Clara es una mujer que lo primero
que se ve de ella son sus grandes gafas de miope. Quizás en una fase de su vida
se negó a ver y como consecuencia le ha quedado una visión muy corta,
solucionado con unas inmensas gafas.
Clara trabaja en un organismo
municipal de ordenanza, y es el filtro para dirigir a las personas que por allí
pasan. A veces le sale, una pequeña tartamudez que agudiza con una sonrisa,
como queriendo quitar madera a la hoguera. Se siente querida y sobre todo
importante, pero demuestra su voluntad de servir a quien ella atiende, no duda
en abandonar su mesa para acompañar al destino solicitado.
Un compañero la propone ponerse
lentillas para liberarse del peso en la cara. Como ella nunca se ha valorado,
nunca le paso por la cabeza, esa posibilidad.
Pero hoy ira a la óptica para
valorar la posibilidad. Tras la jornada laboral come y marcha a primera hora.
Frente al espejo descubre sus
ojos en forma ovoide, con sensación de pena. Mientras el óptico procede a
graduar su visión. Le coloca unas lentillas, que su ojo nota como extrañas pero
al mirar descubre aspectos que no había sentido.
Sale del establecimiento muy
contenta y en tres días iniciara un nuevo estado. Sin darse cuenta, Clara,
comienza una transformación, que hace conseguir ver cosas que para ella pasaban
desapercibidas. En tres días su percepción del mundo comienza. No le da miedo
pues ha vivido mucho tiempo en el "pobrecita". Descubre el mundo y sabe decir que
no.
Su vestuario comienza a cambiar,
ya no evita salir después del trabajo, se junta con los compañeros, algunas
tardes y nota la mirada masculina, cuando la había sentido como esquiva.
Solo han sido tres días, pero por
algo, ella empezó a ver claro.
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