viernes, 20 de noviembre de 2015

EL VIAJE EN TREN




Juan llegá a la estación de tren, una estación siempre es un punto de llegada o de partida, se acompaña de bolsas o pertenencias que se quiere llegar consigo, pretendiendo reunir lo necesario donde se llega, siempre es comparable con la inseguridad y se se meten cosas “por si”. Juan ha llenado la bolsa de cosas, aunque es un fin de semana.
Es viernes, uno de los días que mas se busca la escapada de la rutina, por ello la afluencia de personas es mayor. Algunos han malcomido, Juan ha optado por comer un bocadillo, ha salido del trabajo y cuatro horas le distancian de su destino. Al ser otoño, llegara de noche, pero eso es igual.

Los paneles informativos informan la distribución, de vías y horarios. El suyo en concreto sale del anden tres y falta media hora, se dirige hacía el mismo y espera la cola para ascender a los diferentes vagones, delante de él hay una señora entrada en años que le pide ayuda para subir la maleta. Juan se ofrece gustoso y busca el asiento de ella, que curiosamente es el de al lado suyo, sube los equipajes arriba y toma asiento junto a Elisa que se presenta. Juan iba a sacar su libro, pero le da que poco va a poder leer. Colocan los abrigos y comienza la charla. Curiosamente es con una persona que es un portento de sabiduría, que puede hablar con ella de cualquier tema y la respuesta tiene una lucidez impresionante. Como alumno toma posición de escucha y solo limita sus intervenciones para consultar sobre nuevos temas. Los altavoces indican la próxima llegada a su destino. Así que toca hacer el proceso inverso, para ir a la puerta de salida. Descienden, pero Juan se encuentra mas rico, personal y emocionalmente. Suerte.

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