martes, 6 de octubre de 2015

LA PLANTA DE MATEO



Cuando llegaron a la floristería vieron que había una oferta de plantas carnívoras. Eligieron la mas grande y no preguntaron ni mantenimiento, ni nada al respecto de cuidados, era una sorpresa para su hijo de catorce años.
Llegaron a casa y la pusieron en su mesa de estudio y al llegar del instituto se llevara una sorpresa, esta vez no le regalarían ni maquinas ni juguetes electrónicos.
Cuando Mateo llego a casa fue directo a su cuarto a dejar la mochila, Dio vueltas en torno a la mesa y no encontraba el significado que le regalaran una planta. Pero su imaginación se desbordo cuando vio que tenía un cartel en que figuraba que era carnívora. Comenzó a desarrollar su imaginación de adolescente y dedico muchas horas en torno a ella. Le daba embutido y trocitos de carne como si fuera un felino. La planta se tuvo que adaptar y comenzar a digerir cosas impropias, diferentes a los insectos.
Cada día crecía más, cambio a un color mas terreo abandonando el verde. La cuidaba según su intuición e imaginación, en un mes había triplicado su tamaño, cambiando los pelos de las hojas por púas en forma de uña, Tuvo que cambiar de tiesto varias veces
Hasta que un día decidió hacer la prueba de fuego, compro un ratón, de los que venden para los terrarios, y lo coloco en la base. No se sabe como la planta hizo un giro hasta ponerse frente al roedor, lo que paso después fue corto con las uñas atrapo al animal e inicio a engullirlo.

Mateo era el creador de un monstruo, pero no se lo dijo a nadie. Pasaron los días hasta que su mano se puso descuidadamente frente al engendro, haciendo el mismo movimiento que una serpiente. Atrapo la mano, mientras se agitaba violentamente.

 

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