Juan
escribe, su objetivo es ser un brillante autor. Ha elegido el formato
que puede abrir las puertas del éxito. Quiere destacar, triunfar.
Se
encuentra con su amigo Daniel y le hace conocedor de su idea.
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O sea que quieres ser un escritor de prestigio, no es así.
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Por supuesto quiero triunfar como otros escritores.
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Muy bien Juan, es una buena idea. Sabes cuantas personas escriben
libros al día.
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No lo se.
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¿Sabes la diferencia entre ellos?
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No, contesta Juan.
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Te la diré que todos disfrutan en lo que hacen, no se fijan en un
objetivo, que seguramente sera banal.
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El éxito, no es una cosa banal.
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Te comento que es efímero, la necesidad que otros reafirmen una
actividad que haces porque te gusta. Esa es la diferencia, todo no se
puede fijar por objetivos sino por el beneficio que nos aporta día a
día.
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Si otros logran ser reconocidos, yo también.
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Ahí esta el problema, que necesidad tienes de ser reconocido.
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Hombre te da fama y dinero que te permite llevar otra vida.
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Vuelves a dar otra clave que la vida que llevas no te gusta, por ello
cambia los conceptos de recibirla, de esta manera sera diferente. Tu
puedes ejercitar un deporte y no sentirlo, tu puedes escribir y no
sentirlo porque es una escritura condicionada, no eres lo suficiente
libre para expresar lo que deseas, porque tu pensamiento es conseguir
un libro reconocido popularmente, por tanto estas haciendo un best
seller que es lo que mas se vende y por ello lo que se demanda.
Cuando escribes para ti, llegaras a quien tengas que llegar pero no
te meterás en mundos donde no eres libre, pues tu vida sera
artificiosa y ya no disfrutaras.
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