martes, 28 de noviembre de 2017

LA CARTERA 3





Juan llega a la nueva ciudad. En su bolsa el dinero encontrado y muchas ilusiones. Se dirige al servicio y cuelga la bolsa del picaporte. No tarda ni cinco minutos y la bolsa desaparece.
Sale para ver si ve quien la lleva, pero hay mucha gente y no la ve. Cualquier persona entendería el gran problema surgido. No tiene nada más que lo puesto. El bolsillo interior guarda el dinero encontrado. Pero le ha valido para salir de su rutina a un nuevo sitio, desconocido. En el anterior destino tenia su saco y su manta y un lugar donde dormir, pero sin condiciones. Sabe que las cosas van y vienen por ello no se aferra a nada, ni siquiera al lugar para pasar la noche.
La primera persona que encuentra, Luis, le cuenta su caso y le oferta a ir a su casa. Tiene espacio suficiente y hasta puede conseguirle un trabajo en la fabrica donde trabaja.
Juan no se lo cree. Tendrá techo y la posibilidad de integrarse en la ciudad. Agradece a Luis su oferta.
Lo primero sera comprar objetos de higiene personal y ropa de recambio. Hablan durante mucho tiempo, contando experiencias. Mientras van elaborando la cena.
Juan había olvidado como hacerla. Pero reflexiona y pregunta: ¿Como has aceptado a un desconocido en tu casa y le compras lo necesario para seguir viviendo?
La respuesta la tienes en la persona que dejo esa cartera, con dinero en su interior entre la manta y tu saco. Te ha permitido venir hasta aquí, ahora me toca a mi seguir con esa obra iniciada. Y tu sentirás que ayudaras a otra u otras personas con ese mismo objetivo. Yo tengo la suerte de poder ofrecer mi casa, mi comida y mi dinero. Que en realidad no son míos. Responde Luis.

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