Luis
y Ángel fueron a ver una película juntos, hace mucho tiempo que no
lo hacen juntos. Normalmente sales de la sala y se juntan en la mesa
de un bar y comentan loa aspectos que les ha resultado significativos
de lo que han visto.
Curiosamente
los matices son diferentes lo que hace enriquecedor la charla
posterior. Incluso toman notas y generan unas conclusiones que se
ponen bajo el titulo de cada película. Cada semana quieren retomar
esa costumbre, dilapidada por cuestiones extrañas a ellos.
Es
como sentarse a leer un libro y luego sacar conclusiones, pero con la
ventaja de ver una película dura entre una hora y media, y dos. En
el caso del libro requiere de más tiempo. Aquí se controlan los
espacios y las temperaturas ambientales, recibiendo los dos el mismo
impacto, por ello, pueden existir más similitudes.
Matices,
desapercibidos para uno, son recordados por el amigo.
Tienen
un objetivo, hacerlo durante cuarenta semanas y luego mostrar sus
resultados en conjunto. Enriquecida por los matices que van
añadiendo, ambos espectadores. Con la carga emocional, fluida de las
imágenes, visionadas.
Se
pondrán de acuerdo en el film a visualizar, procurando que sea de
estreno, para no mezclar con criticas periodísticas, posible
influencia en sus comentarios.
Su
objetivo es dedicar una tarde a la semana a esta actividad. Escusa
perfecta para verse y comentar el paso de su vida.
Al
evaluar las escenas vistas, sacan una parte de su pensamiento y por
ello es una guía para conocerse mejor. Aspecto que han sabido sacar
de su tarea semanal. Y que sera valorada al final del ciclo de
cuarenta visualizaciones.
Parece
mentira como la visión de un trabajo común puede ayudar a conocerte
un poco más, entre ellos. Pero saben que es así, más allá del
trabajo de otros.
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