jueves, 28 de julio de 2016

LAS MANOS MUGRIENTAS




Se acerca a un matorral, dentro del parque urbano, entre sus ramajes busca una bolsa de plástico con sus ropas y la toma con su mugrienta mano, había ido a comprar algo de fruta, por supuesto de la mas machacada, la que todos desprecian,  y se la dejan más barata, allí ya le conocen desde hace un mes.
Juan ha perdido todo ha sido victima de unos vientos que no soplan a su favor. Pero sobre todo sabe que estos cambiaran y harán remontar su rumbo, por ello no pierde la sonrisa y la ilusión. Trabajo de informático en una empresa que de la noche al día, dio el cierre. Unos directivos habían desviado el patrimonio de la misma. Todo era alquilado y los activos los han desviado a otras cuentas. Juan se encuentra en la calle sin indemnización, fue perdiendo todo lo que tenía y no había cotizado lo suficiente para recibir ayuda estatal. Su mujer se fue con los dos pequeños a casa de sus padres haciéndole responsable de la situación en que estaban, demasiadas razones guardadas en un cajón para justificar su actitud.
Unos baños públicos le permiten asearse, pero no quitar las cicatrices o la basura  que se genera día a día.

Se acerca a la asociación de vecinos y se ofrece para dar clases gratuitas de informática. Sobre todo a personas mayores que son las que más les cuesta adaptarse a los nuevos tiempos. Le aceptan y buscan ordenadores de segunda mano para hacer un aula. Cuando le dicen donde vive y un teléfono, simplemente responde que en la calle.  Se interesan por su situación y le buscan un piso compartido y un local para hacer arreglos de ordenadores. Varios chicos van a aprender con él. Parece que el aire va toma la dirección correcta

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