jueves, 25 de octubre de 2018

EL OCASO DE AURORA




Aurora es una mujer que sale todas las mañanas desde la plaza donde esta su casa y toma el autobús con el único objeto de hablar con la persona que se siente al lado suyo. La primera pregunta siempre va dirigida al estado atmosférico, su pelo rubio teñido quiere aminorar el color del pelo que hace mucho, se torno blanco, sus labios bien pintados con un color rojo, decrepito. El bolso negro sobre sus rodillas como si fuera el volante conductor de su vida. Según van saliendo nuevos pasajeros otros ocupan sus lugares y siempre hay alguien con quien hablar. Al llegar a la plaza de destino al final del recorrido se baja y va a una cafetería para desayunar su chocolate con porras. Y con suerte seguir hablando con alguien que este desparejado y tenga interés en hablar. Por supuesto hablar por hablar. Hasta poder conseguir una conversación donde sale el drama personal..
Aurora busca el dar un sentido a su existencia y aunque suene a filosófico, lo hace de una manera personal. En la comunicación encuentra la brújula buscada.
El medico de familia acude todas las semanas una vez por la tarde. Las rutinas le ocupan su tiempo hasta ver caer el sol, que lleva a una reclusión en su casa.
Últimamente esta valorando el tener un teléfono móvil. Se había resistido pero podría comunicarse con más gente. Comenzó a reunir números de teléfono y hasta aprendió a hacer grupos de amistad. A través de ellos empezó a dejar de salir tanto de casa. Ya no le motivaba coger el bus. Dejo el contacto personal y se dirigió al volátil mensaje instantáneo. Las salidas solo eran para comprar comida, hasta que aprendió a pedir por teléfono. Un muchacho se lo llevaba y a cambio entregaba una buena propina.

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