Sale
con su perro a pasear con su perro, dos veces al día, dandole la
obligación de salir para hacer sus necesidades y desentumecer las
patas. También le viene bien a él. Pues le saca de su sedentarismo,
la visita a los parques cercanos es la disculpa.
Cuando,
el animal, oye descolgar la correo sabe que la calle es su objetivo.
Mueve la cola y comienza a dar saltos, su reclusión parece que tiene
un respiro, pero recibe tirones para que no fuerce demasiado y se
adapte al paso del dueño, que es quien marca la salida de casa. Hoy
tienen que ir a por pienso, casi una palabra de herbívoros. Un saco
sera transportado a la vuelta del parque y asegurara su alimentación
durante un tiempo. La composición estará llena de productos
milagrosos que llenaran de energía y alegría al compañero animal.
Una animal siempre hará las normas que establezca su dueño, por
ello su nivel de felicidad sera relativo al estado de animo de su
dueño. Tendrá las oscilaciones del mismo, aunque sean tan
adaptables que siempre te darán su cariño.
Curiosamente
muchos perros son reflejos de sus amos, manifestándose de igual
manera como si de camaleones se tratase, pero ese mimetismo les llega
a nivel físico. Son fieles receptores de comunicaciones que no
entienden, pero validas para su desahogador, Muchas personas parecen
que van hablando con teléfonos a través de un micrófono que
conecta los auriculares, pero no es el caso, son los destinatarios de
mensajes que difícilmente les puede llegar.
Realmente
son una gran terapia física y emocional, para un gran numero de
personas. Como respuesta unos ojos, que parecen entenderlo todo, o
quizás así sea, sin argumentos a esta posición, tan amplia como
portadores de mascotas cánidas. Un aullido como respuesta. Pero unos
ojos claros.
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