“La
misma mentira, repetida cien veces se convierte en una verdad” Este
es el dicho que se puede aplicar a la sociedad y a una mismo. Así
piensa Juan. Curiosamente cuando se actúa de manera embustera,
entras en conflicto contigo mismo, por ello hay que desviar la
culpabilidad hacía algo o alguien, de tal manera que hemos
descargado nuestra culpa, caminamos mas ligeros.
Juan
piensa que la información es una manera de manipulación, pues al
final consiguen una misma manera de sentir en toda la sociedad,
incluso con la mentira se puede llegar a una opinión unánime. Los
periodistas se convierten en rehenes de objetivos, poco claros, de
grupos o personas que no siempre aparecen claras, pero con objetivos
claros, como es el poder y su medio, el dinero.
Juan
cuando empieza a pensar sobre esto se siente que va caminando por una
cornisa, donde abajo, se encuentra el abismo, esto crea vértigo y
malestar, por ello trata de no profundizar, pues sabe que un traspié
resulta fatal. Por ello encuentra que la manera de actuar es la
diferente que se nos presenta, si actuamos de la misma manera, somos
cómplices del resto que no nos gusta, no podemos decir, hasta aquí,
de aquí para allá no.
Sabe
que de nada vale barrer tu casa, si luego arrojas la basura a la
calle. Nos convertimos en cómplices, la responsabilidad consiste en
la integridad de nuestras acciones y pensamientos. Para no ser
colaboradores de todas esas cosas que nos molestan y no deseamos.
Juzgando,
a las otras personas, no nos hace mejores, solo nos hace separarnos
de ellas y por tanto aislando.
Juan
ha decidido obrar de esta manera, la única para no hacer reproches
al resto del mundo. Sabe que su tranquilidad mental es una de las
cosas, mas importantes.
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