Juan
siempre entendió que debía ser diferente a los demás, Eligió la
música como su forma de vida y una guitarra con la que acompañar la
letra. Dejo su casa y familia. Iniciando una itinerancía por
diferentes pueblos. Intentaba sacar para sus gastos mínimos, una
mochila y un saco de dormir le daban la suficiente cobertura cuando
no le daba para una pensión.
Al
ser una persona extrovertida no tiene problemas para conocer nueva
gente, sin casualidades, llegan hasta él.
Primero
recorre la población y luego elige el sitio donde va ofrecer sus
canciones. La funda de la guitarra le vale para alojar las monedas
que le echan. Según la recaudación va a comer algún bar o tiene
que comprar lo imprescindible para seguir.
Esta
mañana se le ha dado bien y puede ir a tomar un menú de comida por
diez euros.
Aloja
sus pertenencias en una esquina y elige entre las opciones que le
dicen. El camarero le comenta que le ha visto cuando venía a su
trabajo, pero no se paro para no llegar tarde a su trabajo. Le
felicita por su música, pero comprende que a todo el mundo no le
guste. Juan le contesta que hoy gracias a la colaboración de sus
paisanos puede estar allí. Le cuenta su forma de estar. Y Antonio,
que es el camarero. Le invita a dormir a su casa, es compartida por
dos estudiantes, pero hay una habitación que puede usar. Consigue
lavar su ropa y descansar sobre una cama.
Piensa
que la música une lazos entre la gente, pues de alguna manera,
resuena en nuestros oídos y nos da el ritmo de nuestra vida. Antonio
toca la flauta y comienzan un ensayo conjunto. Una melodía une dos
estilos y dos formas de entender la vida., en la vibración.
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