lunes, 22 de enero de 2018

BUENOS DÍAS




Juan va saludando a toda persona que se encuentra por la calle. Normalmente no recibe respuesta, salvo un ligero levantamiento de cabeza, pero sin salir palabras o solo llegar a su cuello.
No importa Juan tiene el pensamiento de hacer lo que cree normal.
Algunos que coinciden con su salida de casa, le llaman “el pesado de los buenos días”. Pero sin embargo, logra hacer un cambio con todas las personas encontradas, las saca de su situación de punto muerto y las hace pensar, da lo mismo si es para bien o mal, hay un cambio.
Juan es consciente de ello y por tanto así sigue su acción. Crea un cambio a su alrededor, de diferentes salidas, no siempre obtiene una respuesta clara, pero esa ambigüedad es valida para el entorno, por tanto para él mismo.
La formula se repite a lo largo del día, solo variando el día, por la tarde o noche.
Esa ruptura de la monotonía general, es rota por su comportamiento pues además introduce una sonrisa. La catarsis se produce siempre. Pues no llega a dejar indiferente a las personas saludadas. Recogiendo nuevas sonrisas o sonidos guturales de pose.
Juan decidió esta forma de ser desde cuando se convenció que el futuro del mundo está en las manos de cada persona que compone el mismo. A partir de ese momento lleva haciendo ese compromiso consigo mismo. Por supuesto que elude las respuestas de las otras personas, unos lo harán de una manera y otros de otra, pero sabe que lo más importante es lo que cree y, ademas, no hace daño a nadie. Solo enciende una pequeña bombilla donde cada vez, el panorama es más oscuro.
Juan sigue poniendo semillas, sabe que solo un ocho por ciento, germinaran. Pero lo importante es hacerlo uno mismo solamente.

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