lunes, 14 de noviembre de 2016

LA CURIOSIDAD DEL ABRAZO




Es curioso pero todos necesitamos un abrazo, no tiene que ser físico sino que puede ser una mirada, una sonrisa. Donde nos encontremos queridos, una de las cosas más horrorosas es el aislamiento, por eso se utiliza en prisiones, en épocas de conflictos bélicos. Porque el hombre es un ser social, necesita de los demás, aunque sea muy huraño, tiene unas necesidades sociales. Como van desde la apertura de un grifo o conectar una luz, detrás de todo ello existe una realidad humana, por ello una necesidad de los otros.
Ese abrazo que se quiere evitar para no presuponer otro contenido, que es el simple de amar a otra u otras personas, es como un grito de estimulo cuando las fuerzas van flaqueando y quisieras parar. Siempre hay alguien que te apoya con un estimulo. Si no aparece alguien surge el aislamiento y por tanto el agobio por no tener y entonces se llama la atención que va desde la rabieta del niño al delito de un adulto, ahora me vais a hacer caso, soy importante y os lo voy a demostrar. Como consecuencia se produce un hecho que rompe la convivencia, no se valoran los efectos que pueden desencadenar, pero si que se llama la atención, del aislamiento que sufre o cree sufrir el individuo.
Volvemos a ver que la falta del sentimiento del amor se traduce en una llamada de atención para obtener el objetivo final. Y lo que puede ser un acto banal se convierte en un problema, más o menos grande. Dependiendo del alcance, del suceso ocasionador.
El acto aprobatorio de la existencia de cada uno de nosotros es tan fácil como difícil no realizarlo.

Somos auténticos motores de nuestra propia existencia como la de las demas personas que nos rodean. Una vez entendido, es fácil.

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