Juan siempre que entra en un
sitio responde “Hola” seguido de unos buenos días, tardes o noches. Piensa que
saludando esta integrándose en un espacio que el no estaba y es una forma de
respeto a quien allí se encuentra. Por supuesto, las respuestas son muy
variadas desde quien ignora el saludo, hasta el que solo hace un leve gesto con
la cabeza, como si fuera mucho esfuerzo contestar. Pero normalmente siempre es
bien aceptada su manera de proceder.
Juan siempre recuerdo a los
conductores de autobús donde, en algunos casos, parecen maquinas para conducir,
olvidándose de la condición de personas que les transportan a destinos
necesarios, en ese momento, para ellos. El pensamiento es que los viajeros ya han aportado un dinero para
sufragar la compra del billete y con eso va implícito, el saludo, ya no se les
debe nada.
Tras observar el acto prometió no
comportarse de la misma manera, con otras personas. Su cabeza no siempre esta
contenta pero él, conoce que existen cosas importantes y esta es una.
Si alguna vez, se ha llevado por
la inercia general, ha tenido un sentimiento de culpa, por no haber obrado como
el quiso. Pero a la vez es un estimulo para seguir realizando.
A veces, cuando entra en un
parque realiza un saludo mental hacia los seres que allí se encuentran: árboles,
plantas y pájaros que allí se hallan. Y busca un lugar para donde hacerlo,
aunque sea una labor, que solo le lleve, un minuto de su estancia.
El saludo, lo considera como un
agradecimiento, para su existencia y de todo su entorno. Por ello no siempre lo
verbaliza sino mentalmente, también lo puede hacer. Eso le llena personalmente
y sabe que influye en su alrededor por ello no le resulta difícil realizarlo. A
cada día.
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