lunes, 27 de noviembre de 2017

LA HORA DE LA COMIDA





Juan sale a mediodía para ir a comer. Normalmente va al mismo restaurante, queda cerca y tienen un menú variado y apetecible. Las colas se solventan en poco tiempo y en unos treinta minutos ha terminado, debe dejar el espacio para otro comensal y aun le queda más de una hora para reincorporarse. Los días que hace buen tiempo aprovecha para caminar hasta un cercano parque, pero cuando llueve o hace mucho frío, surge el problema pues debe volver a su puesto y consecuentemente trabajar. Con lo cual, cada mañana mira el pronostico del tiempo y sale prevenido sobre que hacer después de comer. La lectura es una de las cosas utilizadas y otra charlar por teléfono con amigos. Perro la sensación de notar sus piernas en movimiento y descubrir cosas, anteriormente vistas, pero no fijadas hace que sea un motivo de alegría ante el panorama rutinario del trabajo desarrollado. Lo realiza bien pero no deja de ser rutinario frente a una pantalla de ordenador, durante ocho horas. Como existen turnos no puede coincidir con compañeros, tampoco son tantas personas, saben de su trabajo especifico. Solo los rumores de la absorción por otra empresa, empañan su estabilidad. Tarde o temprano esta ocurrirá y por ello, pudieran cambiar su puesto de trabajo, sueldo y ubicación.
Juan trabaja durante cuatro horas por la mañana y cuatro en la tarde. Por ello tiene todo el día ocupado en ir al puesto de trabajo, salvo los fines de semana, que trata de recuperar el tiempo perdido para el trabajo.
Hoy Juan va a comer y a su vuelta le reclaman en dirección. Los rumores se han hecho realidad. A final de mes cesara en su puesto. El mundo se derrumba, apenas articula palabras, su modelo de vida va a cambiar de cero a cientochenta.

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