martes, 30 de octubre de 2018

CAMINO DEL DORADO 2






El sueño dejaba de tener forma y se volatilizaba. No tenían nada. Todo fue muy rápido las bolsitas donde escondían el dinero también fueron robadas, eran su principal objetivo, el resto regalos para los integrantes, no hizo falta emplear la fuerza. Todo fue rápido. El día amanecía fresco pero más por las ausencias que por el natural.
La única pregunta era “y ahora, ¿que hacemos?” Mohamed tomaba el liderato de los cinco y seria ir donde su contacto y explicar lo que les había ocurrido. El grupo no pasaba desapercibido y un chaval les informo que fue Ahmed quien les había mandado robar. Pero desapareció para no tener preguntas. Las noticias corrían a la velocidad de Internet. Precisamente este hombre es a quien habían entregado la mitad de lo acordado.
Con dolor plantar llegaron al sitio y reconocieron a alguno de los integrantes que la rodeaban. Un sentimiento de frustración les lleno esas cabezas desalojadas de ideas.
Ahmed les dijo que no era su problema si les habían robado, que consiguieran el resto del dinero y el cumpliría su trato. “Soy un hombre de palabra”. Mohamed le pidió: ¿como conseguir el dinero? no tenían nada. Entonces les ofreció que trabajaran para él.
Los otros muchachos eran parte del trabajo cautivo creado por igual situación. Estos les enseñaban como logran comida de los contenedores de basura y les mostraron sus casas, que eran tubos de cemento alojados junto la colina de un parque, esto les aislaba de la lluvia. Aceptaron la nueva situación y confirmaron que eran otros como ellos. Ahmed vivía en una casa aislada con chicos que presentaban la protección necesaria, ante personajes adversos.
Sus zapatillas las vieron en los pies de sus compañeros, ahora son nuestras, era la respuesta, ahora vosotros tenéis como objetivo lograr las propias, robandolas.

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