lunes, 2 de noviembre de 2015

JUAN Y EL GRAN SUPERMERCADO


Juan entra en la gran superficie donde se amontonan un puñado de tiendas, restaurantes, gimnasio y salas de cine. Para dotar de todo lo que necesita una persona urbana. Desde los conceptos importados de América. Donde el dinero te puede conceder todo lo que necesitas, la idea de carencia que se implanta en nuestros cerebros y que puede ser vacunada con el dinero. No importa el numero de horas que hayamos empleado para obtenerlo o el método, lo importante es poseer y ser acallada la miseria o estrechez.
Juan a reflexionado muchas veces sobre esto, pero resulta difícil ir contracorriente, por ello se une como uno más, montado en su coche que le facilita transportar mas cosas a su casa. Al ser sábado la afluencia es mayor, aunque ya ningún día esta cerrado. Se tiene ocupado una parte del ocio a nivel familiar, pues se come allí mismo y luego una película, es suficiente para romper un día con la rutina del trabajo. Curiosamente los carros de la compra han aumentado de volumen para poder añadir mas cosas, que simplemente se adquieren porque están a muy buen precio. Acumulando cosas dos y tres veces iguales, con el argumento de que es una oferta muy tentadora. Los comercios circundantes recogen las miserias que no han llenado en el gran supermercado, las migajas les son suficientes para poder pagar los alquileres altos y las condiciones del poderoso. Ajustan los precios para poder competir con el grande.
 Juan a confeccionado una lista reducida pero siempre traerá algo mas, que justificara el haber ido hasta allí.

Niños chillando por los pasillos y colas para pagar, no le desalientan y seguramente la próxima semana, repita actuación. Pues se da cuenta que tiene el poder comprar, por ello se encuentra realizado. Y satisfecho con su vida.

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