Hoy
se ha reunido la familia a cenar, los cuchillos están en el lado
derecho del plato. Todos superaron la mayoría de edad cronológica,
aunque hay duda sobre la otra, la mental.
Los
García Cifuentes son muy apasionados y no se tienen gran aprecio
pero son amantes de las tradiciones. Cada miembro se ocupa de traer
un plato diferente para compartir, que raro suena en un clan tan
dividido. Los padres se han esforzado de que esto sea así, pero
ellos han sido uno de los culpables de esta situación.
Los
cuatro abuelos también forman parte de la cena y todos esperan que
la llamada de la muerte se pronto para poder coger una parte del
pastel, atesorado, durante tanto tiempo. Quizás sea el sentimiento
común de la reunión para hacer la cena.
El
bajo del chalet se habilita para ser la recepción de la misma. El
fuego de la chimenea trata de dar calor a una situación mas fría
que en el exterior.
El
vino es el de la bodega de la familia, el otro es agua del grifo.
Cada miembro deja su plato aportado, mientras se suceden las miradas
sobre la cantidad o el producto aportado. Los platos son de plástico,
solo las copas y los cubiertos ofrecen una calidad superior a usar y
tirar.
Los
abuelos dicen unas palabras, recibidas con miradas a los teléfonos
móviles o al suelo. Todos saben que sera la última reunión. La
chimenea es alimentada con toda clase de desechos que va generando un
humo negruzco sin poder ser evacuado. A nadie se le ocurre abrir las
ventanas, esperan que lo hagan otros, mientras comen en silencio. No
hay cruces de miradas ni de palabras. En una hora todo habrá
terminado y regresaran a sus casas.
La
comida y bebida produce sopor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
gracias por participar en este blog.