Al levantarse recoge la ropa que
eligió la noche anterior y se viste con la premura que la hora le indica. Hoy
ha tardado más de lo normal en liberarse de las sabanas, que como escudo
protector le invitan a quedarse entre ellas.
Tiene que estar lo suficiente
lucido para que la entrevista de trabajo sea el paso para poder obtener el
puesto de trabajo que le permita vivir.
No sabe a cuantos sitios ha ido
con su currículo, ofreciéndo a empresas que ni conoce a que se dedican, ni
actividad. Pero utiliza la técnica de entre tanto, algo saldrá.
Hoy es el caso, solo sabe la
dirección, la persona de contacto y poco más.
Bueno por lo menos se han
interesado en él. Ya es importante.
Cuando llega pregunta por el
contacto y le piden que espere en una sala que está a la derecha. Cinco
personas más esperan. Juan saluda y preguntan si van a la entrevista de
trabajo, casi sin levantar la cabeza confirman, como si fuera deshonesto. Juan
esta interesado en conocer que es la empresa en la que están. Pero ante el
ambiente que ahí, no se atreve a preguntar más.
Tras media hora llaman a uno de
ellos, no pasa ni un cuarto de hora cuando se produce lo mismo, con el
siguiente. Así hasta su turno.
Entra en la sala donde tres
personas se encuentran tras una mesa. Los tres se levantan y tienden la mano.
El del centro explica la actividad de la empresa y explica su cometido en ella.
El resumen es que tiene que convertirse en autónomo y vender sus productos, la
oferta de trabajo es un engaño pues no lo es. Necesitan comerciales sin exponer
nada a cambio. Juan se levanta y ni siquiera se despide. Se siente mal.
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