martes, 23 de enero de 2018

EL OLVIDO




Juan olvida la cita que tiene hoy. Fue la semana pasada cuando se produjo y los dos primeros días estaba muy ilusionado, por ella, pero la rutina de cada día la coloco en el cajón del aparador.
A las siete y diez le suena el teléfono y descubre la voz de Alberto, en seguida se desencadena el recuerdo de la misma. Está al otro lado de la ciudad e imposible ir a ver a su amigo. Trata, de una manera torpe de disculparse, por no querer reconocer el olvido, y más parecer de no ser importante, para él, del encuentro con su amigo. El lamento de la ocasión perdida, pues Alberto es muy rígido de conducta y pensamientos. Poder lograr otra cita va a ser muy complicado, viaja con frecuencia impartiendo clases. De la ilusión, cuando contacto con él, pasa a un reproche por el reproche de haber olvidado la cita. Comienza a elaborar una montaña de ideas, destructivas. Busca cuantas veces ha ocurrido una sensación coincidente y logra reunir tres motivo de preocupación, pues eran deseadas.
Llega a pensar que se debe medicar y entrar en el ciclo de las pastillas que acompañan tu vida, una dependencia que nunca le ha gustado e incluso criticado.
Pide cita telefónica a su médico como su solución. No se puede volver a perdonar un nuevo olvido. Piensa que el deterioro cognitivo le ha llegado con cincuenta años, cumplidos la semana pasada y no quiere permitirse la llegada de la senectud. Piensa que hay que luchar contra ella de cualquier manera, incluso haciendo dependiente de píldoras de diferentes colores.
Juan no consigue dormir pues sabe haber dado un paso a tras en su vida. Ha conseguido reunir una gran cantidad de argumentos negativos con resultado de un cambio su carácter de manera global.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

gracias por participar en este blog.