lunes, 8 de octubre de 2018

LA MUERTE NO DAÑA AL PÁJARO...




Juan fue encerrado en una prisión por haber asesinado a una persona. La pena de muerte esta vigente en su país. Fue acusado pero la verdad es que ni él se encontraba en esa zona, pero no pudo demostrarlo. Se le aisló y prácticamente estaba juzgado de antemano. El cadáver era una persona muy influyente en la política de la nación. Se le corto todas las lineas de demostrar que no era el autor, pero a alguien le venía bien que fuera el chivo expiatorio.
El aislamiento lo vivió como un martirio, hasta se autolesiono. Las expectativas hacía el reo se iban cumpliendo, solo era cuestión de dotarle de un elemento para que pudiera suicidarse.
Una de las pocas visitas que recibió fue de su abuelo y le dijo: “la muerte no daña al pájaro tan solo quiebra la jaula”, le explicó que leyó esta cita de un autor afgano.
Juan tuvo tiempo para reflexionar sobre la frase y comprendió que el camino de destrucción era la peor elección, alguien obtendría sus beneficios a costa de haber cogido un camino que no era el suyo.
Juan disponía de tiempo y comenzó a plantear su vida de otra manera, aun a pesar del aislamiento.
La puerta de su celda se abrió y vio a un funcionario le ofreció un potente veneno para finalizar su vida. Juan le dio las gracias y le dijo que ayer le hubiera dado las gracias hoy le molestaba. Salio con aires destemplados e informo del encuentro con el autor de la idea. Recibió el dinero ofrecido y en su conciencia quito la idea que provocaba el rum rum del acto que había desempeñado. Con el dinero compraría aquello que su sueldo no le permitía comprar y la vida sigue.
La vida de Juan empezó a cambiar.

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