Juan
sigue en la continuidad, de un día más, no ha observado los matices
que le rodean, por el contrario cada vez muestra menos interés. Se
siente más esquemático en lo que quiere lograr y el resto queda un
poco de lado. Piensa que si simplifican las cosas serán más
fáciles. Este pensamiento le lleva a aplicarlo a su vida personal y
laboral.
Los
matices y los aspectos que lleva el camino, le empiezan a dar un poco
igual, no es el objetivo, este es lo importante, lo otro es un
añadido, los añadidos dispersan de la meta. Al llevar este
pensamiento a su vida le ha supuesto unos cambios con respecto a las
personas que le rodean, familia, amigos, compañeros y conocidos.
Tan
sistemático le llevan a ser una persona más aislada. Cosa que no le
importa, al contrario se siente liberado de ataduras, al menos así
lo siente.
Un
día en un viaje de trabajo se sentó a su lado, María. Empezó a
entablar conversación a pesar de las frases cortantes que recibe.
Ella tiene la habilidad de dar la vuelta a las cosas.
Juan
extrae su libro de la cartera con la intención de aislarse, pero una
y otra vez tiene la interrupción de María, hasta lograr su
objetivo. Juan cierra el libro y mirá a los ojos verdes de María.
Con un hablemos indica haber sido derrotado y prestar la atención
hacía ella. El viaje son cuatro horas, ya se cansara y podrá volver
a su libro. Pero ella envuelve la conversación en una envoltura
interior, donde se muestran las impresiones personales no
estereotipadas. Al finalizar el viaje intercambian sus teléfonos.
Tal vez terminen en el buzón de la publicidad. Pero algo ha
despertado en Juan para sentir cada paso hasta la salida de la
estación.
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