En algún día
yo vi representada esa imagen, piensa Juan. Ese símbolo lo he visto
en más sitios, pero no lo recuerdo, donde. Se trata de unos gajos
unidos en el centro, pareciendo una hélice.
Quiere buscar
esa imagen en Internet, pero como traducirlo a palabras, es el mayor
inconveniente, encontrar esa imagen que representa el movimiento.
Juan siente la
frustración de no recordar donde más la vio. Tampoco sabe de su
sentido así que las palabras clave de búsqueda son símbolos
helicoidales. Y encuentra algo que le empieza a sugerir algo, la
unión entre el cielo, la tierra y el yo.
Esto ya le dice
algo más. Pues le da que pensar que siempre nos encontramos
disgregados de lo que nos rodea, no solo las personas, sino del resto
de elementos que componen la tierra y ya todavía menos con respecto
al cielo. Y sin embargo un símbolo nos recuerda la conexión tan
estrecha entre los tres mundos, que no disociados, sino
intrínsecamente ligados, copo parte de una totalidad. Cada vez que
nos hemos separado de ello surgen los problemas personales y sobre
todo los miedos.
Juan acaba de
encontrar la importancia de ello como forma a investigar en la vida
de los seres humanos.
Las casualidades
que no existen, ayudar al estudio de nuestra forma de pensar y por
tanto de sentir.
El símbolo lo
encuentra en un libro que le hace olvidar la lectura para buscar
donde lo ha visto más veces, y curiosamente en culturas muy
diferentes y sin contacto aparente.
Pero también
recuerda una frase que dice que no hay nada nuevo bajo el sol, todo
aparece como se refleja, pero es nuestra mente lo que lo interpreta.
Y por ello nuestro filtro, tan decisivo para la interpretación de
las cosas y situaciones, en general.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
gracias por participar en este blog.