miércoles, 21 de junio de 2017

LA LINEA ROJA







La línea roja es una franja imaginaría donde puedes estar en un lado o en otro de lo prohibido. Tanto legal, como mentalmente.
Cuando pasas la frontera de un país hay una en la que crees que puedes entrar o salir a voluntad propia.
Cuando eres pequeño jugueteas con ella, porque crees que nada te puede pasar, puedes volver en cualquier momento a este lado. Esa imagen se ha quedado grabada en nuestro inconsciente y se refleja en los coqueteos con las diferentes cosas como si de una línea se trazase, siempre imaginaria, pensamos. Pero tanto la traspasamos que una seguridad se va apoderando en nuestro interior. Similar a hábitos como el tabaco, o el alcohol. Siempre oímos, “yo puedo dejarlo en cuanto quiera”. El problema surge cuando ese cuando quiera no llega nunca y por tanto habremos atravesado esa frontera, ya no nos encontramos a este lado de la zona.
Hemos perdido el control sobre la situación y ya estamos decantados en una parte concreta de la realidad, quizás la menos apetecible por los riesgos que genera, pero sin saber como estamos alojados en ella. Nuestra vida deja de ser igual, sin querer o queriendo allí anidamos.
Psicológicamente nos acostumbramos a la nueva forma de vida pero sentimos la pérdida del valor libertad, y ahí si encontramos una condena, tan limitadora como la de una frontera nacional. Somos muy adaptativos a las nuevas condiciones, aunque sean tan extremas como vivir en  un campo de concentración, pero sin embargo nuestra mente cambia dejamos de ser los mismos, para desarrollar otro personaje y lo peor de todo ha sido por pasar una simple e irrisoria línea roja. De la que nos podemos reír o despreciar por la poca entidad que posee en si misma, tal vez que por ser tan ridícula.

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