Como tres pares de ojos blancos
que destacan sobre su piel oscura. Buscan la ayuda que Internet no lo ha
logrado. Están en un país diferente donde no se habla la lengua que ellos utilizan
normalmente. Con la desesperanza de haber sido engañados no saben a donde
dirigirse. Uno de ellos sale a la desesperada a encontrar ayuda y hacerse
entender, su teléfono aquí, no vale para nada, no hay señal, tampoco hay wifi
para comunicarse.
Pero la voluntad de encontrar
ayuda es más importante que fronteras e idiomas. Consiguen que alguien les
pueda entender y les presta su móvil para poderse entender con un contacto que
tienen en esta ciudad.
Empiezan a formarse luces donde
había una oscuridad. La pareja que les presta su ayuda les acompañan al nuevo
sitio de residencia, se encuentran cansados desde que salieron da su país mas
la incertidumbre de que será hasta el día siguiente que tendrán que trabajar en
colaboración de otra empresa. Afortunadamente tienen dinero para poder alojarse
en otro sitio.
Los ojos comienzan a tener un
brillo. El agradecimiento surge de su expresión. Cuentan que en el desierto
cuando pides ayuda es como si te pusieras en manos de la persona a la que has
solicitado la misma. Esta hará cualquier cosa para que tu supervivencia sea
factible.
La historia es de un territorio
hostil, la mayoría de la tierra no se encuentra en las mismas circunstancias
pero es una lección de comportamiento, hacía todas estas personas que nos
rodean de una u otra circunstancia.
El mismo valor tiene el ayudar
como ser ayudado, comienza una escala de valores diferente a las que tenemos
grabados en los surcos de nuestro cerebro y hacen que nuestro comportamiento
sea de extraños, con personas con el mismo blanco de ojos y misma necesidad.
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