viernes, 4 de noviembre de 2016

LOS DOS CAMINOS




La escalada empieza en un tramo de la montaña, desde abajo puedes hacer unas previsiones por donde ir hacía la cima, pero es durante la ascensión donde vas modificando la primera idea. Pues curiosamente surgen dificultades con sus consecuentes soluciones. Que vas comentando con aquel que te sigue y apoya tu subida.
Curiosa es la primera idea y como se complica para ir buscando vías más simples, donde superar los obstáculos para ir al objetivo que es alcanzar la cumbre, por supuesto en el lado que exige más esfuerzo. Solamente se disfrutara de esos minutos, arriba, tras haber notado como los músculos contraídos y las gotas de sudor sobre la frente. Las manos empolvadas en magnesia para evitar que se resbalen y asegurarte con una cuerda que vas enganchando según inicias cada tramo de subida, mientras el compañero observa tus movimientos y atento ante una posible caída que de al traste con tu esfuerzo por conseguir vencer unos problemas que se plantean en el recorrido, desde arriba algunos observaran el esfuerzo mientras, ellos eligieron el camino menos costoso. La vista será la misma para unos y otros pero el paladearla es diferente. El aire también es igual, pero se vive desde otra perspectiva. Donde cada paso que subes, significa un esfuerzo, mientras otros lo han realizado montados en su coche, con el único esfuerzo de haber abierto la manecilla de apertura de la puerta, pues existe un camino que llega al precipicio, donde termina la escalada.
Curiosa manera de sentir dos realidades diferentes sobre el mismo lugar, donde lo fácil no es apreciado, sino como un artículo más de consumo. Se queda en anécdota o postal para contar a los amigos y familiares.

Quizás en la vida  es así, respiramos y no valoramos el acto en si, sino uno más.



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