deseo de ser padre era un frustración, quería enseñar a su vástago todo lo que el sabía.
Esté aislamiento le llevaba a desconocimiento de otras ciudades y parajes, solo sustituidos por la visión en las cadenas de televisión.
Juan tiene quince días de vacaciones y decide salir de su circulo e ir a un paraje inhóspito por su climatología en otro continente. Allí cuenta con alojamiento y manutención. Solo algunos animales, fácilmente observables le ocupan su tiempo, como si viera un documental.
Tanto tiempo, consigo mismo, en un sitio tan hostil le lleva a reflexionar sobre todo en su vida y cuestiona las bases de su manera de ser. Lo cual crea un conflicto interno, pero comienza a olvidar el miedo. Esa desnudez le produce una sensación de piel erizada pero esperanzadora. Se empieza a sentir a gusto lejos de familia, ideas preconcebidas. Como si hubiera abierto una ventana y entrara una bocanada de aire fresco en un ambiente turbio.

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